miércoles, 31 de diciembre de 2014

NO A LA VIOLENCIA (PARTE 2)

S. Mateo 11:12 RVR1960
"Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan."

Los violentos encarcelaron a Juan el Bautista y le cortaron la cabeza. A Jesús lo persiguieron y procuraban matarle, hasta que finalmente lo consiguieron. Los discípulos también fueron perseguidos, encarcelados y violentados. La Iglesia de primer siglo fue perseguida y masacrada.

Conocemos de la persecución que han padecido los creyentes a lo largo de la historia y la que aún hoy día sufren en diferentes paises.

Estimados hermanos no le demos a este pasaje el significado que no tiene. Los violentos son los que hacen violencia, los injustos, los perseguidores y maltratadores de los hijos de Dios. Y son los que se oponen al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo con sus falsas doctrinas.

Los violentos son instrumentos de Satanás, son aquellos que tienen el carácter de su padre que no es otro que el diablo.

S.Juan 10:10 RVR1960
"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."

En este pasaje Jesús describe el carácter de falsos pastores, obreros o ministros, cuyo objetivo es hurtar, matar y destruir. Son lobos disfrazados de ovejas, demonios haciéndose pasar por ángeles de luz.

Son líderes farsantes y engañadores que se introducen en la Iglesia, para abusar, manipular, extorsionar y expoliar a los hijos de Dios.

Ellos con sus doctrinas de demonios usurpan la libertad de los hijos de Dios, exigiéndoles sumisión. Les imponen condiciones y retribuciones a los creyentes para que puedan ser bendecidos por Dios y prósperos en sus vidas.

Veamos otro pasaje donde el apóstol Pablo los describe previniendonos de ellos.

Filipenses 3:2 RVR1960
"Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo."

Los malos obreros son aquellos que usan la palabra de Dios para subyugar y manipular la conciencia de los creyentes. Ellos buscan su propio beneficio económico, posiciones de poder, y reconocimiento popular. Sacarán de los creyentes todo cuanto puedan. Y cuando ya no puedan sacar más se los comerán vivos.

Son los que condicionan el cumplimiento del mensaje de Dios y sus promesas a la generosidad y voluntad de dar de los oyentes. Predican treinta minutos, y seguidamente estarán durante una hora pidiendo, presionando, manipulando y sacando a los oyentes todo cuanto pueden.

Si ustedes se han topado con alguno, apartense de ellos cuanto antes, y no sean ingenuos, son como innotizadores que mediante sus artes engañosas consiguen finalmente lo que se proponen.

Los perros son aquellos creyentes u obreros que siempre están ladrando a los demás. Son envidiosos y codiciosos de todo lo que otros tienen. Ladran y quieren morder a los cristianos que viven libres, los menosprecian y critican.

Al Apóstol Pablo le solían merodear algunos de esos chuchos, pero de ninguna manera les hizo caso ni se sometió a ellos.

Están también los creyentes u obreros mutiladores del cuerpo. Son los que siguen dándole vigencia al antiguo pacto o ley mosaica. Son los judaizantes, los de la circuncisión.

Pablo dice de ellos, que ¡ojalá se mutilasen!

Los que siguen dando énfasis en el antiguo pacto y sus prácticas, hacen un gran daño al Reino de Dios, ni entran ellos ni dejan entrar a otros.

La Iglesia está sufriendo muchísimo en estos días por predicadores legalistas, personas que no han entrado en el reposo del Señor ni en su gracia y tampoco puede conducir al pueblo del Señor a recibir esa herencia.

Los que aún soportan el yugo de la ley viven amargados, tristes y apesadumbrados. Están bajo una culpa constante, se sienten condenados, y están en derrota.

Sólo la gracia de Cristo puede librarlos y no más exigencias. Sólo fundamentar la fe en la obra de Jesús y vivir por su poder nos puede salvar a todos.

Bendiciones para todos mis lectores.

Pedro Jurado

martes, 30 de diciembre de 2014

NO A LA VIOLENCIA

S. Mateo 11:12 RVR1960
"Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan."

Por mucho tiempo he tenido mis dudas respecto a la interpretación que ingente multitud de creyentes y predicadores han dado a este pasaje, dando al evangelio un caracter gerrillero y belicista. El reino de Dios, la vida espiritual, sus promesas y riquezas espirituales, no se pueden obtener jamás con violencia de ningun tipo de género.

En la edad media los cruzados pensaban que el reino de Dios que se ubicaba en Jerusalén,  la ciudad santa, había que conquistarlo a fuerza de guerras con espadas. En el santo oficio (que no se lo que tenía de santo) o inquisición pensaban que era por fuerza, con torturas y mediante autos de fe que los herejes debían creer en Jesucristo y convertise.

Hoy multitud de creyentes piensan erroneamente que van a avanzar en las cosas de Dios con una actitud exigente, batallando, pataleando, decretando e imponiendo su voluntad religiosa carnal al Señor.

Los musulmanes creen que haciendo lo que ellos llaman la guerra santa entrarán en el reino de los cielos, y por esa razón asesinan, se suicidan y matan a los que tienen diferentes creencias a las de ellos.

Santiago 4:1-3 RVR1960
"¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites."

El combate, la gerra, los enfrentamientos, la violencia, nada de eso tiene que ver con el reino de Dios. Ni Él va a permitir que nadie con actitudes beligerantes siquiera pise las fronteras de su reino.

Los violentos a los que Jesús se estaba refiriendo en este pasaje eran los religiosos judios, los escribas, los fariseos, los sacerdotes e instituciones de la nación, que cuando él apareció predicando el evangelio del reino se le opusierón y le hicieron la guerra. Todos ellos se juntaron para hacer violencia, contradecir, arrebatar y destruir al Señor.

Salmos 2:1-3 RVR1960
"¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?  Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:  Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas." (Comparar con Hechos 4:24-30)

Los violentos son los que persiguen a los hijos del reino, es decir, a aquellos que creen en Dios y han nacido de nuevo en el Espíritu. Pablo era un violento antes de convertirse, porque el perseguía a la iglesia del Señor por todo lugar, y arrebataba a los creyentes para que fuesen juzgados, encarcelados y muertos.

En ninguna manera Jesús se está refiriendo a que su reino se obtiene o posee con violencia. El Reino de Dios se alcanza sólo con fe y arrepentimiento. Esto es todo lo contrario a una actitud guerrillera, es humildad y rendición al Señorío de Jesucristo.

Observen como el significado que tiene el pasaje se hace claro en estas otras traducciones.

San Mateo 11:12 DHH
"Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él."

Mateo 11:12 LBLA
"Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza."

La violencia no es ninguna virtud cristiana, es un pecado que está totalmente en contra del caracter de Dios y el Espíritu Santo.

El verbo arrebatar es el mismo que aparece en este pasaje de Juan que cito a continuación, y está relacionado con destrucción.

S.Juan 10:12 RVR1960
"Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa."

Los violentos no son hijos de Dios, sino los pacificadores serán llamados hijos de Dios, y ellos son los que heredarán la tierra. Los violentos son la cizaña que siembra el enemigo de Dios, el trigo son los hijos de Dios y del reino de los cielos.

¿Entonces, los creyentes no están en guerra espiritual? Por supuesto que sí, contra enemigos espirituales, contra las tinieblas del pecado y la injusticia. No luchamos  contra las personas, ni con armas físicas, ni con nuestras propias fuerzas, sino con las armas de la luz que Dios nos ha provisto. Luchamos por medio del Espíritu de Dios y con los medios espirituales que él nos ha provisto.

2 Corintios 10:3-6 RVR1960
"Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta."

Romanos 13:12-14 RVR1960
"La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne."

Efesios 6:10-18 RVR1960
"Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,  y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.  Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;"

Si entendemos bien la vida espiritual y los principios del reino de Dios, veremos que es Dios el que pelea por nosotros las batallas, es por su gracia que seremos más que vencedores. Es el gobierno espiritual de Dios y el señorío de Jesucristo lo que debe poseernos y dominarnos. Y esto lo hace mediante una conquista de paz, de amor y de justicia, por medio de la fe en la obra de Jesús.

martes, 23 de diciembre de 2014

LA REVELACIÓN Y LA GRACIA

Es imposible descubrir la gracia de Dios si no es por revelación, y viceversa.

Hay quienes opinan que ya no hay revelación, que con la manifestación de Jesucristo y el mensaje apostólico de primer siglo se terminó todo cuanto Dios tenía que decir.

Sin embargo, no es eso lo que nos enseñan las escrituras por medio de las palabras de Jesús y los escritos apostólicos.

Aún lo que fue dicho y escrito por revelación como doctrina cristiana es necesario que les sea revelado a los hombres por medio del Espíritu de forma particular, de manera que sepan como llevar a la práctica toda la enseñanza y obra del Señor.

El conocimiento que la mente natural puede concebir de la verdad espiritual de Dios es ínfimo, por no decir nulo, se hace necesaria la intervención de Dios mediante su gracia por medio del Espíritu.

1 Corintios 2:14 RVR1960
"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente."

La revelación es el medio a través del cual el Señor nos muestra su gracia o provisión. Es la revelación de la verdad por medio del Espíritu que nos hace conocer todo cuanto el Señor nos ha concedido.

La religión y conocimiento teológico sin revelación carecerá de gracia, y sin gracia no habrá poder espiritual.

De manera que la revelación de Dios y la gracia trabajan juntas en la vida de los creyentes y son inseparables. No hay revelación pequeña, toda es sobrenatural y procedente del Espíritu,  es la sabiduría que viene de arriba; cualquier creyente que ama a Dios puede recibir la revelación y sabiduría que viene del Señor.

El Señor ha dado su Espíritu a cada creyente, y con él la capacidad para descubrir todo lo que les ha sido concedido como herencia; para que por medio de la revelación y la gracia sepan comprender el alcance de la obra de Cristo y saber como recibirlo todo y aplicarlo en la experiencia.

