lunes, 8 de abril de 2013

AVIVAMIENTO DEL BUENO

Habacuc 3:2 RVR60 Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.

Este mensaje es un apendice de otro compartido bajo el titulo "Una iglésia profética". El Señor me ha dirigido a inquirir y meditar, y a preguntarme sobre este asunto en particular. En mi corazón tengo el anhelo de que Dios se mueva ámplia y poderosamente. Cuando digo que "Dios se mueva" naturalmente es una forma de expresión que uso para que todos me entiendan, los evangelicos estamos acostumbrados a utilizarla con frecuencia. No obstante, sabemos que Dios siempre está trabajando, el siempre se mueve y actua, el está llevando a cabo su gran obra en la humanidad.

La cuestión es si el pueblo de Dios, la iglésia de Jesucristo y si cada creyente estamos obrando y estamos siendo movilizados para su causa. El quid del asunto es si estamos colaborando con el Señor y si estamos recogiendo con Él; y ya no solo nos debe preocupar eso, sino que debemos tener cuidado de no ser un estorbo y estar desparramando o desperdiciando sus bendiciones y las oportunidades que nos está dando.

Creo que un avivamiento ocurre en la vida individual o colectiva de los creyentes cuando estos se mueven al compás de Dios, al ridmo de la influencia del Espíritu Santo.

He leído muy poco sobre la historia de los grandes avivamientos en la iglesia, lo suficiente, los que tengan interés en saber, las librerías están llenas de libros sobre ese tema. Quizás algunos puedan encontrar algo de ayuda o guía en esa historia. Yo me temo que sirve de poco, porque solo nos fijamos en lo espectacular, en lo grandioso, en la popularidad que alcanzaron los siervos de Dios que fueron utilizados y como se hicieron grandes. Se busca la imitación, la cópia exacta, y de entrada le digo que no creo que Dios se repita en su manera de hacer las cosas.

El problema es que hoy dia somos testigos de falsos avivamientos y moveres que se le atribuyen a Dios, pero que son mas bien y nada mas que obra del marketing comercial aplicado a la iglesia como industria religiosa.

Confundimos facilmente avivamiento con multitudes y espectáculo, con poder economico y poder mediático; pero cuanto de Dios hay realmente en todo ello, cuando realmente lo que se está haciendo es vender el evangelio y aprovechar toda influencia de los medios por algunos pocos que buscan su propio enriquecimiento.

En algunos lugares del mundo se presencia un avivamiento, pero no precisamente del Espíritu de Dios, sino de la carne, religioso sí, pero de la carne. Son avivamientos del alma, porque de hecho lo que se enciende y aviva son las emociones, la sensualidad humana y natural, pero no existe un despertar del profundo sueño epiritual. La prueba está en que la gente llega a idolatrizar a sus líderes y promotores de esos movimientos, pero no profundizan en el conocimiento de Dios, ni en un caracter cristiano maduro y responsable, ni en su vida de oración.

Se alienta la diversión y el entretenimiento, la codicia y la idolatría. Se manipulan los sentimientos y el bolsillo de la gente. Si en el mundo criticamos los carnavales, que vamos a hacer con estos verdaderos carnavales evangélicos. Son pascuas y fiestas celebradas con la vieja levadura, es decir de hipocresia religiosa, y llevadas a cabo por medio del viejo hombre.

1 Corintios 5:6-8 RVR60 "No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad."

Los que son de Cristo no celebran así la obra de la cruz, ellos han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Celebran su salvación, claro que si, y se gozan inmensamente, en el nuevo hombre y en el Espíritu Santo.

Dudo de todo movimiento que no deja a la gente libre para servir, recelo cuando veo que los lideres religiosos se agencian el monopolio de tener entre sus manos la única y verdadera obra de Dios. Me asombra tanta idolatría evangelica, de como las multitudes entronan a sus dirigentes y los veneran ofreciendoles guirnaldas. No conocen la palabra que dice: Salmos 115:1 RVR60 "No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad."

Todo lo que no sea guiar a la iglesia a ser Cristo-céntrica es una herejía. La obra de la cruz debe constituir la columna vertebral del mensaje cristiano, los creyentes necesitamos la doctrina poderosa del evangelio de la gracia y la verdad que será lo único que traerá plenitud de vida a todo nuestro ser.

