jueves, 28 de noviembre de 2013

NO PERSIGAN GRANDEZAS (parte 2)

PSA 131:1-2 DHH
"Señor, no es orgulloso mi corazón, ni son altaneros mis ojos, ni voy tras cosas grandes y extraordinarias que están fuera de mi alcance.  Al contrario, estoy callado y tranquilo, como un niño recién amamantado que está en brazos de su madre. ¡Soy como un niño recién amamantado!"

Jeremías 45:1-5 RVR60
"Palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en el libro estas palabras de boca de Jeremías, en el año cuarto de Joacim hijo de Josías rey de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel a ti, oh Baruc: Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso. Así le dirás: Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra. ¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres."


¡Cuántos creyentes están buscando la fama, la honra y el reconocimiento de los hombres! ¡Cuántos buscan las riquezas! ¡Cuántos se están esforzando por escalar posiciones en sus instituciones!

"Intenta no volverte un hombre de éxito, sino convertirte en un hombre de valor" Albert Einstein

Sábias palabras del físico alemán de origen judío.

Cuando nos estamos desviando de la voluntad de Dios, Él permite que la tristeza, el dolor y el cansancio nos alcance. Siempre es bueno pararnos y escuchar lo que Dios tiene que decirnos en esos momentos en que nos sentimos así.

Muy probablemente estemos yendo por un camino contrario al que Dios quiere que sigamos. Tal vez estemos llevando una carga demasiado pesada y que no ha sido Dios quien nos la puso, probablemente anhelamos cosas que no están dentro de sus planes. Debemos desistir de esa actitud.

Hoy día muchos obreros y ministros viven en grandezas, y por encima de la media del pueblo de Dios. La Iglesia está sufriendo necesidades, carencias y penurias, pero ellos viven en su prosperidad. Pero eso no es todo, encima reprochan al pueblo del Señor y lo acusan de su pobreza, de su falta de fe y de su poca generosidad.

El deseo de lograr popularidad, admiración y expectacularidad se ha apoderado de muchos obreros del Señor, ellos quieren ser grandes. ¡Cómo desean y procuran alcanzar los títulos ministeriales más importantes! Apóstol, profeta, maestro, doctor etc. Cuando lo consiguen se vuelven excentricos y extravagantes en sus maneras y en sus actitudes, e inacesibles al resto de los mortales.

Lo opuesto a lo mencionado anteriormente es profundizar en el Señor, es buscar en él nuestra plenitud y satisfacción. Desistir en la busqueda de grandezas cuales quiera que fueren y anhelar la vida de Dios reinando, gobernando y fluyendo en nosotros. Entrar en ese reposo espiritual que solo Dios puede ofrecernos, entonces ya no estaremos llorando más por otras cosas, sino que como el salmista dice, nos sentiremos como niños recien amamantados.

¡Qué cuadro el de un bebé que acaba de saciarse con la leche de su madre! ¡Hay algo más hermoso que eso! ¡Qué quietud y tranquilidad siente ese niño! No le falta nada más, está al completo.

Volvamos un momento más con Baruc, porque Dios le dice lo que tiene para él, el Señor le da una tremenda y gran promesa. "pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres."

Si ahondamos un poquito en el sentido de esto que Dios le promete a Baruc, veremos que  es algo precioso. Aquí hay una promesa de salvación que repercutiría en toda la vida de Baruc y abarcaría a cualquier lugar donde el escriba se encontrase.

Lo que Dios le está prometiendo es que él tendrá su vida como herencia, su alma y su ser le sería por posesión. Esto es algo tremendo, porque lo que Dios quiere es que conquistemos nuestras vidas y reinemos sobre ellas por medio de su gracia. El no quiere que conquistemos el mundo, Él no nos alienta a que seamos ricos, ni a que busquemos grandezas como ya hemos visto.

Hagamos una comparación de lo que Dios le dice a Baruc, con lo que dice Jesús a todos los que quieren seguirle.

S. Mateo 16:25-26 RVR60
"Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.  Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

En palabras del Señor vemos expresada nuevamente su voluntad, su deseo para los que creemos en Él. Es natural, es humano, es lógico el que queramos salvar nuestras vidas, lo contrario sería antinatural. Sin embargo, lo que Jesús está planteando son dos fomas o maneras de enfocar la vida.

Podemos vivir conforme a un criterio y filosofia de vida natural, independiente de Dios y solo enfocados en las cosas materiales, y centrados en nuestras propios deseos y pensamientos. O podemos vivir según los principios espirituales del reino de Dios, es decir, conforme a la fe del evangelio de Jesucristo.

Si vivimos según lo primero, centrándonos en nosotros mismos, poniendo nuestra mira en las cosas de la tierra, queriendo realizar nuestros propios planes y sueños, es probable que perdamos una vida muy superior. Es la vida abundante que Jesucristo nos quiere dar cuando la invertimos en él, si le entregamos la nuestra. De manera, que Jesús de lo que está hablando es de realizar un intercambio, mi vida natural, débil y limitada, por la vida de Dios zoé, vida espiritual y abundante.

En ese intercambio se nos es dada nuestras vidas por rescate, por herencia, y somos desde entonces gobernados por la vida de Dios.

Veamos otro pasaje muy significativo:

Romanos 5:17 RVR60
"Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia."

En una vida independiente, que es en lo que consiste la vida adámica, reina el temor de la muerte. La muerte es el resultado de la transgresión del pecado de rebelión en Adán, él se alejó e independizó del Señor. Jesús por medio de su gracia, por su justicia nos da acceso a su vida a través de la cual podemos reinar. El apóstol no se está refiriendo unicamente a reinar en la vida futura en el cielo, sino aquí y ahora. Eso es tener la vida por botín ¡Gloria al Señor!

miércoles, 27 de noviembre de 2013

NO PERSIGAN GRANDEZAS

PSA 131:1-2 DHH
"Señor, no es orgulloso mi corazón, ni son altaneros mis ojos, ni voy tras cosas grandes y extraordinarias que están fuera de mi alcance.  Al contrario, estoy callado y tranquilo, como un niño recién amamantado que está en brazos de su madre. ¡Soy como un niño recién amamantado!"