1 Corintios 2:12-13 RVR1960
"Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual."

Ahora bien, la revelación debemos procesarla por medio de la meditación y reflexión, para que ésta llegue a iluminar todo nuestro ser, y a formar parte de él. De esa forma iremos progresando en el Señor y creceremos tanto en revelación como en gracia. Lo que quiero decir, es que el Señor nos irá aumentando la revelación y la gracia a medida que nos apropiamos progresivamente lo que nos va dando, aunque al principio nos parezca muy poquito. Nunca menosprecie una revelación de Dios, o una palabra Suya, por muy insignificante que le parezca al principio, retengala, reflexione en ella y descubrirá como le abre las puertas a nuevos tesoros espirituales.



martes, 4 de noviembre de 2014

SOBRE LA SANTIDAD Y LA GRACIA (PARTE 2)

La voluntad del Señor es que cada creyente avance hasta alcanzar la madurez conforme al caracter de Jesús, labor que Dios lleva a cabo por medio de su palabra, los ministerios, el Espíritu Santo, su señorío, su providencia y la operación de su gracia, en virtud de la obra consumada de Jesucristo.

El dilema por el que trato este tema no es sobre si el buscar la santidad y no el pecado, asunto que queda muy claro en la palabra de Dios en cuanto a lo que es la voluntad de Dios. Sino mas bien cómo y en que manera vamos a alcanzar la santificación y las demás virtudes de caracter espiritual cristiano. La santificación y la gracia no están de ninguna manera separadas ni reñidas como algunos pretenden hacernos creer. Los que piensan eso no han entendido la vida cristiana ni conocen el poder del evangelio de Jesucristo.

La gracia del Señor es precisamente el camino que nos conduce a la santidad y a una vida de plena comunión con Dios. Iremos examinando algunos pasajes bíblicos para dejar claramente demostrado que es única y exclusivamente por medio de la fe en la gracia de nuestro Señor Jesucristo que podemos hacer la voluntad de Dios, agradarlo y servirlo.

UN MAL ENTENDIMIENTO

Romanos 6:14-15 RVR1960
"Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.  ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera."

Algunos creyentes que oían las enseñanzas de Pablo en directo o cuando sus cartas eran leídas en las iglesias lo malinterpretaban, hoy sucede un tanto de lo mismo. No obstante, el apóstol se adelantaba a reponder las posibles objeciones y malos entendidos. La doctrina de la gracia como otras enseñanzas resulta ser aún hoy día un tema de controversia y muy mal entendido entre los cristianos.

Muchos contemporáneos del apóstol entendían que la gracia les otorgaba licencia para pecar, y no solo eso, sino que creían, que cuanto más pecado cometiesen recibirían mayor gracia. Por otro lado, algunos, al no entender el mensaje del evangelio y de la suficiencia de la obra de Jesucristo querían volver al cumplimiento de las leyes judías que se situaba al extremo opuesto de la fe y de aquel libertinaje que algunos podían entender acerca del mensaje de la gracia.

El pecado es todo lo contrario a la virtud y caracter cristiano, es la violación o transgresión del amor y de toda justicia hacia Dios y nuestro prójimo. El pecado es transgresión de la ley y es también saber hacer lo bueno y no hacerlo. También es pecado la no creencia en Dios y oponerse y resistir a la verdad del mensaje del evangelio.

En el pasaje que he citado de Romanos el apóstol Pablo es contundente al decir "Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia." Esto es un mensaje de liberación, es la declaración de una poderosa verdad tocante al evangelio de Jesucristo y el nuevo pacto en su sangre.

El pecado no gobierna, no subyuga, no reina sobre los creyentes que están posicionados y viviendo bajo la gracia. Lo contrario también es verdad, en el sentido de que si estamos bajo la ley e intentamos agradar a Dios mediante la observancia del antiguo pacto, entonces seremos esclavos del pecado, y estaremos dominados por él.

La diferencia de estar bajo la ley o por el contrario estar bajo la gracia, se encuentra en si el pecado nos está esclavizando y gobernando nuestras vidas, o por el contrario hemos sido liberados de su poder controlador.

LA OBRA DE LA CRUZ

Ahora bien, para experimentar el poder liberador de la gracia, de la esclavitud al pecado, necesitamos ver en la obra de Jesús más allá del perdón de nuestros pecados.

Jesús no solo murió por nuestros pecados ni tampoco murió sólo. Es en la obra completa de la cruz y en la resurrección de Jesucristo que se despliega la abundante gracia de Dios. Se hace necesario examinar el contexto de Romanos para comprender sobre que verdad concreta se fundamenta nuestra liberación del pecado.

Romanos 6:1-2 RVR1960
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

Pablo está hablando a los creyentes, que por serlos han muerto al pecado. Ahora bien, debemos entender que esta muerte al pecado no es un acto que realizamos por nuestra cuenta, no es a consecuencia de nuestro propio sacrificio, sino de nuestra inclusión en la muerte de Jesús. De modo que estar muertos al pecado y seguir viviendo en él no es posible, es la idea que nos está dando el apóstol.

No obstante, es una verdad fundamentada en hechos y que necesitamos conocer, creer y aplicar. En este capítulo seis de Romanos nos explica Pablo el significado simbólico del bautismo, que es una identificación con la muerte y resurección de Jesús. Más allá del símbolo se encuentra su significado más profundo, la realidad espiritual. En la comprensión de la realidad espiritual es desatado el poder de Dios que operará nuestra liberación.

Romanos 6:6 RVR1960
"sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado."

En este versículo 6 de Romanos se descubre el hecho concreto y la verdad histórica y transcendente en la que debemos fundar la fe de manera que podamos experimentar el poder de la gracia liberadora.

Aquí descubrimos algo maravilloso, y es que la obra de la cruz y la gracia operan juntas, son inseparables. Toda provisión, poder, liberación y riqueza espiritual nos han sido otorgados en la obra del Calvario, mediante la muerte y resurrección de Jesucristo.

El hecho que debemos creer, es que los que hemos creído y hemos sido bautizados en Cristo hemos muerto juntamente con él. El cuerpo de pecado, correspondiente al viejo hombre fue desactivado en la obra de la cruz, en la muerte de Jesús. Al aceptar este hecho histórico por la fe es que experimentamos a continuación un vivir para Dios en santidad, y el pecado no se enseñorea de nosotros.

Algo que todavía les cuesta muchísimo creer a los cristianos es que no se puede producir ni tener el caracter de Cristo y las virtudes o valores cristianos aparte de la vida de Dios. No son aspectos de la vida cristiana que producimos a nuestro antojo y por nuestros propios esfuerzos y capacidades naturales. Son frutos del Espíritu que por medio de la gracia y la realidad de la presencia Espiritual de Dios se producen en nuestro ser.

Estar bajo la gracia es estar situados en el nuevo pacto, por lo que quiere decir que somos cristo-centricos.

Estar en la gracia significa que nos hemos hecho participantes de la cruz y muerte de nuestro Señor Jesucristo. Por lo que vivimos en vida nueva resucitada por el poder del Espíritu Santo.

Vivir en la gracia es estar bajo el gobierno de Dios y por tanto sujetos al señorío de Jesucristo.

Viviendo bajo la gracia es como aprendemos en la práctica a vivir por la fe y agradar a Dios en santidad, piedad y justicia.

Tito 2:11-14 RVR1960
"Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras."

No somos salvos por nuestras buenas obras, sino que Dios nos salva por medio de la fe para que estando posicionados en su gracia hagamos las buenas obras que él ha preparado de antemano.

En la gracia no hay lugar para la jactancia personal, toda gloria es atribuida al Señor.

SOBRE LA SANTIDAD Y LA GRACIA (parte 1)

A causa de la ignorancia podemos sufrir de una gran sensación de temor y pánico. El error religioso además de temor produce sentimientos de culpa y de condenación, no obstante, el conocimiento de la verdad nos otorga libertad. La desinformación y ocultación de la verdad se ha convertido para multitud de lideres en instrumento de control y manipulación del pueblo llano.

A veces da la impresión de que a algunos lideres no les interesa un pueblo instruido ni con capacidad y criterio propios, que puedan poner en entredicho sus planes y proyectos. Muchos son también incapaces de aceptar que el Dios Soberano y Señor de la providencia pueda gobernar y obrar su voluntad en los individuos.

Ingente multitud de ministerios cristianos son sinceros y bien intencionados en sus enfoques de liderazgo y formas o maneras de gobernar sus grupos y congregaciones, no obstante están equivocados, y como resultado conducen a sus seguidores al error. En vez de ayudar a los creyentes a descubrir por medio de la verdad y la gracia una vida de madurez moral y espiritual responsables, les hacen dependientes de por vida de sus fuertes personalidades y ministerios.

El énfasis legalista en la enseñanza y el establecimiento de normas que condicionan más allá del mensaje del evangelio la vida de los creyentes constituyen un abismo de separación de la gracia y la verdad. Muchos lideres no han comprendido la verdad y mucho menos el obrar de la gracia. Los legalistas cometen el error de divorciar la santidad de la gracia y la gracia de la santidad.

Nadie que lea la biblia y la entienda correctamente debería ver las virtudes cristianas sean cuales sean como cosas separadas del obrar de la gracia. La santidad, la humildad, el amor, la paciencia, la bondad y cualquier valor o virtud cristiana dependen totalmente de la acción del Espíritu de Dios en el corazón y vida del creyente. Lo que si necesitamos es aprender a dar lugar para que Dios sea el que obre en nosotros tanto el querer como el hacer por su buena voluntad.

Cuando se desconoce e ignora cómo opera la gracia de Dios caemos en contradicción con la verdad y lo que significa la buena noticia del evangelio de Jesucristo. Se imponen normas humamas y leyes que corresponden al antiguo pacto, estableciendolas como condiciones para recibir las bendiciones de Dios y la salvación. Se controla a la iglesia de Jesucristo y se coharta en su libertad a los creyentes imponiendoles normas, además de una vigilancia asfixiante.

Pedro Jurado

viernes, 10 de octubre de 2014

PALPANDO A DIOS

ACT 17:22-31 RVR1960
"Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.  Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos."

Palpar: 2. tr. Emplear el sentido del tacto para orientarse en la oscuridad.

Dios ha concedido a todos los hombres la oportunidad de buscarle dentro del tiempo y el espacio que Él ha determinado que cada cual exista. Teniendo en cuenta que el hombre fue echado de la presencia de Dios y excluido de su reino espiritual por causa del pecado, desde entonces y hasta ahora la humanidad le busca a tientas.