El pueblo de Dios necesita ser introducido en la plenitud de Canaán, debe ser guiado a la abundancia de la riqueza espirtual en Cristo Jesús. Eso solo es posible cuando cada creyente tome su posición y posesión en el lugar que le corresponde en la cruz de Cristo en su muerte y en su resurrección. Queridos hermanos, si no comprendemos esta verdad fundamental ya tenemos tarea. No se entretenga con tonterías, pidale al Señor una revelación profunda de la obra del Calvario. Le aseguro que cuando usted entienda plenamente que su vida está incluida, tanto en la muerte como en la resurrección de Cristo ya no será el mismo.

A partir de ahí usted no irá corriendo de un lado para otro, buscando bendiciones y experiencias electrizantes, ni para que otros le trasmitan nada. Usted habrá dado en el cetro de la diana para recibir toda gracia y bendición de Dios. Crecerá y profundizará como nunca antes en la comunión con Dios y en la revelación de la palabra del Señor. Será usted un canal de bendición espiritual para todos cuantos le rodean y estén dispuestos también a recibir de Dios.

Lo que motivó y movió al profeta Habacuc a orar por un avivamiento fue la palabra de Dios. "Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí." En su inquietud espiritual por la situación que atravesaba el pueblo, el buscó a Dios. Quejoso e indignado clamó al Señor para que Él hiciera algo. Dios le habló y le comunicó lo que iba a hacer. Fue esa palabra profética a la que se aferró este siervo de Dios. No fue un chiste, ni un cuento de chinos lo que oyó Habacuc, fueron palabras de juicio y de justicia, promesas de avivamiento y de bendición espiritual. Al punto que se llenó de temor y reverencia por lo que había visto y oído.

Creo que los que se toman las cosas de Dios como si fueran cuentos, chistes y bromas, no saben nada del verdadero mover de Dios, solo pretenden meterse a las multitudes en el bolsillo, y me parece a mí que con los cómicos y los payasos que existen en el mundo ya tenemos bastante ración.

Salmos 107:20 RVR60 Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina.

¿Dónde vamos a encontrar la palabra profética y sanadora? Por supuesto que en las escrituras, pero además en la oración y en la comunión secreta e íntima con Dios.

En esa íntima y profunda comunión espiritual Dios nos habla y nos hace oir sus palabras.

Jeremías 23:16-18, 22 RVR60 "Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros. Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?...................Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras."

No escuchemos las palabras de esos profetas que hablan vanidad mundanas y prosperidad economica, que nos cuentan la sensualidad de sus corazones, y alientan en los creyentes los vanos sueños haciendo a Dios aliado de todos los caprichos carnales como si Él quisiera satisfacerlos. Contradicen las escrituras cuando consuelan falsamente, afirmando a los hombres en sus pecados y desvíos; y no les exhortan para convencerlos que se vuelvan de su mal camino.

Gálatas 6:7-8 RVR60 "No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna."

No obstante, si nos humillamos delante del Señor y buscamos su rostro, el resplandecerá en nuestros corazones y nos traerá su palabra sanadora. Si le buscamos de todo corazón el nos responderá y hablará a nuestra vida su palabra restauradora y edificadora.

Una vez que esto comience a suceder en su vida, crea todo lo que Dios le dice, retenga esa palabra de fe en su corazón y declarela con sus labios. Comparta con aquellos que tienen hambre verdadera de Dios, declare la palabra profética y deje que Dios haga el resto. Los que son de Dios le oirán, los que no, ni le prestarán atención. Pero no se afane en querer compartir con todos, no malgaste su energía, ni se esfuerce por enseñar a aquellos que no quieren aprender, ellos no están dispuestos a pagar el precio de su entrega al Señor y todo caerá en saco roto.

Preocupese de que su propia vida esté avivada, profundice más y más en el Señor, en su comunión con Él; comparta cuando tenga oportunidad, y deje que Dios se encargue de los resultados.

Conviertase en un intercesor a favor del mover de Dios. "Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer;" Solo Dios puede dar vida, y el lo hace por medio de su Espíritu y la palabra profética, y utiliza como puente la oración intercesora de sus hijos y verdaderos siervos.

Es la obra de Dios lo que debemos anhelar que se haga y se de a conocer, no la nuestra. Debemos recoger y edificar para la gloria de Dios, no para la nuestra. Nuestras obras deben morir totalmente, y ojalá sea así, para que Dios pueda hacer la suya. Dios quiere llevar a cabo su obra en estos tiempos que nos ha tocado vivir, Él quiere derramar su gracia y su Espíritu sobre toda carne y que la gloria del conocimiento suyo llene la tierra como las aguas cubren el mar.