Jeremías 45:1-5 RVR60
"Palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en el libro estas palabras de boca de Jeremías, en el año cuarto de Joacim hijo de Josías rey de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel a ti, oh Baruc: Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso. Así le dirás: Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra. ¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres."

A causa de la invasión de los caldeos y la situación de crisis en judá una parte del pueblo de Dios emigró a Egipto; cosa que Dios les había profetizado por medio de Jeremías que no hiciesen.

Tomando como figura esta historia de los judiós, siempre existe en los creyentes la tendencia de buscar refugio y seguridad en el mundo cuando las cosas se ponen feas, creemos que así nos irá mejor. En vez de confiar en el Señor para nuestra seguridad y protección buscamos asilo en los hombres que habitan en el país de las vanidades.

El principe de este mundo es el diablo, satanás es el que opera en los hijos de desobediencia. Es su reino, son su posesión, siempre procurando atraer a los hijos de Dios ofreciendoles oportunidades y cosas para después someterlos y hacerlos cautivos. Recordemos que esa fue la experiencia del pueblo de Dios en Egipto, la esclavitud bajo el gobierno del faraón.

Jeremías fue con el pueblo a Egipto para que no les faltase la palabra de Dios y para velar por ellos en lo posible. Baruc era el escriba de Jeremías, él también se encontraba en Egipto.

Esta palabra que Dios le habla a Baruc por medio de Jeremías encierra también un mensaje para los creyentes de todos los tiempos, son unos consejos intemporales que haremos bien en tener en cuenta.

Primeramente y por medio de la palabra profética, el Señor hace una descripción del corazón de Baruc y de su estado
físico y anímico. La situacíon de Baruc coincidia exactamente con lo que el mismo declaraba por su boca.

Se sentía triste, sufría, estaba fatigado, cansado y gimiendo; no encontraba ningún descanso. Dios se lo dice, es decir, le confirma su estado. Pero Dios no le habla para machacarlo más, sino para decirle después el porqué se siente de esa manera, y como puede salir de esa condición.

Siempre nos será de mucha ayuda el conocer y poder describir nuestros sentimientos. Hacer una valoración de como nos encontramos, y tener un diagnóstico de nuestro estado anímico nos permitirá vislumbrar con más claridad la posible solución.

Mientras que Dios estaba tratando con su pueblo y todas las naciones, Baruc se encontraba ocupado en sus proyectos personales. El tenía sueños que estaba persiguiendo. Parece que su estado anímico y la frustración que sentía era debido a que no iba a poder ver sus sueños realizados. En lo que Dios le dice se deja entrever que tenía planes diferentes para él.

"¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques" Baruc estaba metido de lleno en sus negocios, él buscaba el éxito profesional. Probablemente se esforzaba por alcanzar cierta posición y renombre en Egipto, quizás un estatus social entre los grandes.

¿Es malo tener sueños y aspirar a más? Claro que no. ¿Está mal dedicarnos a nuestros negocios? Por supuestísimo que no. Es lo que necesitamos y debemos hacer, tener visión y trabajar. Pero fijese que Dios apunta a la motivación del corazón de Baruc, y le dice que está buscando grandezas. El escriba Baruc se estaba dejando llevar por la vanidad, estaba picado por el veneno del orgullo. Y el Señor le dice, no, no busques grandezas.

Esta exhortación toca de lleno el corazón de muchos creyentes que se hayan en el mismo estado que Baruc, buscando grandezas en sus vidas. Lo hacen en la iglésia y en sus ministerios, y lo hacen en sus profesiones, dejandose dominar por los conceptos de éxitos mundanos.

lunes, 25 de noviembre de 2013

DIOS ANUNCIA COSAS NUEVAS

COSAS NUEVAS

LUK 7:21-23 RVR60
"En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;  y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí."

El Señor ha hecho y dicho muchas cosas, y aún hoy continuará manifestandose y dandose a conocer por medio de ellas, es muy probable que algunos o muchos no estén de acuerdo con su forma de proceder y choquen con él.

Hay quienes tropiezan con Jesús porque ėl se sale o traspasa los parametros establecidos religiosamente aceptados.

Siempre se oyen comentarios como: Tal manifestación no puede ser del Señor, tal persona no está actuando por medio de Cristo, Dios no hace ya milagros, la sanidad y la manifestación de dones espirituales terminaron. Esto o aquello no está conforme con la sana doctrina.

Sin embargo, el Señor sigue trabajando, su brazo no se ha acortado para salvar y bendecir a sus criaturas. El salva, restaura, sana, llena del Espíritu Santo y realiza cosas maravillosas. Y como hemos leído en el pasaje todo ello forma parte del sello de su identidad.

El problema muchas veces es que somos demasiados duros y subjetivos a la hora de juzgar las cosas, y nos equivocamos, porque no hemos experimentado en Dios de la misma manera las cosas que ėl hace con otros y por medio de ellos.

Y yo me pregunto ¿dónde nos dejamos las cosas nuevas que él puede hacer? ¿El Señor va a hacer todo igual que en el pasado? Jesús mismo nos dice, que los que creen en él cosas mayores harán.

Las culturas han evolucionado, los hombres y las sociedades no son las mismas de hace 2000 años. Dios se manifiesta en cada epoca de la historia del hombre de manera que estos le entiendan, aunque no de forma completa, pero siempre Él hace cosas mucho más allá de lo que podemos comprender o ni tan siquiera imaginar.

Yo quiero estar abierto a aquello que ojo no vió, ni oído oyó, cosas que Dios tiene preparadas para todos los que le aman.

Hay quienes se aferran al concepto de sana doctrina, yo lo entiendo, pero observo que muchos que dicen tenerla, les pasa como a los escribas y los fariseos, cuelan el mosquito y se tragan el camello. Ellos han metido a Dios en una caja con sus cromitos y juquetes, un Dios chiquitito al que ellos puedan dominar y controlar, y que no se salga de su cajita.