Los hombres viven en la oscuridad y tinieblas espirituales, porque a causa del pecado perdieron la capacidad de percibir a Dios que es Espíritu. El cuerpo, la mente y las emociones humanas no tienen capacidad natural para discernir al Señor.

Los filósofos, intelectuales y buscadores de la ciudad de Atenas buscaban a Dios con todas sus facultades mentales y capacidad religiosa, no obstante era una busqueda a tientas que los había llevado a cometer el error de confundir al verdadero Dios con ídolos y objetos materiales.

Ingente multitud de personas adoran a un Dios desconocido, yo era uno de tantos adoradores. Oraba a algo o alquien que ignoraba por completo qué o quién era. Era un buscador en la oscuridad, un lanzador de mensajes repetitivos al aire, de ruegos y de súplicas intentando contactar con un Dios existente en alguna parte pero completamente desconocido.

A la luz de la revelación de la palabra a través de este mensaje del apóstol Pablo ¿Cómo podemos realizar una busqueda efectiva de Dios?

En primer lugar es necesario que prestemos atención al anuncio del evangelio. A Dios no le vamos a encontrar en templos hecho por los hombres. Esto por un lado nos limita y nos lleva a descartar maneras tradicionales y ancestrales de busqueda, y por otro lado se nos abre y amplía positivamente un nuevo sendero.

S.Juan 4:20-24 RVR1960
"Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren."

En segundo lugar, Dios es espíritu, y solo podemos contactar con él y adorarle por medio del espíritu,  es decir, a través del único organo que corresponde con su naturaleza. Lógicamente el cuerpo y el alma serán instrumentos del espíritu y medio de expresión. No obstante es del espíritu desde donde debe operarse el control y dominio de todo el ser para una verdadera adoración y servicio a Dios.

Filipenses 3:3 RVR1960
"Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne."

En tercer lugar, nos debe quedar bien claro que el Señor no necesita de nada de lo que podamos ofrecerle o hacer por él. No se deje engañar. "ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas."

Las manos del hombre representan todo cuanto por su propia voluntad y obra quiere hacer para salvarse o agradar a Dios. El mensaje de que Dios nos necesita o que depende de lo que le demos es falso, más bien somos nosotros quien lo necesitamos a Él, y es Él quien nos da todo cuanto nos hace falta total y absolutamente por gracia.

En cuarto lugar, el privilegio de buscar a Dios es universal y no monopolio de una nación en particular, ni de una raza, ni de hombres y mujeres especiales. Dios no hace acepción de personas.

Hechos 10:34-35 RVR1960
"Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,  sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia."

En quinto lugar, debemos entender y creer que Dios está muy cerca de todos cuantos le buscan. "aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos"

Hebreos 11:6 RVR1960
"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan."

En sexto lugar, el arrepentimiento o vuelta a Dios y la fe son las únicas condiciones para tener un encuentro verdadero con Él.

"Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos."

jueves, 25 de septiembre de 2014

ARRUGAS EN EL ALMA

El rostro refleja el interior de la persona a la que pertenece.
Qué es el cuerpo sino el molde del alma.
Los pliegues y surcos de la piel revelan muchas veces los arañazos y dobleces interiores acumulados que se han sufrido en el transcurrir del tiempo. Y aunque el habitáculo del espíritu se pinte, se retoque y modele artificialmente, a través de sus ventanas seguirá reflejando sus sombras y soledades.
El rechazo, los fracasos, la desesperanza, la culpa, el rencor, pueden producir heridas supurantes de corrososivo ácido que marcan el alma, que corroen los huesos y disuelve las entrañas y los músculos hasta atravesar y envejecer la piel.

El desfilar de los años no perdona, y los radicales erosionan y envejecen implacables nuestras carnes como las olas desgastan las rocas. Pero más despiadados y mortales son esos radicales que encogen el alma y el espíritu, que la arañan hasta hacerla jirones, y la envenena hasta la locura. Qué crema o elixir existe para renovar el alma y el espíritu. Qué luz penetrará en la más hermética oscuridad del ser donde no hay sol ni se ven las estrellas.

¿Cómo revivirá la esperanza mustia? ¿Cómo se podrá oír de nuevo la canción de la vida? ¿Y de dónde vendrá la lluvia que hará brotar de la oscuridad de la muerte las ilusiones enterradas?

Es la gracia de Jesucristo que renueva el ser y hermosea el rostro, es el agua que Jesús nos da a beber la que refresca el alma y el espíritu. La presencia de Dios morando en el corazón del creyente le ofrece paz y consuelo, la unción del Espíritu Santo sana sus heridas y cicatriza toda brecha poniendo un cántico nuevo en los labios del que cree y ama a Dios.

martes, 23 de septiembre de 2014

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE

Todos sabemos de memoria la oración del Padre Nuestro; pero no todos practicamos este modelo de oración reflexionando y comprendiendo su significado.

Por ejemplo, a muchos se nos escapa el sentido de esta frase: "Santificado sea tu nombre" La misma expresa adoración. El deseo e intención de quién la hace reconoce a Dios en Su santidad; el Señor es Santo, Santo, Santo.

Si Dios es tres veces Santo ¿Cómo es que nosotros podemos santificar su nombre? No podemos hacer a Dios más santo de lo que es, no obstante si podemos dar a conocer su santidad. Podríamos decir que santificar el nombre del Señor es honrarle, es glorificarle, y es representarlo como Él se merece. Es darlo a conocer tal y como Él es en verdad, santo, justo, amoroso, Padre, Dios presente, Dios de paz, ecetera.

En la medida en que conocemos a Dios por su nombre y así lo manifestamos ya le estamos santificando. Reflejar su santidad en nuestras vidas es santificar a Dios, obedecer su voluntad es santificar a Dios, vivir en la fe de Jesucristo es santificar el nombre de Dios.

El creyente nacido de nuevo y que tiene el Espíritu de Dios morando en él tiene un profundo anhelo por santificar a Dios. Aparte de Jesús no es posible santificar, ni honrar, ni agradar y glorificar a Dios. Jesucristo hombre santificó el nombre de Dios Padre por medio de su obediencia, adoración y sacrificio por la humanidad.

No santificamos el nombre de Dios por medio una religiosidad hipócrita, legalista y ritual, ni tampoco por una religiosidad sincera; sino permitiendo que su vida opere profundamente en nuestro ser mediante la gracia, la fe y la verdad.

1 Pedro 3:15a RVR1960
"sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones"

Dios se da a conocer por su nombre, que por otro lado, es muy importante observar y comprender que en su palabra Él se manifiesta con diferentes nombres para mostrarnos por medio de ellos sus atributos divinos, caracter, gracia y voluntad de bendecirnos.

Cada nombre de Dios que se muestra en la Biblia representa una revelación verdadera de su persona. Así que reconocer su nombre, invocarle y venerarlo es santificarle.

TU NOMBRE ES PERFUME DERRAMADO

“A más del olor de tus suaves ungüentos,
Tu nombre es como ungüento derramado”
(Cantares 1:3)

Olor de primaveras infinitas, tus fragancias.
Mi amado fue molido, machacado,
destilado sobre los montes y esparcido por los vientos.
Como árbol sacudido, sus hojas desprendidas por el cuero.
Su esencia extraída por las espinas y el hierro,
y la lanza que abriendo su costado
derramaron ríos perfumados de ungüento sanador.
Tus aceites sanaron nuestras almas quebrantadas,
tus ungüentos suavizaron las heridas abiertas.
Tu fresca unción nos libró del yugo de opresión.
Tu perfume caro enriqueció a los pobres.
Aroma de lirios, fragancia de nardos,
flor de almendro, rosa de Sharon es mi Amado.
Y tu nombre, perfume derramado.
Sándalo quemado de mirra y jazmines,
incienso mezclado de especias exquisitas
traídas de oriente. Jesús.
Emanuel, Dios con nosotros.
Admirable y Consejero, Padre eterno,
Príncipe de Paz.

Pedro Jurado

lunes, 8 de septiembre de 2014

UNA INVITACIÓN A LOS QUE CREEN EN DIOS

JHN 14:1 RVR1960
"No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí."

Ingente numero de personas creen en Dios, no obstante viven confusas y en temor. La fe que tienen algunos es una creencia natural, de intuición, es la creencia que se nos dio a todos por acto de creación. Es una fe surgida de la necesidad de respuestas a tantos interrogantes que el ser humano se plantea en la vida.

Todos los seres humanos han creído y creen en Dios, bien en su existencia, de forma afirmativa o ya sea para intentar demostrar su no existencia e intervención en el universo. La creencia en Dios es basicamente genética divina, incrustada en los hombres como impronta del creador que nos hizo a su imagen y semejanza.

Pero Dios es también el gran desconocido aún por los más sabios y entendidos de este mundo. El desconocimiento e ignorancia de Dios es generalizado incluso entre personas religiosas.

Hechos 17:22-23 RVR1960
"Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio."

En el pasaje citado tomado del discurso que diera Pablo en Atenas, la cuna de la filosofía donde diferentes creencias convergían en un sincretismo de la época; el apóstol señala la religiosidad existente y a la vez la ignorancia expresada en los altares "AL DIOS NO CONOCIDO"

El desconocimiento de los atenienses acerca de la deidad no era exclusiva de ellos ni de su tiempo, aún hoy, por medio de las imagenes de talla, los ritos que se realizan, por ciertos conceptos que se tienen de Dios, las tradiciones y formas de adorar a Dios se muestra en los altares religiosos la misma ignorancia.

¿Existe alguna diferencia entre creer en Dios y creer en Jesús? Indiscutiblemente la hay, y es de vital importancia que lo comprendamos. Si no la hubiera, Jesús no habría puntualizado la necesidad de creer en Él además de en Dios.

Alguien podría objetar que Jesús es Dios, y por tanto si se cree en Dios se está creyendo en Jesús. Desde luego no me cabe ninguna duda de que Cristo es Dios Hijo, Dios que se manifestó en carne en la persona de Jesús. Es eterno, es Todopoderoso, y es igual al Padre en esencia y atributos. Pero no necesariamente creyendo en Dios se está creyendo en Jesús, por eso Él dice estas palabras "creéis en Dios, creed también en mí."