Habacuc 2:14 RVR60 "Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar."

Es una inundación espiritual, un derramamiento de su gloria y un diluvio de su conocimiento, un fluir de su vida como rio es lo que Dios quiere mandar.

Oremos por nuestro país, clamemos a Dios e intercedamos por todo los hombres. Oremos por la iglesia de Jesucristo en nuestra tierra. Oremos por los gobernantes. Pidamos a Dios que venga su reino y se establezca, y que su voluntad sea hecha en medio de nuestra sociedad.

martes, 2 de abril de 2013

DIOS PROVEE

En el libro de Génesis capítulo 22 se cuenta la historia de cuando Abrahám fue a ofrecer a su hijo Isaac en sacrificio a Dios. ¿Era algo que Dios le había pedido realmente a su siervo que hiciera, o este hombre estaba verdaderamente loco? Dios está totalmente en contra de los sacrificios, pero ¿cómo es que le pide a Abrahám que ofrezca a su hijo? ¿Había oído Abrahám en verdad la voz de Dios, o era el diablo quien le decía que sacrificase a su único hijo?

Imaginese por un momento a Abrahám intentando convencer a su mujer de que Dios le pedía que sacrificara a su hijo. "Grrr, grr, grr, cariño, esta noche he tenido un sueño, y Dios me ha dicho que debo sacrificar a Isaac" Ella le diría, "mira Abrahám, tu no estas bien de la cabeza, me parece que has estado demasiado tiempo expuesto al sol y te ha dado una insolación, lo que tú has tenido es una pesadilla"

Desde luego que Abrahám debía de estar muy seguro para arriesgarse a hacer algo así; en verdad la única garantía que tenía era su fe.

Lo que Dios le pide es inconcebible, es inhumano y contra toda lógica, es un gran pecado contra el amor natural, algo terrible. Abrahám no sabía lo que iba a pasar, en el nuevo testamento se nos dice que él creía que Dios podría devolverle a su hijo aun de entre los muertos.

Hebreos 11:17-19 RVR60 "Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir."

Abrahám confiaba en Dios plenamente, él conocía muy bien a su Señor, mantenía una relación de amistad muy estrecha con Dios.

Santiago 2:23 RVR60 "Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios."

Existía un proceso por el que Abrahám había adquirido un conocimiento experimental y genuino de Dios. Su obediencia al llamado de Dios a salir hacia la tierra prometida, la promesa cumplida de un hijo nacido en la vejez, los fracasos y decisiones erroneas cometidos en su vida y la confidencialidad entre Dios y su siervo. Todas esas experiencias llevaron a Abrahám a poseer una fe firme e inquebrantable en Dios.

Aun así, todo esto no deja de ser incomprensible e incluso una locura para la mente natural y racional. Son experiencias trascendentales que solo pueden ser entendidas por medio de la fe.

Ahora bien, Abrahám sabía que Dios era justo. El podría preguntarse si quizás Dios le pidió que ofreciera a su hijo en holocausto para resarcir de él algún pecado o injusticia cometido. Pienso que Abrahám tenía conciencia y era consciente de sus propios pecados y de los de su gente.

Yo creo, que Dios estaba representando a través de toda esta escena algo muy grande. Le estaba mostrando a su siervo lo que Él como Padre llevaría a cabo por la humanidad en tiempos futuros por medio del sacrificio de su propio Hijo Jesús. Con la diferencia de que entonces no habría ángel alguno para frenar el brazo de Dios que sostenía el cuchillo de la cruz. Creo que la experiencia de Abrahám fue profética, y está ahí para que podamos tener un atisbo del sentir de Dios como Padre al ofrecer a su Hijo.

Abrahám no necesitó sacrificar a su hijo, Dios le proveyó de un carnero para tal fin, ese carnero representa a Jesucristo, es "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo".

Somos los hombres, la humanidad toda, que teníamos que sufrir por nuestros pecados la muerte en el altar del sacrificio. Pero Dios no quiso que fuese así, por lo que, para que fuesemos nosotros librados ofreció a su Hijo, el cual murió sustituyendonos a todos en la cruz.

La única forma de comprender los actos de Dios en sus intervenciones hacia la humanidad es por medio de la fe, y aun así nos quedarán preguntas sin reponder, al menos por ahora.

Pero hay algo de lo que si podemos estar seguros, y es, que Dios nuestro Padre provee. Jehová Jiré.

Romanos 8:32 RVR60 "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?"