Vienen cosas nuevas

Isaías 48:3-8 RVR60
"Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad. Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.  Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías. Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía. Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido; ciertamente no se abrió antes tu oído; porque sabía que siendo desleal habías de desobedecer, por tanto te llamé rebelde desde el vientre."

Las maravillas de Dios están profetizadas en la palabra desde hace mucho, se han confirmado en la historia de los hombres y en el tiempo. La escritura nos dice que en Dios no hay mudanza, cambios, ni sombras de variación; nos declaran que Jesús es el mismo de ayer, hoy, y por los siglos, de los siglos.

Si queremos conocer al Señor, no tropecemos con su proceder, ni con sus palabras y promesas. Miremos más allá del horizonte de nuestros conceptos e ideas limitadas. Abramos los ojos de la fe e intentemos ver lo invisible, lo imposible, lo que solo ėl puede llevar a cabo.

Efesios 3:20-21 RVR60
"Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén."

Tenga precaución

No es bueno perseguir como obsesos las manifestaciones sobrenaturales, tenga cuidado porque satanás lo engañará con facilidad. Siga el amor como el camino más exelente y los dones vendrán para cubrir necesidades. Procure los dones pero no para exhibirlos, no para promocionarse usted, sino para ser de bendición a cuantos le rodean.

No hagan negocio, ni permita que hagan negocio con usted por medio de los dones y bendiciones de Dios. Todo lo recibimos de gracia, tenga esto muy claro.

viernes, 22 de noviembre de 2013

CAVE HONDO

CAVE HONDO

LUK 6:46-49 RVR60 "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa."

En esta parábola Jesús nos enseña sobre la importancia de profundizar en la experiencia de nuestras vidas como creyentes. Pero si observamos, este asunto es demasiado relevante como para simplemente tomarlo a la ligera, pues toda nuestra vida está en juego. En un momento dado, por causa de circunstancias ajenas a nosotros, es decir, que no controlamos, todo cuanto hemos hecho puede venirse al traste y ser destruido.

Relaciones que por tantos años hemos trabajado pueden romperse, nuestra reputación puede verse seriamente dañada, nuestras familias rotas, nuestro ministerio desacreditado, y mucha gente dolida y decepcionada. Simplemente porque hemos ido de ligeros en la vida, porque nos hemos precipitado en las cosas de Señor; porque hemos hecho lo que muchos hacen, darle más importancia a lo rápido, a lo expectacular e instantaneo que a lo auténtico.

Hemos actuado como religiosos, hemos seguido a la masa, no hemos calculado el costo; solo hemos seguido las apariencias externas y nos convertimos en seguidores de hombres más que de Dios.

Pero lo peor de todo es el engaño en el que muchos han caído, de disociar la fe, su autenticidad en la experiencia cristiana de las demás áreas de su vida; han creído que podían ser vanales y poco sérios con las cosas de Dios sin que ello perjudicara el resto de sus intereses.

La casa de la que Jesús nos está hablando son nuestras vidas, es la totalidad de nuestros intereses; abarca nuestra familia, nuestro trabajo, nuestras amistades, nuestro comportamiento moral, nuestra espiritualidad, nuestra diversión o tiempo de ocio, nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones. Involucra todo en nuestra existencia. Y solo vamos a tener y poder edificar una casa como esa, porque su construcción y dedicación nos llevará todo el tiempo de que dispondremos en esta vida.

El deseo del Seños es tener una casa donde morar, un lugar donde encontrarnos con él, y ese sitio no es un templo ni un palacio hecho por hombres, sino nuestras vidas, nuestros corazones. El Señor vendrá y se manifestará en esa casa, el morará en ella permanentemente.

Es un hecho que aparecerán las inundaciones y se levantarán los vientos golpeando contra todo lo que se ha construido. Todos vemos con cierta frecuencia como terminan las casas que son frágiles, hechas de madera o de paja, o aparentemente solidas pero sin un fundamento firme, acaban arrastradas por los temporales climáticos.

Los reveses y las crisis nos vendrán a todos de una forma o de otra, unos permanecerán firmes, pero la gran mayoría serán destruidos o sufrirán graves e irreparables daños.

Jesús nos indica lo que debemos hacer para que no vayamos a la ruina y demos en el traste con todo.

Primero, Él nos habla de coherencia, e indica que si le llamamos Señor pero no hacemos lo que nos dice, empezamos muy mal. "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?

No podemos, ni debemos entrar en juicios, ni condenar a nádie, simplemente cada cual debe examinar su propia vida con honestidad y comprobar si es coherente. O por el contrario solo habla, canta y tiene nada más unas cuantas teorías.

Ya el Señor recriminó a su pueblo Israél por su superficialidad e incoherencia.

S. Mateo 15:8 RVR60 "Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí."

Nuestras palabras deben ser seguidas por el compromiso de nuestros actos. El Señor no es solo un título para proclamarlo sino una posición y una autoridad que debemos obedecer. El murió y resucitó para ser el Señor. Cada día nos dirá algo nuevo y nos mostrará lo que tenemos que hacer, es necesario que le oigamos con atención para saber lo que nos dice y así poder hacerlo.

Tristemente hay quienes se llaman cristianos y proclaman al Señor, pero no están haciendo lo que él les ordena. Ellos no viven bajo el señorio de Jesucristo. Llegará el día en que se llevarán una gran sorpresa, porque el Señor dice que no los reconocerá, no sabrá ni quienes son esos.

S. Mateo 7:21-23 RVR60 "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad."

En segundo lugar, que tendría que ser lo primero que hagamos, y es justamente lo que el Señor nos indica, es acercarnos a Él.