¿Cuál es entonces la diferencia entre creer en Dios y creer a Jesús?

En primer lugar, la diferencia está en la revelación o manifestación de Dios por medio de Jesús. A Dios nadie le ha visto jamás. Pero sin embargo el Unigenito Hijo del Padre lo ha dado a conocer. Esto quiere decir que no es posible conocer a Dios sin conocer a Cristo, y que el que conoce a Jesús  ese si conoce a Dios.

Se puede creer en Dios y sin embargo no conocerlo, pero si creemos en Jesús, si hemos depositado la fe en él entonces conocemos también a Dios.

S.Juan 1:18 RVR1960
"A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer."

En segundo lugar, otra diferencia está en el conocimiento más exacto que podemos tener de Dios Padre por medio de Cristo en cuanto a su voluntad y propósito para los hombres.

S.Juan 14:6-7 RVR1960
"Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto."

En tercer lugar es, que nadie puede llegar a Dios Padre y agradarle si no es por Jesucristo como único mediador.

1 Timoteo 2:5 RVR1960
"Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre"

Para conocer a Dios es de vital importancia conocer a Jesucristo hombre. No es menester haberle conocido en carne, sino en su faceta humana, en su debilidad y humildad, en su entrega y servicio.

En cuarto lugar es, que toda experiencia de salvación que podamos tener de Dios será en virtud de la obra realizada por Jesucristo tanto en su vida, como en su muerte y su resurrección.

En quinto lugar, Jesucristo es Dios con nosotros, presente y palpable a los sentidos espirituales y al alma.

S. Mateo 1:23 RVR1960
"He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros."

Creer a Dios es dar un gran paso hacia Él, creer en Jesús es dar lugar a Dios en nuestro mundo interior y mantener una relación muy estrecha con Él. Jesús es Dios en nuestra cercanía, morando en nuestro corazón por el Espíritu.

Para muchos creer en Dios puede ser desconcertante, turbador, confuso e incomprensible; sin embargo cuando creemos en Jesús entonces descubrimos al Dios de amor, de justicia, de paz y de luz. Jesucristo es la máxima y más perfecta manifestación de Dios.

viernes, 5 de septiembre de 2014

PERSEGUIDORES DE SUEÑOS

ECC 5:7 RVR1960
"Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios."

La cuarta acepción del diccionario de la rae para la palabra "soñar" es: Anhelar persistentemente algo.

El versículo de Eclesiastés está precisamente haciendo referencia a los sueños como fuertes deseos que queremos ver cumplidos.

El texto comienza diciendo "Donde abundan los sueños"; los sueños pueden ser muchos, especialmente en aquellos que viven todo el tiempo dormidos e inconscientes de la realidad que les rodea.

Los que están sumergidos en sus sueños materiales tienen los ojos cerrados a las realidades espirituales.

La ambición, el deseo de grandeza y la búsqueda de riqueza son liebres veloces que terminan escapando y dejando un gran hambre en el alma y el espíritu.

Las vanidades son el contenido visual de la mayoría de los soñadores. Aspiraciones huecas, pájaros que vuelan y espuma del mar que se escurre entre los dedos.

Los creyentes hemos sido rescatados por medio de Jesucristo de una vana manera de vivir, no obstante, muchos vuelven a las andadas.

Profetas soñadores

DEU 13:1-4 RVR1960
"Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis."

Una de las razones por la que existen falsos profetas, engañadores expertos, falsos apóstoles y maestros es para probar a los creyentes verdaderos. La autenticidad y veracidad de tales ministros no se confirma por el solo hecho de que se cumplan sus sueños y expectativas. Según este pasaje de Deuteronomio lo importante es averiguar a que dios están sirviendo y detrás de que van sus corazones.

Tristemente hay multitud de creyentes en el mundo siguiendo a ministros y profetas soñadores, sensuales y amadores de si mismos. Profetizan sus propios deseos que han idolatrizado y convertido en dioses de todos cuantos le siguen. Ellos mismos han tomado el lugar que solo corresponde a Dios. Predican un evangelio, un Jesús y un espíritu diferentes.

Continuamente se están afiliando personas para correr en pos de los sueños, de los suyos propios o los de otros. Son himnotizados por el dios onírico, atraídos por los visuales hermosos de jardines frondosos saturados de amapolas y multitud de flores y plantas dormideras.

Despierte del sueño

Efesios 5:13-14 RVR1960
"Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo."

Muchos creyentes son bellos y bellas durmientes; viven recostados placidamentente  en los sueños de sus vanidades adornados con la locuacidad de abundantes y bonitas palabras.

Compare sus aspiraciones y deseos con la veracidad del evangelio. Pongase bajo la luz de Jesucristo y compruebe si no está siguiendo un dios extraño e ilusiones pasajeras. El dios griego de los sueños, Hipnos, vivía junto a su hermano gemelo llamado Tánatos, muerte. Averigue si no está usted bajo los efectos hipnóticos de algún profeta embaucador seguidor del dios onírico.

2 Corintios 11:3 RVR1960
"Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo."

Los sueños de Dios

"mas tú, teme a Dios" Como dice el mismo autor de esta frase en en otro de sus proverbios: "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia."

Sea sabio dando a Dios en su vida el lugar que le corresponde, adore, reverencie y honre al único Dios verdadero. Él tiene un sueño para usted y para mí, es algo real y muy práctico. Consiste en los planes y deseos del Señor para nuestras vidas. El sueño de Dios es vida eterna y abundante, es ver su voluntad cumplida en cada una de sus criaturas.

Jeremías 45:5 RVR1960
"¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres."

Pongamos nuestras expectativas y esperanzas en Dios, Él sabe mucho mejor que nosotros mismos lo que necesitamos y lo que nos conviene. Recibamos sus sueños y visiones inspirados por la palabra de Dios y el Espíritu Santo. Abracemos con fe y plena confianza la guía que constantemente nos ofrece mediante su soberana providencia.

Pedro Jurado

martes, 2 de septiembre de 2014

MI AZOTEA

Desde la azotea de mi casa tengo una vista panorámica de toda la ciudad. Al sur, el puerto, el trazado horizonte maríno, al fondo, tras ingente cantidad de edificios, casas y construcciones de mediana altura. Barriadas, calles, colegios, hoteles y comercios de todo tipo.

Se pueden observar las gaviotas enormes acercándose en su vuelo planeando sobre los tejados y posándose sobre las azoteas.  Graznan como si estuvieran discutiendo unas con otras, o quizás con otros, como si se echasen soberanas broncas. Hacen un ritual extraño persiguiendose.

Al oeste, la vista alcanza hasta vislumbrar Torremolinos, el aeropuerto y numerosas barriadas periféricas. Puedo ver el reloj de la torre de la Iglesia de Carranque, el barrio donde me crié. ¡Qué recuerdos me trae de mi infancia y adolescencia!

Al este, la zona más céntrica, con las construcciones más emblemáticas de Málaga, la Catedral, la Alcazaba y Gibralfaro. Piedras centenarias erosinadas de historia, salpicadas de acontecimientos y secretos imborrables.

Observo el Barrio de la Trinidad y el Perchel, distritos con solera de nuestra ciudad. Mi abuela por parte de mi padre vivía en un patio de vecinos de la Trinidad con sus lavaderos de piedra comunitarios, servicios etc.

Desde mi azotea observo la  boveda celeste salpicada de puntos relucientes, y a la gran dama con su vestido de luz paseando graciosa y lentamente señoreando en la noche. Veo grandeza e infinitud; y observando el espacio abierto también veo y descubro mi mundo interior. Encuentro quietud, oigo el silencio y surge la oración.

En mi azotea conecto con mi corazón y siento sus pulsaciones, comunico con mi espíritu y me elevo, y subo más arriba aún, y descubro donde está Dios. El está arriba, abajo, delante y detrás,  rodeandome por todas partes. Pero todavía está más cerca, descubro que está dentro mí, llenando mi ser, morando en mi alma. Y en mi azotea brillan las estrellas, y hay luz, y paz, y se también que Dios habla con los mortales.

sábado, 30 de agosto de 2014

EL AUTOR DE LA VIDA

ACT 3:14-15 RVR1960
"Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida,  y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos."

Autor: Persona que es causa de algo.

Todo cuanto se hace o ejecuta en este mundo es causado por alguien o por algunos. Las personas realizan cosas buenas y no tan buenas, malas y malísimas. Toda acción tiene su efecto y todo efecto tiene su causa, y cómo no, toda causa tiene su autor.

Es interesante obsevar este pasaje de hechos de los apóstoles desde ésta proposición argumental lógica. Es como una escena o acto representado en los que están incluidos los personajes, los actos particulares de  cada uno y el desenlace de la obra.

En este escenario que es el mundo cada cual representa el papel que le ha tocado, pero también el que ha elegido por propia voluntad. Providencia y libre albedrío, predestinación y libre elección, dos carriles señalando una misma vía separados por un fino trazo en nuestros planteamientos de vida.

Podríamos hablar de autores de libros, de inventos, de azañas, de pinturas, de esculturas y de monumentos, y todos probablemente han dejado su huella en la historia y en la actualidad en alguna medida. Han impresionado, han inspirado, han enseñado y han contribuido al progreso y mejora de la humanidad o bien a su desastre.

En este mensaje pronunciado en el patio del templo, el apóstol Pedro nos habla en primer lugar de los que negaron al Señor: " "Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo"

Jesús fue rechazado por su pueblo; la mayoría de los judíos no creyeron en Él. Y no es porque fuera un delincuente, un violento, un enfermo desauciado o un terrorista. Medido según la moral y la ley social y religiosa más exigente, Cristo era un Santo y un Justo. Rectifico, Jesús era el Santo y el Justo, es decir, que no había otro como Él, destacaba y sobresalía en todo lo bueno.

Sanaba las enfermedades de su pueblo, daba de comer a los hambrientos, consolaba a los sufrientes y daba esperanza a los pobres y marginados entre su gente.