"Todo aquel que viene a mí" Haciendo esto ya estamos comenzando bien la edificación. Cristo es el fundamento más sólido y firme sobre el que podamos construir nuestras vidas. En la biblia está clarísimo que Jesús es la Roca, no es Pedro, ni es ningún otro santo, tampoco es una doctrina, ni creencia particular, no es tampoco nuestra filosofia u opinión personal. Jesús es quien sustenta el universo con su poder, el constituye los cimientos de todo lo visible e invisible, el es la Vida. De manera que usted y yo necesitamos establecer una relación vital con Jesús. Claro que el venir a Jesús no es suficiente, es de suma importancia permanecer en Él.

A veces los creyentes ven sus vidas arruinadas y tan destruidas como los que no conocen a Dios, sus matrimonios se fueron al traste, el adulterio, el fraude y otros muchos pecados están dominando en sus vidas. Dicen ser cristianos, pero la realidad es que no están permaneciendo en Jesucristo. No han seguido firmes en la Roca, ellos han optado por edificar sobre la arena, se han apartado de la obra del Señor, se han bajado de su posición en Jesucristo. Ellos están dando más valor a sus propios deseos egoistas, a sus aspiraciones personales, y están prefiriendo buscar por sus propios caminos la felicidad.

Hablo en terminos generales, lógicamente a cualquiera le pueden suceder situaciones como dije al principio que se escapan de su control, no obstante, es en esos momentos cuando más fuertemente necesitamos estar unidos al Señor.

S.Juan 15:4-7 RVR60 "Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho."

Si usted y yo hemos venido al Señor, ahora tenemos que permanecer en Él. Esto quiere decir perseverar, ser constantes, estar firmes en nuestra relación con Jesús. Somos como pampanos en la vid, en el momento en que no permanecemos, la sávia, la vida de Cristo deja de fluir en nuestro interior. Entonces sucede que ya no damos los frutos que agradan al Señor, es decir, los frutos del Espíritu. Daremos otros frutos, que son los de la carne, frutos pecaminosos y obras muertas.

Pero es más arriesgado todavía si no permanecemos en el Señor, y es que podemos ser echados fuera y separados para siempre de la vid. Esto no lo digo yo, lo está diciendo el mismo Señor. Si no perseveramos en Cristo seremos definitivamente apartados, echados fuera como ramas inútiles. Esto es muy fuerte, pero qué más podría haber hecho el Señor, el que no permanece es porque sencillamente no quiere estar en Él.

En tercer lugar, para construir nuestra vida sobre la Roca necesitamos oir atentamente al Jefe de obras. "y oye mis palabras" Esto es más importante de lo que podemos pensar o imaginar. No se trata simplemente de leer la bíblia, debemos escuchar al Señor. Usted puede batir record en lecturas bíblicas, conocer toda la teología cristiana, asistir a todas las reuniones, pero si no está oyendo al Señor no avanzará ni un centimetro, su experiencia cristiana será muy superficial.

Jesús dijo, "mis ovejas oyen mi voz y me siguen" O mire también este otro pasaje "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" El Señor nos habla, de su boca salen palabras especificas y muy concretas dirigidas a nuestras vidas personales.

Si no estamos oyendo al Señor puede deberse a varias razones: A) no somos ovejas suyas. B) no le estamos prestando atención. C) hacemos demasiado ruido, no paramos de hablar nosotros y de ir de aca para allá. D) prestamos atención a otras muchas voces y no distinguimos la suya. E) tenemos sordera espiritual, somos tardos para oir o tenemos oído incircuciso (incrédulo). F) no somos de Dios, S.Juan 8:47 RVR60 "El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios."

En cuarto y último lugar, hay que hacer la palabra del Señor. "y las hace"

Ahora bien, este hacer es la obra del Espíritu capacitandonos para toda acción, es la gracia del Señor que permitimos que actúe en nuestras vidas. Por nuestra parte es la disposición, nuestro ofrecimiento incondicional a su voluntad. El Señor no nos está demandando que obremos en nuestra carne, o por nuestros medios y capacidades propias. No se trata de una exigencia externa, sino de la guía del Espíritu.

Esto es seguir al Señor, es andar en sus pisadas oyendo su voz, permitiendo que Él haga en nosotros lo que es agradable delante de sus ojos.

Supongamos que álguien se hace consciente de que está edificando su vida sobre la arena, por ciertas experiencias descubre que está en ruinas; se siente inseguro/a en el lugar que debía ser el más tranquilo y fiable, ha edificado su casa en el lugar inapropiado y ha usado los materiales más malos. ¿Qué debe hacer?

Primero, si solo se trata de algunos errores de distribución y de cálculos, o ha usado materiales defectuosos y malos, usted necesita hacer una buena reforma con los materiales adecuados. Pero si el fundamento sobre el que está edificando no es sólido, entonces debe comenzar de nuevo, no sirve nada todo cuanto ha hecho. Comience nuevamente, pero esta vez hágalo en Dios y sobre el fundamento de Jesucristo. Es mejor hacerlo así que esperar a que todo se venga abajo.

La casa como estamos viendo es la vida, nuestra vida, y ésta se construye con las decisiones que tomamos a diario. Todos somos lo que pensamos, lo que hacemos y lo que sentimos, hemos construido en nuestro pasado y lo estamos haciendo ahora en nuestro presente, todo ello dará como resultado un futuro, un destino, un lugar en el que estaremos firmes y seguros.

Examinar nuestro presente y ver donde estamos hoy, si hemos madurado, si amamos más, si tenemos dominio propio, si somos espirituales y coherentes, y si hemos profundizado en el Señor. Los frutos que tenemos hoy nos dicen que semilla hemos sembrado en el pasado.

Tanto el fundamento como los materiales que utilizamos están formados por nuestras creencias, nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestros actos. El fundamento es objetivo, es el que ha sido puesto por Dios mismo, es la roca sobre la que se pone todo lo demás, Cristo. La construcción debe ser hecha con la misma materia solida del fundamento que es la palabra eterna de Dios, el evangelio de Jesucristo. Es necesario que nuestro ser entero sea edificado con la palabra de Dios y nuestra vida moldeada por ella para que podamos permanecer inamovibles cuando aparezcan las tempestades.

Romanos 14:4 RVR60 "¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme."

Lejos esté de mí una actitud de juicio sin compasión, mientras estemos vivos hay esperanza; siempre tenemos la oportunidad de volvernos al Señor para ser restaurados. ÉL nos seguirá amando hasta el final, volverá a tomar nuestras vidas en sus manos si es que nos hemos apartado; si venimos de nuevo ante su trono de gracia y de misericordia el hará cosas nuevas en nuestras vidas y nos salvará de la ruina.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

DESE ASÍ MISMO

DESE ASÍ MISMO

A veces se oye a algún que otro predicador arengando a sus oyentes a que den lo mejor que tienen para que el Señor pueda usarles, especialmente se insta a los jovenes a hacer eso. Pero yo me pregunto ¿realmente Dios necesita algo nuestro para que podamos serle útiles? ¿hay siquiera algo bueno en nosotros que Dios quiera usar?

Reflexionemos un poco sobre esa creencia tan extendida entre el pueblo cristiano.

Algo que debemos entender, es que Dios, es el dador de todas las cosas. No hay nada que poseamos que no hayamos recibido de Él. La palabra del Señor así lo declara.

Santiago 1:16-17 RVR60 "Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación."

En primer lugar, Santiago nos quiere evitar de que nos equivoquemos o fallemos en nuestros planteamientos; y nos habla a nosotros los creyentes. El sabe que una interpretación erronea, una creencia equivocada, nos llevará a una forma de vida o una filosofía erronea y por tanto fuera de la voluntad de Dios.

Entonces él declara algo que debemos saber para no caer en errores. Toda buena dádiva, toda cosa buena procede de Dios, son regalos y son dones perfectos que hemos recibido de forma inmerecida del Padre que habita en luz.

Aquí en este pasaje no hay diferencia entre cosas naturales, materiales o espirituales, ni siquiera se pueden excluir planteamientos que tienen que ver con nuestro desarrollo mental, emocional y moral. Es decir que está incluido todo cuanto nos hace mejores personas delante de Dios y de los hombres.

Veamos otro pasaje que viene al caso de lo que estamos tratando:

1 Corintios 4:7 RVR60 "Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?"

Algunos creyentes de la iglesia en corintios se habían envanecido, al punto de que comenzaron a menospreciar el ministerio apostólico. El Señor les había dado muchos dones a los cristianos de corintios como bien podemos leer en las cartas que le escribió San Pablo. Pero por lo visto algunos de ellos dejaron entrar el orgullo en su corazón, la competencia y la carnalidad comenzó a manifestarse en medio de la iglesia.

El apóstol les pone las cosas claras diciendoles primero que no se consideren unos mejores que otros, que no hagan distinciones. En ese trato que se tenían se manifestaba una carnalidad profunda, eran actitudes propias de hombres naturales, no espirituales.

La naturaleza humana siempre quiere distinguirse, siempre busca el reconocimiento y la adulación. ¿Nos suena algo esta actitud en la iglesia de hoy, entre hermanos y obreros del Señor? Desde luego no son actitudes de creyentes maduros. Sin embargo es algo que está muy extendido, los reconocimientos, la pleitesía y la exaltación del ego de muchos obreros cristianos.

El apóstol les hace ver a los hermanos que todo lo han recibido, todo lo que tienen se lo ha dado Dios por gracia, nada es por méritos propios, de modo que no hay cabida para el orgullo. Los dones no los han recibido por obras o sacrificios personales, ni ninguno tiene cierto don o dones porque sea mejor que otros. ¡Qué nos cuesta asimilar esto hermanos!

Veamos otro pasaje para terminar de aclarar este punto:

Gálatas 3:2-3, 5 RVR60 "Esto sólo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?.......Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?"

Para recibir bendiciones, dones o algo de Dios en el antiguo pacto, había que cumplir con la ley; todas las bendiciones estaban condicionadas a las obras. La ley se cumplía por obra de la carne, es decir, por el esfuerzo propio y/o la determinación humana. Sin embargo, bajo el nuevo pacto en el que estamos ahora no funciona así.

¿Es, que no hay condiciones en el nuevo pacto? Sí las hay, lo que ocurre es que Cristo las ha cumplido todas, al punto que de los hombres no se exige nada, excepto que crean; solo se les requiere fe, y aun la fe es un don de Dios.

Lo único que podemos darle a Dios es lo que Él nos pide, y es algo que aguarda que le entreguemos de forma desinteresada y sin reservas.

Proverbios 23:26 RVR60 "Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos."

El Señor no pide poca cosa, lo pide todo, el espera una entrega total y absoluta de nuestro ser entero y de todo cuanto podamos poseer. Eso es lo que quiere decir cuando pide nuestro corazón. Pero eso se tiene que traducir en un enfoque de nuestras vidas orientado hacia sus propositos y voluntad, y es lo que viene a significar la segunda frase del versículo. Algo que debemos entender también es que es obra de la gracia de Dios, todo esto tiene que ver con el trato que Dios tiene con cada uno de sus hijos, no es por imposición eclasiástica, ni pastoral.

Lo que debemos procurar es tener cuidado en no entender todo esto desde una perspectiva legalista, que es lo que suele suceder a menudo. Un enfoque de tienes que dar, tienes que hacer, no hagas esto, haz aquello, no vayas allí, prívate de esto, no hables, no veas, no compres, no comas, ayuna, levantate a tres de la madrugada para orar, tienes que testificar, no te pierdas ningún culto, da, da, da, etc...etc. Eso es un mal uso de la palabra de Dios y la doctrina.

Filipenses 2:12-13 RVR60 "Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad."

Ocuparnos, eso es importante, dedicarnos a nuestra salvación en todo su pleno significado. Dios nos lleva a ello, nos llama, lo produce por medio del Espíritu desde nuestro interior. Esto quiere decir que debemos ocuparnos en las cosas que son del Espíritu, no en las de la carne.

Romanos 8:5-6 RVR6 "Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz."