Demasiada obra buena y excesiva luz para donde habitaba tanta maldad y oscuridad. "La luz vino al mundo, y los hombres amaron mas las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas"

Rechazar a Jesús es como patear y pisotear la justicia, lo bueno, lo amable, lo digno y a la Vida misma. Cuando ésto se hace, el homicida, el delincuente, el ladrón y el injusto queda libre y a sus anchas para hacer y deshacer cuanto se le antoje.

Sorprendentemente la gente en nuestra sociedad sigue dando libertad a los homicidas, a los ladrones, a los farsantes y a los irrespetuosos con la vida y las posesiones ajenas. Son aclamados y elevados a posiciones de gobierno y liderazgo popular. Barrabás sigue siendo votado y elegido por el populacho de generación en generación, y para mayor degeneración de la humanidad.

Perdonamos al injusto, justificamos sus atrocidades, y crucificamos al justo haciendole pagar por todas las injusticias, los robos y violencias que otros han cometido. Ali Baba con sus cuatroscientos mil ladrones son los amos y dueños de este país.

Pero el Autor de la vida no puede morir porque es la Vida misma, y la vida siempre resurge. Podemos negar al Autor de la vida, rechazarlo y abrazar a nuestro Barrabás o a nuestro Judas particular. Podemos seguir viviendo en nuestra injusticia, en nuestra indignidad o seguir comulgando con el homicida y el ladrón.

O podemos también elegir al Dador de la vida, al que resucitó de los muertos, a Jesús. Al Santo y al Justo.

Elijamos ser del número de los participantes y testigos de la vida. De una vida nueva y abundante, que es la que nos ofrece Jesús en virtud de su muerte y resurrección.


sábado, 23 de agosto de 2014

EL PRECIO DE LA LIBERTAD

1 Corintios 7:23 RVR1960
"Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres."

La libertad tiene un precio y la que corresponde a cada creyente ha costado al Señor muy cara. Como hombres y mujeres hechos a semejanza de Dios y dotados por gracia del don del libre albedrío debemos guardarnos de hacernos esclavos de otros hombres. Mucho más habiendo sido ya redimidos y liberados de la esclavitud del pecado, y siendo adoptados como hijos de Dios, debemos guardarnos de servir bajo la tiranía de los deseos y caprichos de otros.

Ya perdimos una vez la libertad debido a la desobediencia de Adán y Eva, de tal manera que a causa de ello todos nacimos esclavos del pecado. Todos fuimos engendrados en casa de esclavitud.

El pecado esclaviza a todos los que desechan a Dios de sus vidas y no le honran con fe; la injusticia, la corrupción y las malas decisiones son el pan diario de los que no tienen en cuenta a Dios. Dar de lado al creador y apartarnos de su gobierno trae consigo nuestra sumisión a sus criaturas y el ansia de querer dominar sobre otros. Es la razón de tantos gobiernos, partidos políticos y religiones en el mundo, algunos quieren tener sometidos al resto, y el resto han renunciado a tomar la responsabilidad de sus propias decisiones.

La libertad tiene un precio que no todos están dispuestos a pagar, y es ser confrontados con la verdad, y con la responsabilidad de nuestras propias acciones individuales. Dios nos creó libres, tan libres que todos y cada uno de los seres humanos le dará cuenta de lo que ha hecho con ese don, tan libres que ni Él se inmiscuye en nuestras vidas si voluntariamente no le damos lugar.

Somos tan incongruentes y tan estupidos, que ponemos nuestras vidas en las manos de otros hombres para que ellos decidan por nosotros, y después culpamos a Dios porque nos han llevado por mal camino. Dios no exime a nadie de su responsabilidad de decidir junto a quien anda el camino de la vida, ni exonera a los que por comodidad siguen a otros como borregos dirigiendose a un matadero.

Estimado amigo y hermano, nadie en esta vida lo va a tener en más alta estima ni lo va a considerar de más valor que su creador, somos para Dios su mayor tesoro. El gran amor que Dios nos tiene quedó demostrado en que entregó a su amado Hijo Jesús por todos nosotros.

Adorar a Dios y servirlo no es sinónimo de esclavitud, sino que nos reporta libertad, amor y justicia. Reconocer a Dios como creador, dueño y soberano de todas las cosas y como Señor de nuestras vidas amplia nuestros horizontes más allá de lo finito. La libertad que Cristo nos da nos permite participar y disfrutar del vasto universo creado por Dios visible e invisible.

Quién diga que rendir obediencia al Señor es privarnos de libertad, no sabe de lo que habla.

viernes, 22 de agosto de 2014

APRENDE Y REFLEXIONA

DEU 4:39-40 RVR1960
"Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre."

Tenemos acerca de Dios una gran ignorancia. Al no verle con nuestros ojos no creemos posible su existencia. Todo lo que no podemos medir, calcular o analizar en un laboratorio se escapa a nuestra comprensión. Negamos todo aquello que no entendemos ni conocemos ni percibimos con nuestros sentidos naturales.

Nos creemos solos y únicos en el universo y nos consideramos el centro de todo cuanto existe. Nuestro ego es tan grande, que antes de admitir nuestras propias limiaciones y dar crédito a Dios, preferimos creer en el azar y la casualidad.

Necesitamos que sean descorridos los visillos naturales para poder percibir y contemplar lo espiritual e invisible. Aun más nos hace falta disponer de una naturaleza superior, de unos organos apropiados y unos instrumentos y recursos adecuados para captar el ámbito de Dios y lo divino.

No se trata de adquirir conocimientos de alguna disciplina humana en cuanto a estudios cientificos o filosóficos, ni tan siquiera teológicos. Tampoco es cuestión de lanzarse a ciegas a un mundo de sensaciones extrasensoriales desconocido que nada tienen que ver con Dios.

La Biblia declara que estamos muertos en nuestros delitos y pecados, ésto quiere decir, que nos encontramos ajenos a la vida de Dios. La separación de Dios conlleva muerte espiritual, por tanto insensibilidad e inconsciencia a todo lo perteneciente al reino divino. De modo que lo que necesitamos es vida espiritual que se recibe por medio de un nuevo nacimiento o renacer en Dios.

Esto es lo primero que todo ser humano necesita aprender y saber, que deben nacer de arriba, del espíritu,  de la vida de Dios. Con la fe y el testimonio del Espíritu Santo en nuestro interior de que hemos nacido de Dios podemos entonces reflexionar y ver que el Señor reina sobre los cielos y sobre la tierra.

La meditación necesita un soporte, y disponemos de ciertos recursos, hechos, realidades y experiencias en las que podemos centrarnos para descubrir que solo hay un único Dios verdadero.

Contamos con la palabra de Dios escrita, tenemos el libro de la creación, el testimonio y la complejidad del hombre, las infinitas y cambiantes circunstancias y la posibilidad de comunicarnos con Dios mediante la oración.

Tenemos un ser y disponemos de nuestro pensamiento, de un alma y de un espíritu como instrumentos para manejar y analizar las ideas, las palabras, los conceptos y el mundo que nos rodea. Pero para percibir a Dios y conocerlo necesitamos sobre todo hacer uso del espíritu por medio de la fe.

1 Corintios 2:9-10, 14 RVR1960
"Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.  Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios......... Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente."

"Aprende pues, hoy" No hace falta esperar a otro día ni a circuntancias más favorables ni a la otra vida para aprender lo que necesitamos y podemos saber hoy.

Aprendamos que hoy es el día para la salvación.

2 Corintios 6:1-2 RVR60
"Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación."

El día de salvación es el mismo en el que invocamos a Dios. Cualquier momento es apropiado y aceptable para buscar al Señor, el nunca estará desprevenido.

La gracia de Dios está disponible y es eficaz e inmediata. No es cuestión de lo que Dios haga en el futuro, sino más bien de que nosotros recibamos ya todo cuanto ha provisto.

Justo en este momento estoy aprendiendo y reflexionando sobre lo que aprendo. Y lo que escribo es lo que resulta de mi meditación.

La mejor forma para retener lo que hemos aprendido es reflexionarlo y practicarlo.

Hay un detalle que no se nos puede escapar respecto a las cosas de Dios, y es que primero se aprende y luego se reflexiona. Primeramente captamos por revelación o percepción espiritual lo que Dios nos dice, y que de otra manera no podríamos saber, seguidamente lo pensamos y reflexionamos.

Algo que también debemos notar es que en la reflexión está involucrada no sólo la mente en el manejo de las ideas, sino el corazón, las emociones y el ser entero. El texto que encabeza este escrito indica: "reflexiona en tu corazón"

Según el pasaje que estamos considerando uno de los objetos de reflexión ha de ser Dios y su soberanía. "Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra"

El ámbito donde Dios gobierna es el cielo y la tierra. Existimos entre dos realidades, lo material y lo espiritual, entre lo visible y que podemos ver con nuestros ojos naturales y percibir con nuestros sentidos,  y lo invisible que podemos verlo y percibirlo por fe y en el espíritu.

Para percibir lo material no tenemos mayor problema a no ser que tengamos alguna dificultad física o psíquica, no obstante, para captar lo inmaterial y espiritual debemos mirar más allá realizando un acto de fe y contemplanción espiritual. También es cierto que hay algunas cosas que nos pueden obstaculizar para percibir a Dios y todo cuanto pertenece a su reino.

El pecado es la mayor de las barreras que impide que percibamos a Dios y que conozcamos sus propositos. El reino de Dios se ha acercado para manifestarse a todo el mundo, sin embargo no todos lo perciben. La razón es que para establecer contacto con el Señor es nececesario que nos arrepintamos de nuestros pecados y creamos en el evangelio.

S. Marcos 1:15 RVR1960
"El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio."

Aprender y relexionar para finalmente convencernos de la verdad o realidad de que Dios está ahí rodeandonos y ejerciendo su poder y gobierno sobre todo es un descubrimiento grandioso. Pero lo más interesante es que ésta gran verdad encierra el hecho de que la influecia del reino de Dios nos alcanza, nos afecta y nos beneficia íntima y personalmente.