La carne puede ser extremadamente religiosa y abraza con mucho placer el legalismo, se enorgullece de su humana religiosidad, de poder hacer algo que agrade a Dios. Fijese que Pablo no está hablando en este capítulo 8 de romanos de pecados groseros carnales, sino de buenas intenciones naturales, pero que no obstante son definitivamente de la carne, es decir, del alma, salidas de nosotros mismos.

Tenemos dos opciones en cuanto a nuestra disposición para servir o adorar al Señor, lo hacemos en la carne y por la carne, o en el Espíritu y por el Espíritu.

Hacerlo de una manera o hacerlo de otra va en función de qué es lo que estamos trabajando, en qué estamos ocupandonos y lo que llena nuestra mente. Podemos tener nuestra mente en las cosas del Espíritu, enfocada en Cristo y su obra, llena de la palabra que Dios nos ha dado, y actuar por fe. O podemos estar centrados en nuestras emociones y propios pensamientos y deseos, y actuar por nuestra propia alma y confiando en nuestra carne y sabiduría y buscando nuestra propia gloria.

¡Dale lo mejor que tienes a Dios! Es lo que solemos decir a los creyentes, y a partir de ahí se ponen a funcionar los mecanismos de la carne, y decimos: Es verdad tengo que darle lo mejor al Señor, tengo que orar más, tengo que leer más la bíblia, no me puedo perder ninguna reunión, tengo que diezmar más, tengo que ayunar, debo testificar, tengo que cantar, tengo que predicar y un largo de quehaceres más que añadimos a la lista.

Ahora bien no estoy en contra de nada de lo que he mencionado anteriormente, todo forma parte de las prácticas cristianas, sin embargo no son reglas o normas establecidas por ley, aunque la palabra nos exhorte a todo ello; no nos podemos medir unos a otros, ni juzgar nuestra espiritualidad o madurez cristiana por la practica de ellas, no nos engañemos hermanos. Todo cuanto se ha dicho lo puede hacer una persona religiosa y carnal.

¿Entonces, no hacemos nada? Al contrario, la obra del Espíritu nos guiará a todo ello, pero no se trata de asuntos que debamos imponer a nádie, ni condenar o juzgar a los creyentes porque no las practiquen tanto como nosotros.

Algunos han considerado la oración como un trabajo o una obra porque ella requiere ocupación y un cierto esfuerzo. La oración no debemos considerarla una obra, ni una obligación, sino una devoción, es como el comer o como el beber, o como el dormir o el respirar. Es algo que necesitamos estar realizando, es nuestra comunión con Dios, nuestro oxigeno espiritual. Nuestra oración no ha de hacerse solo de forma puntual, sino sin cesar. Yo no le diré nunca a nadie que no ore, sino que lo haga sin cesar. El cristiano a de vivir por la oración.

Sin embargo muchos seguirán creyendo que es algo que deben hacer por obligación, porque está exigido. Si usted está casado o simplemente tiene novia, le aconsejo que no le diga nunca a su esposa o novia que está con ella por obligación. ¡Tendrá un grave problema!

Dios ama la verdad en lo íntimo, obrando desde lo más profundo de nuestro corazón. Nuestra vida agrada a Dios en tanto que es obra de su gracia operada en nostros por medio del Espíritu. Y eso es valido para todo lo que se refiere a nuestro servicio y adoración a Dios.

Salmos 51:6 RVR60 "He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría."

No haga las cosas en el Señor simplemente porque otros se las dicen, o por que simplemente otros las hacen, o porque las han leído en algún sitio. Eso se puede mantener por algún tiempo, pero finalmente usted descubrirá que ha de ser consecuente con sus creencias y convicciones, usted tendrá que beber de la fuente principal, y por usted mismo tendrá que convencerse para poder tener experiencias genuinas con el Señor, y no creencias de segunda mano. Finalmente es ahí a donde Dios le guiará, a que usted experimente una vida cristiana real y poderosa, una vida que fluye desde su interior.

lunes, 18 de noviembre de 2013

HOMBRE BUENO VERSUS HOMBRE MALO (Continuación)

LUK 6:43-45 RVR60 "No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca."

En la publicación anterior comenté lo que según la biblia es un hombre bueno; no me centré simplemente en sus actos, sino en su naturaleza. Lógicamente son los actos y la conducta lo que demuestran la cualidad de un hombre o una mujer, no obstante a veces las apariencias engañan. Dijimos que lo bueno es según la palabra de Dios lo que ha sido hecho de nuevo, o sea, el que es nacido de nuevo en el Espíritu; es la persona que está en Cristo y ha sido declarada justa por Dios.

Sigamos adelante y veamos también que es según la biblia el hombre malo. Lo que explicamos acerca del hombre bueno es valido también para el hombre malo, pero a la inversa. Si el hombre bueno es el que ha sido hecho un hombre nuevo en Cristo, el hombre malo es quién sigue siendo un hombre viejo. No me entiendan mal, esto no tiene nada que ver con la edad.

¿Quién es este hombre viejo? Es Adán y es toda su descendencia que fue corrompida por el pecado, es decir, todos los que han recibido su misma naturaleza genética. Adán y Eva fueron creados a imagen y semejanza de Dios, pero ellos pecaron y se apartaron de su creador, rompieron el vínculo espiritual de comunión con Dios. Ellos se independizaron en su rebeldía, y decidierón no tener en cuenta a Dios, se depravaron y corrompieron de tal modo que todo su ser fue infectado y desde entonces toda la humanidad padece el mismo mal.

De manera que dice la biblia:

Romanos 5:12, 18-19 RVR60 "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron...... Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos."

Entonces el hombre viejo es ese hombre malo, es decir, Adán y su descendencia que está separado de Dios y está muerto espiritualmente, muerto a causa del pecado. Este hombre es el ser completo que comprende, cuerpo, alma y espíritu, todo ha sido tocado e infectado hasta la muerte.