Aprender y reflexionar nos conduce a ser analíticos y críticos con nuestras propias creencias y con las creecias e ideas de otros. No deberíamos limitarnos simplemente a repetir cuatro cosas que hemos leído o que nos han enseñado otros. No demos nada por sentado ni lo consideremos como verdad o mentira hasta no haberlo comprobado por nosotros mismos. No se trata de ser incredulos y cínicos, sino de comparar tomando como referencia la palabra de Dios como verdad objetiva, al Espíritu Santo, las evidencias circunstanciales e históricas, y nuestra propia experiencia subjetiva.

Para asegurarnos de que nuestro aprendizaje es verdadero y que no seremos engañados necesitamos el testimonio interior de la fe, el testimonio de la palabra del Señor, el del Espíritu Santo y el testimonio de creyentes maduros.

La segunda parte del pasaje que encabeza este escrito hace referencia a la necesidad de guardar los mandamientos y estatutos del Señor. No obstante, teniendo en cuenta que ya no estamos bajo el antiguo pacto ni bajo la ley mosaica, sino bajo el nuevo pacto y la gracia, debemos entender la demanda en la nueva situación. Es decir, que debemos interpretarlo bajo el nuevo regimen y dispensación en el que estamos en Jesucristo que es el de la gracia y la verdad.

viernes, 8 de agosto de 2014

EL MUNDO TRAS JESÚS

JHN 12:19 RVR1960
"Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él."

Jesús causó un gran impacto en la sociedad de su tiempo, especialmente en el mundo religioso, pero sobre todo en el pueblo marginado y entre los más desfavorecidos. La jerarquía religiosa se sintió amenazada, los lideres de las diferentes sectas estaban perdiendo seguidores a causa del carisma de Jesús. Ellos querían parar a cualquier precio la fama del carpintero de Nazaret.

Cristo no pretendía tener una multitud de seguidores ni buscaba gobernar sobre nadie en este mundo, Él no aspiraba a ningún reconocimiento terrenal. Pero lo cierto es que muchos querían seguirlo, y los que si deseaban tener dominio y autoridad en este mundo se morían de celos, y se sentían muy preocupados.

Jesús aparecía pocas veces en público, Él procuraba pasar desapercibido, pero la gente se la ingeniaba para encontrarle. Cristo no era un demagogo, ante todo hablaba la verdad y era coherente. Todos se admiraban de sus enseñanzas y reconocían en Él una autoridad que no habían visto en nadie. Las señales que hacía daban testimonio poderoso de que era un enviado de Dios, y no un enviado cualquiera, sino el Enviado, es decir el Mesías de Dios.

Ahora bien, ¿realmente iba el mundo detrás de Jesús? ¿estaba la gente dispuesta a seguir al maestro de Galilea? Aquellas multitudes que fueron alimentadas por la multiplicación de los panes y los peces, aquellos que en el monte de los olivos y junto a la rivera del mar de Galilea oyeron sus palabras; el gentío que lo acompaño en la entrada a Jerusalén echando ramas de palmeras y sus mantos en el suelo cuando Jesús pasaba, al poco tiempo gritaban a las autoridades: "crucificale, crucificale, crucificale"

En proporción a la muchedumbre que vitoreaban a Jesús y lo buscaban por algún interés material, solo unos cuantos eran verdaderos discípulos y seguidores comprometidos. El mundo que en verdad seguía a Jesús era muy reducido, y eso se vió cuando pendía colgado de la cruz en aquellos pocos que estaban junto a Él mientras moría.

Para los fariseos el mundo que seguía a Jesús era su mundo, el que les circundaba a ellos, el que ellos deseaban poseer y del que pretendían admiración. Era todo cuanto tenían.

Con el paso de los años y los siglos el mundo se fue haciendo más grande y el numero de verdaderos seguidores de Jesús creció exponencialmente, no obstante siguen siendo menos que los que no lo hacen. Una gran mayoría de creyentes son solo asistentes nominales, son cristianos de cultura, de teoría, de tradición y ritos.

Los gallos cantan a coro por todas partes anunciando la negación e infidelidad de multitud de creyentes que no se vuelven al Señor en arrepentimiento.

Y ya no sólo los gallos, sino las gallinas, las cotorras, los perros y los burros más burros; gritan al unísono en la prensa, la televisión e Internet el fatal testimonio de líderes cristianos. Y Satanás como director de orquesta dirigiendo con su varita el gran espectáculo y drama cristano-carnal.

El problema de muchos no es que estén fríos y vayan a las fogatas del mundo a calentarse, pues entonces habría esperanza; más bien su temperatura como creyentes es tibia.

Pero lo más terrible es que se piense que así se agrada al Señor, o que Él está satisfecho.

Apocalipsis 3:15-16 RVR60
"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca."

Esta es una advertencia del Señor a todos cuantos pretendemos seguirlo, no vale estar a medias, no sirven las apariencias. Ser y no ser, es un suicidio espiritual, por lo que no es una opción.

"Ser o no ser, he aquí la cuestión" William Shakespeare

Es el dilema que cada uno debe afrontar, soy o no soy, se es o no se es.

El Señor es el gran "Yo Soy". ¿Y que se puede decir de lo que es el Señor? El dice: Yo soy la vida, Yo soy el camino, Yo soy la verdad, Yo soy la luz, Yo soy Santo, Yo soy Dios Todopoderoso, etc,etc.

Todos cuantos siguen a Cristo y permanecen firmes se asemejarán a Él . Tendrán su vida, seguirán su camino, guardarán su verdad, serán luz, tendrán poder, y serán santos.

Los que son de Cristo, son. Son hijos de Dios, son justos, son salvos, son libres, son santos, son discípulos.

Ellos están en el mundo, pero no pertenecen a él.

S.Juan 17:16 RVR60
"No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo." Jesucristo

Pedro Jurado

lunes, 4 de agosto de 2014

LA FE QUE VIENE DE DIOS

S. Lucas 17:5-6 RVR1960
"Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería."

¿Cómo se origina la fe? ¿Cuál es la procedencia de la fe? ¿Podemos crear la fe por medio de un esfuerzo mental, emocional o de intencion? ¿Cómo puedo ser un hombre o una mujer de fe?

Muchos nos sentimos culpables porque pensamos que no tenemos la fe que el predicador de milagros de turno nos exige tener. Por otra parte sentimos que no merecemos que Dios nos supla la necesidad que estamos padeciendo, no obstante, hacemos acopio de toda nuestra energía para alcanzar conseguir esa poquita fe que nos hace falta para recibir nuestro milagro.

La fe no es algo que pueda fabricar el hombre, la fe nace de Dios. La fe es un valor espiritual, un recurso divino, es sobrenatural. Lógicamente, si es como estamos diciendo, entonces la fe en Dios es una necesidad que tenemos todos y que estamos carentes de ella.

La palabra de Dios declara en el libro de Hebreos:

Hebreos 11:6 RVR1960
"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan."

Este es un pasaje de las escrituras que todos conocemos muy bien. El mismo nos habla de la fe como un requisito indispensable para acercarnos a Dios y recibir algo de Él, eso está muy claro. La fe es el pase o recurso necesario para experimentar el reino de Dios en nuestro ser. Lo mismo que un tiket o entrada son necesarios para acceder a un teatro o cine y disfrutar del espectáculo.

Otro ejemplo es que la fe es como un talonario de cheques que usamos para sacar dinero del banco. La cuestión es que esos cheques deben ir firmados ¿Por quién? El banco donde están todos los recursos de Dios solo reconoce una firma, la de Jesucristo.

La fe viene de Dios, y más concretamente es causada por medio de la obra ejecutada por Jesús. El caudal de la fe fluye  de Jesucristo, proviene de la vida y obra realizada en el Calvario por el Señor.

Hebreos 12:2 RVR1960
"puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios."

La fe es un don de Dios, y también es como un fruto que se desarrolla y crece en todos aquellos que están plantados en Jesús.


La fe no se estimula cuando la contemplamos como si fuese una exigencia a nuestra propia capacidad y respuesta, sino más bien cuando reconocemos nuestra propia incapacidad y miramos la suficiencia y provisión de Dios. No se trata de algo que yo pueda hacer, sino de mi dependencia en que Dios lo haga.

Gálatas 2:16 RVR1960
"sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado."

Sea como don o como fruto, la fe siempre proviene de Dios, porque es en Él donde se origina.  Noten que Pablo habla de la "fe de Cristo" no de la fe en Cristo ni de nuestra propia fe.

Cuando la fe que profesamos tener nos hace ser jactanciosos y nos conduce a juzgar a aquellos que no creen igual, esa no es la fe de Jesús.

La fe de Cristo no se debe imponer a nadie, es Dios quien la da por su gracia.

Efesios 2:8-9 RVR60
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."

Dios concede a todos la salvación por gracia, y aún el medio que es la fe también proviene de Él.

Se requiere tener fe para obtener algo de Dios y todos podemos tenerla si le miramos para que nos la otorgue.

La fe nos llega como resultado de oir la palabra de Dios.

Romanos 10:17 RVR60
"Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios."

En distintas versiones de la biblia se traduce "es por el oir" por los terminos viene, surge, nace.

Entonces la fe es un efecto causado por la palabra de Dios cuando ésta encuentra unos oídos atentos y receptivos.

De manera que lo importante es predicar la palabra de Cristo, declarar sus obras, y aguardar a que Dios obre por medio de su gracia en los corazones de las personas. El énfasis no debería ser cargar las tintas sobre la gente haciendoles sentir culpables porque no tienen fe o no creen. Solo hay que predicar el evangelio del reino de Dios y esperar que Él actúe.

Tampoco creo que sea saludable buscar inquisitivamente las causas de porqué una determinada persona no ha recibido un determinado milagro. Mas bien hay que ayudar y orientar a todos a descubrir la voluntad de Dios y a aceptar lo que Dios tenga para ellos. Si el Señor no otorga algo específico que le estamos pidiendo, es porque en su voluntad y soberanía el tiene algo mejor para nuestras vidas, o simplemente nos dará su gracia la cual nos bastará.

No se ganará nada en conducir a las personas a un punto de condenación y culpabilidad, porque nuestra opinión sea que no tienen fe; confiemos en que Dios hará las cosas como a Él le place con cada cuál.