Pero Dios envía al mundo a su Hijo, un nuevo Hombre, un Hombre Bueno, nace sin pecado y vive igualmente sin pecado. Vino para salvar y librar a toda la humanidad de su destino fatal; y por su obediencia al Padre, por su santidad de vida y por su obra sacrificial y su resurrección salva y libra a todos cuantos creen en Él. Cristo triunfa donde Adán fracasa, si por el primer Adán somos constituidos pecadores, por el último Adán que es Jesucristo somos decarados justos.

Hay algo más que necesitamos comprender para que todo cuanto estamos diciendo sea una experiencia real en nuestras vidas, y es saber que todo cuanto dice la palabra que ha sido hecho ha sucedido en realidad.

La muerte de Cristo representa la muerte del primer Adán, la muerte del viejo hombre, para que mediante la resurrección recibamos la nueva vida y nuevo hombre en Cristo Jesús.

2 Corintios 5:14-15 RVR60 "Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos."

Querido hermano y hermana, usted debe saber que si está en Cristo ha muerto, a muerto al pecado, ha muerto a una vida independiente de Dios, ha muerto como viejo hombre. Es algo que debe tener siempre presente, no me entienda mal, no le estoy diciendo que tiene usted que matarse, sacrificarse y vivir como un asceta, ya está muerto en Cristo, es un hecho. Y cuanto antes comprendamos esta verdad antes seremos victoriosos en Cristo.

Romanos 6:5-6, 11 RVR60 "Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado..... Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro."

Necesitamos conocer y saber, y necesitamos considerarnos muertos al pecado. Es desde esta posición en Cristo que comenzamos a experimentar una vida cristiana más profunda y transformadora, no hay otra manera. No se trata de ser muy religioso, ni de darnos golpes en el pecho, ni vivir con semblante de santos del Greco, ni es una experiencia de segunda mano, porque no es transferible. Usted lo tiene o no lo tiene, es así de simple. Es algo glorioso, es una experiencia a la que todos tienen acceso

Pero es algo que lo podemos experimentar solo por fe, créalo y la experiencia será suya. Véase posicionado en Cristo y recibiendo por fe toda su obra en el Calvario. Vease como alguien que ha sido desactivado y desconectado como viejo hombre por medio de la muerte de Jesús, entienda que su muerte y mi muerte fue la de Cristo.

domingo, 17 de noviembre de 2013

HOMBRE BUENO VERSUS HOMBRE MALO

HOMBRE BUENO VERSUS HOMBRE MALO

LUK 6:43-45 RVR60 "No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca."

Gálatas 5:16-26 RVR60 "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros."

En el pasaje de Lucas el Señor nos habla de la naturaleza intrinseca del hombre, es bueno o es malo. Y nos dice el contenido que hay dentro de cada uno, un buen tesoro o un mal tesoro. Nos explica como cada cual saca de dentro lo que tiene y lo comparte manifestandolo al exterior por medio de las palabras.

Ahora bien, hay una cuestión que resolver. La palabra de Dios afirma que no hay ni un hombre que sea bueno, en relación con las exigencias del Señor nadie da la talla y ninguno es bueno por naturaleza. Luego ¿Cómo es posible entender lo que está diciendo Jesús? ¿Quiénes son los buenos?

Lo que uno tiene en su corazón es lo que expresa con sus palabras, de manera que los pensamientos, creencias y emociones que cada persona tiene finalmente gobiernan y controlan todo su comportamiento o conducta.

Lo que dice Santiago en su carta acerca de la lengua es muy interesante.

Santiago 3:7-8 RVR60 "Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal."

Por la lengua sale todo cuanto tenemos en el interior de nuestra naturaleza, es decir, que nuestra cualidad natural se expresa por nuestras palabras manifestando hacia el exterior lo bueno o lo malo que somos.

Según estudios cientificos neurológicos relacionados con el lenguaje concluyen que esta función está centrada en el 97% de las personas en su lado izquierdo del cerebro.

Jesús va más allá de las neuronas, él señala o marca como centro de control o causante determinante de nuestras expresiones al alma y/o al espíritu del hombre, o el espíritu que lo controla. El cerebro y los órganos como la lengua y la boca son solo el vehículo de expresión.

Con la palabra podemos crear y dar forma, sanar y salvar; y con las palabras podemos contaminar, hacer sufrir, destruir, y matar.

Entonces ¿quién es este hombre bueno del que nos habla Jesús? No puede ser otro que un nuevo hombre, es decir, todo aquel que a nacido de nuevo. Los nacidos de nuevo por el Espíritu han recibido un corazón totalmente nuevo, han sido perdonados y limpiados de sus antiguos pecados y declarados justos ante Dios. Los que están en Cristo son nuevas criaturas, y las cosas viejas quedaron atrás para ellos, les han sido todas hechas nuevas.

Son hombres de carne y hueso, pero sin embargo tienen también la naturaleza divina de la cual son participantes por las promesas de Dios. Son hombres y mujeres hechos de barro, pero dentro tienen ahora el tesoro más preciado del universo visible e invisible que es Jesucristo. El recipiente es practicamente el mismo, pero el contenido ha cambiado, es otro, es completamente nuevo, y es bueno.

En todo esto que estamos diciendo no hay nada meritorio por parte de los hombres, es una obra de Dios hecha por medio de su gracia. La naturaleza de Dios, la cual nos ha sido injertada y en la hemos sido injertados por el Espíritu Santo produce buenos frutos. Esta naturaleza nueva no es otra que la de Cristo mismo, es el Hijo de Dios que morando en nosotros nos da su propia vida divina. Nosotros somos los pampanos y Cristo es la vid donde estamos injertados.

Cuando el interior es bueno, porque es nuevo, entonces lo que se manifiesta al exterior es también bueno. Los frutos que ahora produce este árbol son deliciosos y son apetecibles. La savia que fluye del tronco primario es buena, por tanto los frutos no pueden ser de otra manera. Ha hábido un cambio muy profundo en la naturaleza pero no solo de caracter síquico o a nivel mental y emocional que ya de por si nos podría parecer sorprendente, sino de caracter espiritual.