Espero que nadie me entienda mal, la fe es necesaria para recibir cualquier cosa departe de Dios. No le podemos agradar si no tenemos fe, y es por ella que Él hace milagros y maravillas por sus hijos. Pero entendamos que aún la fe proviene de Dios y no de nosotros.

Por encima de la fe que podamos ejercitar está la voluntad de Dios y su soberanía. De modo que la fe y la voluntad de Dios deben ir juntas, de esa manera su soberanía es reconocida y aceptada, y el reino de Dios es establecido en la tierra.

El amor también es más importante que la fe, de hecho la fe debería ser siempre impulsada por el amor. Debemos procurar actuar por la fe que obra por el amor.

1 Corintios 13:13 RVR1960
"Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor."

Gálatas 5:6 RVR1960
"porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor."

1 Corintios 13:2 RVR1960
"Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy."

Los apóstoles pidieron al Señor un aumento en la fe, dando así por sentado que alguna tenían, solo que no suficiente. Al menos comprendían que la fe procedía de Jesús. Sin embargo, la respuesta del Señor no se hace esperar y les muestra que la fe no tiene nada que ver con la cantidad, sino más bien con la calidad. Los apóstoles no tenían siquiera la fe equiparada a un pequeño grano de mostaza.

Ahora bien, Jesús les estaba hablando de una cierta calidad de fe, la fe que procede de Dios, una fe de naturaleza y calidad divina. Solo se necesita el tamaño de una semillita de la fe de Dios para que ocurran intervenciones milagrosas y Dios haga prodigios. En la fe lo importante no es la cantidad que poseemos, sino la pureza divina que contenga esa fe.
La fe que proviene del Señor es como el oro puro y fino, muy valiosa y preciosa, no contine escoria ni impurezas.

La fe del Señor se recibe como hemos mencionado antes por el oir la palabra de Dios. Nuevamente el apóstol Pablo en su carta a los gálatas nos lo vuelve a recordar.

Gálatas 3:5 RVR1960
"Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?"

En las obras de la ley lo que cobra relevancia es el hacer del hombre, su propia fuerza y capacidad natural para agradar a Dios y optener sus bendiciones. Pero ya no estamos bajo el antiguo pacto, sino en el nuevo pacto sellado por la sangre de Jesús. La gracia de Dios y todas sus bendiciones son suministradas por medio de la fe, y esta fe proviene de oir la palabra y de saber lo que Dios nos ha concedido por medio de Jesucristo.


jueves, 17 de julio de 2014

DESECHA TU PROPIA JUSTICIA Y CONFIA EN DIOS

DESECHA TU PROPIA JUSTICIA Y CONFÍA EN DIOS

LUK 18:9-14 RVR60
"A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido."

La confianza excesiva en uno mismo se vuelve en orgullo vanidoso. Cuando uno se ve así mismo mejor que otros, más bueno, más santo, más espiritual, más religioso, lo más probable es que esté totalmente equivocado.

Nos miramos a nosotros mismos y aun nos acercamos a Dios mostrandole nuestros logros personales, y pensando como el fariseo de la parábola. Pertenezco a la mejor denominación, tengo la mejor doctrina, soy lo mejor de lo mejor, asisto a todas las reuniones y conferencias que se hacen, leo la biblia, oro, ayuno, canto en el coro, doy mis diezmos y ofrendas, y guardo el dia de reposo, etc, etc. Y podríamos estar añadiendo muchas más cosas a la lista.

Nos creemos con el derecho e incluso con la obligación de juzgar a todos los que no son iguales a nosotros y que no hacen ni creen lo mismo. Démonos cuenta que Dios no está de acuerdo  con una actitud como esa, Él la desaprueba por completo.

Cuando alguien es en verdad espiritual y maduro en el Señor no mira a otros para medirse y tranquilizar su conciencia. Él no piensa que Dios lo recibirá y aceptará por su comportamiento religioso o porque se considere mejor que otros. La única base para acercarnos a Dios y ser aceptos por Él es solo y exclusivamente por medio de Jesucristo. Es por fe que solo podemos alcanzar la gracia de Dios, su favor y sus bendiciones.

Muchos creyentes pasan toda su vida tratando de convencer a Dios de que son por lo menos un poquito dignos de ser escuchados y atendidos por Él. Constantemente se están tomando las medidas para estar seguros de que dan la talla. Pero por desgracia muy pocas veces la dan, y cuando creen dar la medida es porque no están usando la vara de medir adecuada.

Lo que Dios tiene en cuenta es simple, Él considera si estamos permaneciendo en Cristo y si estamos bien arraigados en Él. Dios solo toma en cuenta nuestra fe y plena confianza en Jesús. "El justo por su fe vivirá"

Más que acusar, mejor que condenar, y más útil que menospreciar es inspirar a la fe en Jesucristo, a una sencilla confianza en Dios fundada en su palabra. La obra de Jesucristo en el calvario fue completa, absoluta y consumada.

Hebreos 4:16 RVR60
"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro."

Ir a Dios con todas nuestras buenas obras no nos servirá de nada, es la fe la llave que nos abre el acceso a su presencia.

Toda la gracia de Dios está a disposición para aquellos que confian en Él.

La justicia que es de Dios

Filipenses 3:9 RVR1960
"y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe"

Sólo hay una manera de que los hombres seamos restaurados y aceptados en una relación adecuada con Dios, y eso es por medio de Jesucristo, es decir, siendo hallados en Jesús.

Pero no sólo es suficiente creer en él como un personaje histórico relevante, ni como profeta o Mesías. Sino que es de importancia vital desechar nuestra propia justicia y vestirnos y apropiarnos de la suya.

La fe que agrada a Dios ni siquiera es nuestra fe, es la fe de Cristo, como bien apunta el apóstol Pablo.

La única justicia que satisface a Dios es la suya, y la fe que lo agrada es la de Cristo.

Efesios 2:8-9 RVR60
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."

La justicia de Dios es mayor que toda justicia de los hombres juntas.

No debemos procurar ser recibidos en Dios por nuestras buenas obras, ni pensemos que seremos considerados mejores o salvos por medio de ellas.

Es exclusivamente por la fe de Cristo que seremos salvos, y por la justicia de Dios que seremos aceptados y tenidos en cuenta por Él.

¿Cómo procuramos usted y yo ser aceptados en el reino de Dios, por nuestras propias obras de justicia, según las demandas de la ley y las exigencias de nuestra denominación religiosa? O como declara el apóstol Pablo, por medio de la fe en la justicia de Dios manifestada por medio de Jesucristo.

Aún estando en Jesús, puede que algunos estén confundidos tratando de presentarse ante Dios aprobados por medio de obras que son por la ley, olvidemonos de eso. Entre en el reposo de Dios, descanse de sus propias obras, reciba la justicia que es por la fe de Jesucristo.

martes, 15 de julio de 2014

UN EVANGELIO DIFERENTE

Gálatas 1:6 RVR60
"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente."

Un evangelio diferente siempre va en sentido contrario a la gracia de Dios. Es curioso, pero casi siempre se nos escapa lo que es más evidente en cuanto a lo que la obra de Dios se refiere, y es que todo es por gracia. Tengamos en cuenta que en esta carta a los galatas el apóstol Pablo trata fundamentalmente sobre la ley y la fe en contraposición. De modo que cuando nos habla de un evangelio diferente se está refiriendo concretamente a un evangelio judaizante y legalista.

El término diferente, del griego "Jéteros" otro, distinto, otra cosa.

Algunos de los galatas se habían apartado del evangelio de la gracia y de la fe, para volverse a las prácticas de la ley mosaica. Alejarse del evangelio de la gracia es alejarse de Dios quién nos llamó.

Gálatas 5:4 RVR1960
"De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído."

Dicho de otra manera es, que nos alejamos del Señor cuando procuramos la salvación y la santificación por medio de la ley. Básicamente el apóstol nos argumenta que un evangelio que no está de acuerdo con la gracia y verdad de Jesucristo, es un evangelio legalista. Vivir bajo la ley mosaica es estar fuera del nuevo pacto en Jesucristo, por tanto es un evangelio diferente.

A la mayoría de creyentes se nos escapa este aspecto de la herejía, y nos ocupamos en discutir con otros sobre asuntos culturales y doctrinales que son secundarios. Lo más distinto de la gracia es la ley, lo diferente al nuevo pacto es el antiguo pacto; lo contrario a la justicia por fe, son las obras de la ley; y el lado opuesto a las buenas noticias o evangelio del reino de Dios, es la exigencia de la ley y la condenación que trae sobre los hombres.

Así que sería interesante que reflexionaramos conforme a las escrituras para tener bien claro a lo que se refiere Pablo con un evangelio diferente, otro evangelio, u otra cosa.

Gálatas 1:7 RVR1960
"No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo."

No existe otro evangelio que el de Jesucristo, el cual es de la gracia y la verdad. No hay un evangelio según la ley, y exclusivo para judios mesiánicos, y otro para gentiles. Solo hay un evangelio verdadero, el que es por fe y para fe, el evangelio del nuevo pacto. Añadirle la ley de Moisés al evangelio de Cristo es adulterarlo y pervertirlo.

lunes, 14 de julio de 2014

EVITANDO LO PEOR (PARTE 2)

Llamados para heredar bendición

1 Pedro 3:8-13 RVR1960
"Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño;  Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala.  Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.  ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?"

Una vida sana y feliz es el resultado de una conducta santa, coherente y llena de amor hacia nuestro prójimo. Existe una conexión espiritual entre las actitudes que tenemos, lo que hacemos, y los resultados que vamos a cosechar. La falta de perdón, el resentimiento, la venganza, maldecir a nuestro prójimo, son actitudes que se volverán en forma de algún mal contra los que las practican.

Perdonar y perdonarnos, bendecir y orar por todos los hombres y mujeres que nos maldicen o cometen injusticia contra nosotros es la mejor respuesta que podemos dar como creyentes, y la manera de alcanzar nuestra mayor victoria.

No peques más

¿Es posible obedecer el mandamiento del Señor, de no pecar más? Él no le está aconsejando al que fue sanado que no se equivocara, ni que no cometiera fallos, sino que su intención no fuera cometer injusticia o maldad. Esto es válido y muy acertado para todos los creyentes, pues en la experiencia sabemos que la santificación es un proceso en el cual vamos madurando y siendo librados de malos hábitos, comportamientos ofensivos y actitudes que ofenden al Señor y a cuantos nos rodean.