Este tipo de hombre y de mujer expresa por su boca y en su conducta los frutos del Espíritu. Con sus labios no puede dejar de hacer brillar el tesoro que lleva dentro, tiene que expresar todas las virtudes de Aquel que lo a amado y perdonado. Es el Espíritu Santo el que gobierna ahora su lengua, Él es el único que puede hacerlo, nuestra boca y lengua es ahora inflamada por el Espíritu de Dios en una rendición voluntaria de nuestra parte. ¡A Dios sea la gloria!

viernes, 1 de noviembre de 2013

CORRAN BIEN Y NO SE DEJEN ESTORBAR

CORRAN BIEN Y NO SE DEJEN ESTORBAR

Gálatas 5:7 RVR60 "Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?"

En sentido deportivo, para practicar la carrera o footing necesitamos cierta preparación fisica, unas zapatillas adecuadas y unas ropas que nos permitan correr comodamente, y por supuesto no llevar ningún tipo de carga. Pero también es necesario que corramos con personas que quieran hacerlo como nosotros, y que cumplan con las reglas y normas de este deporte, de otra manera nos serán un estorbo, un obstáculo que incluso nos pueden hacer abandonar nuestra carrera.

La vida cristiana es como una carrera, y la única forma de correrla es siguiendo la verdad en obediencia. La verdad es la misma para todos, solo hay un camino, una verdad y una vida, y este es Jesucristo.

Ahora bien, Pablo le dice a los gálatas que ellos corrían bien, pero que alguien les estorbó, alguien les fue obstáculo o impedimento para que no siguieran corriendo bien. Ellos fueron desviados del camino y se apartaron de la verdad a causa del error que otros les aconsejaban.

Veamos que cosas impedian a los gálatas correr adecuadamente, es decir, correr bien, y cuales eran esas cargas y osbtaculos en su carrera cristiana. Observemos también que les recomienda el apóstol Pablo para que se corrijan de su desvío.

Vamos a hacer una radiografia y ver en ete capitulo de Pablo a los gálatas la columna vertebrar que sostiene la experiencia de la vida cristiana y lo que nos permitirá corregir cualquier desviación que nos esté impidiendo correr bien.

Necesitamos leer todo el capítulo cinco de gálatas detenidamente, nos será de gran ayuda comprender la enseñanza encerrada en estos pasajes.

Veamos entonces en primer lugar que es necesario para correr bien, lo que nos aconseja el apóstol.

Gálatas 5:1-3 RVR60 "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley."

Primero, recomienda a los gálatas que permanezcan firmes en la libertad de Cristo. Libres de la ley, libres del pecado, libres del mundo y libres de satanás.

Segungo, les dice que no vuelvan a ponerse bajo el yugo de esclavitud, es decir, bajo el yugo de la ley. "Un yugo que nadie a podido llevar"

Tercero, les hace ver que entrar en las practicas de la ley es anular lo que Cristo hizo por ellos, es desaprovechar la obra de Jesucristo. La forma de neutralizar y hacer inefectiva la obra de Jesucristo es volver a las prácticas de la ley mosaica. Aprovechar en griego "ofeléo" ser util, beneficiar, adelantar, servir, ayudar.

Cuarto, los que se circuncidan se obligan además a tener que cumplir con toda la ley.

Quinto, buscar la justicia por medio de la ley nos separa de Cristo y nos hace caer de la gracia. Quedamos automaticamente descalificados en la carrera cristiana. Aquí está básicamente la causa del tropiezo, el buscar la justicia a través del cumplimiento de la ley.

Gálatas 5:4 RVR60 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

Sexto, es por el Espíritu y por la fe que aguardamos la esperanza de la justicia.

Septimo, en Cristo es la fe que obra por el amor lo que cuenta para Dios. No vale la circuncisión, ni la incircuncisión.

Gálatas 5:5-6 RVR60 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.

Octavo, no es el Señor el que nos ha llamado el que nos persuade, ni nos convence para que nos volvamos a la ley. Esto no procede de Dios.

Gálatas 5:13-14 RVR60 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Gálatas 5:7-9 RVR60 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama. Un poco de levadura leuda toda la masa.

Noveno, una persuasión errónea como es el volver a las obras de la ley es como echar levadura sobre una masa que la léuda y contamina toda. Una vez tocados y afectados por esta levadura de nuestras propias obras llevadas a cabo para nuestra justificación o santificación de vida observando la ley es necesario comenzar de nuevo.

Décimo, correr bien es avanzar andando en el Espíritu. Andando en el Espíritu se adelanta muchisimo, porque se va muy lijero de peso.

Gálatas 5:16-17 RVR60 "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis."

Décimoprimero, los que son guiados por el Espíritu no estan bajo la ley.

Gálatas 5:18 RVR60 "Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley."

Décimo segundo, el Espíritu da sus frutos contra los cuales no hay ley, es decir, que no son realizados o producidos por la exigencia, ni bajo las demandas de la ley.

Gálatas 5:22-23 RVR60 "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley."

Décimo tercero, la ley y la carne están vinculadas entre sí, de modo que viviendo bajo la ley somos dominados por la debilidad de la carne y damos frutos carnales. Así que vivir bajo la ley es vivir en la carne, puesto que todo lo que la ley demanda va dirigido o exigido a nuestro propio esfuerzo humano.

Gálatas 5:19-21 RVR60 "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios."

Décimo cuarto, si somos de Cristo, si en verdad estamos en Jesús entonces nuestra carne ha sido crucificada con todas sus pasiones. El viejo hombre es el osbtáculo que más estorbo y tropiezos nos causa en la vida cristiana para que no corramos bien.

Efesios 4:22, 24 RVR60 "En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad."

Gálatas 5:24 RVR60 "Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos."

Romanos 7:5-6 RVR60 "Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra."

Finalmente decir que toda la obra de Dios en nuestras vidas, toda bendición, todo progreso o avance, toda utilidad y todo servicio de adoración a Dios, todo milagro, todo don y toda gracia que nos ha sido o será dada es solo por fe, por el oir con fe.

Gálatas 3:1-5 RVR60 "¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto sólo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?"