Ahora bien, veamos como es posible obedecer al Señor en su mandamiento de no pecar.

1 Juan 3:6-9 RVR1960
"Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios."

En primer lugar, es posible no pecar porque la naturaleza divina que recibimos cuando nacemos de nuevo no puede cometer pecado. Como creyentes en Jesucristo tenemos de Dios un corazón nuevo y un espíritu nuevo que no pueden pecar, de ahí que somos llamados justos y santos.

En segundo lugar, el creyente que permanece en Cristo, es decir, aquel que está unido y arraigado con el Señor, no peca. Los que pecan es porque aún no han visto o discernido al Señor, ni lo han conocido. Muchos permanecen en ignorancia en cuanto a la obra que ha realizado Jesús para librarlos del pecado. Si vivimos en todo tiempo unidos al Señor y recibiendo los beneficios de su obra es completamente imposible que pequemos.

En tercer lugar, si estamos crucificados juntamente con Cristo y hemos muerto en su muerte, no podemos pecar. Es de vital importancia que ocupemos nuestra posición en la cruz de Cristo.

Romanos 6:1-2, 6 RVR1960
"¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado."

En cuarto lugar, somos libres del pecado cuando nos consideramos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. Esto debe ser un acto de fe consciente y continuado.

Romanos 6:11-14 RVR1960
"Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.  No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia."

En quinto lugar, somos libres del pecado cuando vivimos bajo la gracia. Es un error pensar que si observamos la ley seremos librados de ofender a Dios o a los hermanos, es todo lo contrario, cuando vivimos bajo la ley el pecado se enseñorea de todo nuestro ser, y cuando estamos bajo la gracia somos librados.

"Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia."

En sexto lugar, es posible no pecar porque somos librados mediante la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús.

Romanos 8:2 RVR1960
"Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte."

Tenemos departe de Dios todos los recursos, toda la gracia y todo el poder para no vivir en el pecado. Para los hombres esto es imposible, mas para Dios no lo es. Nosotros somos débiles, y no será por nuestra propia fuerza, ni capacidad de voluntad que seremos libres del pecado, sino por la gracia de Dios.

La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús es mucho más poderosa que la ley del pecado, y es estando posicionados en esta ley de vida que somos librados.

En séptimo lugar, para terminar con el pecado debemos aprender a vivir en la presencia del Señor continuamente. Esto es algo que de pasada ya he mencionado; no obstante, es nececesario que comprendamos que solamente por el poder del Señor somos librados de pecar.

Génesis 17:1 RVR1960
"Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto."

La clave para vivir una vida perfecta, en el sentido de agradar a Dios, es andar siempre en la presencia del Señor Todopoderoso. Esto es algo que se adquiere con la práctica de la oración y comunión constante con Dios.

martes, 8 de julio de 2014

EVITANDO LO PEOR (PARTE 1)

YJHN 5:14-16 RVR1960
"Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo."

Soy plenamente consciente de que el tema que voy a tratar en este artículo es muy delicado. Y es así porque por lo general suelen tomarse frente a él posturas totalmente opuestas. Jesús nos está hablando aquí sobre la relación que puede existir entre el pecado y el sufrimiento. Ya sea en forma de enfermedad o de algún tipo de maldición, el pecado tiene sus consecuencias.

Ahora bien no todo lo aparentemente malo se puede catalogar como maldición o castigo de Dios, ni tampoco todo sufrimiento, aflicción o enfermedad es consecuencia del pecado de conducta.

Lógicamente nuestros actos, reacciones y decisiones tienen sus consecuencias más tarde o más temprano. Según lo que sembramos así vamos a recoger.

Al paralítico de Betesda Jesús le habla de tal manera que establece una relación entre la enfermedad que había padecido durante treinta y ocho años y su pecado.

"Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor."

Se puede pecar más y continuar en esos hábitos que son perniciosos para nuestra salud fisica, siquica y espiritual; y podemos estar peor de lo que estamos y sufrir por causa del pecado mucho más intensa y largamente.

Ya era grave para este hombre padecer durante tanto tiempo una parálisis física,  él pensaría que eso era lo lo peor que le podía suceder a alguien. Sin embargo Jesús le dice que todabía podían sucederle cosas mucho más trágicas.

No sabemos qué estaba haciendo en el templo este hombre que Jesús había sanado para que recibiese tal reprimenda y advertencia de él. Algo malo estaba haciendo, y cuando el Señor lo exhortó no se lo tomó nada bien, enseguida fue a los enemigos de Jesús para darles aviso de quién le había sanado.

La actitud del que había sido sanado es muy común en algunos, que solo esperan del Señor que los sane, los salve y los prospere, pero no que los mande y los cambie. Juan Carlos Ortiz decía que las expectativas muchos creyentes es: "que Jesucristo me salve sí, pero que me mande no"

Lo penoso es que muchísimas personas solo buscan de Dios sus bendiciones, lo material, la sanidad y la prosperidad, para después hacer con sus vidas lo que a ellos les parece. Sin embargo Dios espera que todos los hombres y mujeres abracen la Vida abundante que él les ofrece por medio de Jesucristo y que conformen sus vidas por medio de la fe al evangelio.

En Jesucristo encontramos sanidad, restauración, amor y perdón; como también una vida abundante libre del pecado mediante la gracia  y el poder de Dios.

Muchísimos de los males que experimentamos son la consecuencia de malas decisiones y de una orientación de nuestras vidas apartada de la voluntad de Dios. Las creencias erroneas, una manera de pensar incoherente, una conducta injusta, la desobediencia a Dios etc, etc. Todo ello o alguno puede ser el desencadenante de malestales físicos,  emocionales y mentales.

Cuando nos volvemos al Señor somos restaurados, perdonados, sanados en lo más profundo de nuestro ser y librados de la condenación y la culpa. Es de vital importancia permanecer en la justicia de Cristo y en la libertad que por su medio hemos recibido. Necesitamos profundizar en el conocimiento de la verdad y que ésta siga haciendo su obra por el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas.

La mejor manera, y la más fácil y rápida para avanzar hacia una vida espiritual sana, de libertad y victoria, es vivir en una relación de amor y comunión constante con el Señor.

miércoles, 2 de julio de 2014

LA ÚNICA OBRA DE DIOS

S.Juan 6:28-29 RVR60
"Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Ésta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado."

Los hombres preguntaron a Jesús qué era lo que debían hacer para poner en práctica las obras de Dios; el Señor les contesta que Dios sólo tiene una obra para que los hombres hagan.

Sólo existe una manera de obrar con la cual se puede agradar a Dios y esa es la fe. Todo lo demás es una consecuencia o resultado de esa fe.

Al creyente se le cuenta su fe como obra suficiente para ser considerado justo ante Dios y como camino de santificación y crecimiento espiritual.
Tanto la justificación como la perfección o madurez cristiana es una consecuencia de la fe.

Los que preguntaron a Jesús sabían perfectamente todo cuanto Dios exigía, ellos tenían la ley; el problema real que enfrentaban es que eran incapaces de practicar todo cuanto Dios pedía. A lo largo de los siglos habían descubierto la imposibilidad humana para agradar a Dios.

Ellos no sabían como cumplir con toda la ley del Señor sin faltar a ninguna. El pueblo de Dios trabajaba por cumplir la ley, de alguna manera ese era su único alimento, con ella sustentaban sus esperanzas. Pero tristemente, lo que la ley traía sobre ellos era condenación y muerte por causa del pecado, no porque la ley fuese mala, sino porque los hombres a causa de su debilidad no podian cumplirla.

Jesús hace a todos un planteamiento diferente:

JHN 6:27 RVR1960
"Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre."

Las eperanzas de Israel según podemos observar se limitaban practicamente a poseer un trozo de tierra, ser una gran nación, estar libres de sus enemigos y tener provisiones, riquezas y recursos  suficientes. Eso es trabajar solo y exclusivamente por lo que perece, es decir, por las cosas de esta vida.

Jesús nos plantea un nuevo paradigma en el que parece que hubiera contradicción, primero dice trabajad, y seguidamente nos dice que la obra de Dios es que creamos. Desde luego que no deberíamos intentar cambiar los planes de Dios, porque entonces no nos irá nada bien.

La propuesta de Jesús es simple, creer es obrar, tener fe es trabajar por la comida espiritual. La fe es un ejercicio espiritual que nos lleva a tomar acción en el reino de Dios. La fe  busca a Dios, la fe agrada a Dios, la fe obra por el amor.
La fe revela la justicia que es de Dios por medio de Jesucristo haciendola manifiesta en nuestra vida cotidiana.

El apóstol Pablo lo resumía con estas palabras:

Gálatas 2:20b RVR1960
"y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí."

El trabajo de la fe no es mérito nuestro, sino de la gracia de Dios que opera por medio de ella, y tanto la fe como la gracia son recursos gratuitos de Dios.

Una vez más el apóstol lo explica con matutina claridad:

1 Corintios 15:10 RVR1960
"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo."

De modo que en la medida que el creyente deja operar en libertad la gracia de Dios en su vida, así se hará manifiesta la obra de Dios en él. Lo único que debemos procurar es creer, para que el obrar de la gracia de Dios no sea en vano.

"Y su gracia no ha sido en vano para conmigo" La gracia de Dios la podemos estorbar, hacerla vana y neutralizarla de muy diversas maneras. Es lo que debemos tener cuidado de no hacer.

La confianza en la carne, en los recursos propios, y en la capacidad natural, neutralizan la gracia de Dios. La autosuficiencia y el orgullo obstaculiza la gracia de Dios. La amargura y el resentimiento impide el obrar de la gracia. Finalmente decir que la observación de la ley y el tratar de agradar a Dios por medio de ella, nos separa de la gracia.

Por el contrario, la fe en la provisión de Dios por medio de Jesucristo, la dependencia en el poder de Dios, el perdón, la humildad, y la confianza puesta en la presencia de Dios morando en nuestro interior permitirán el fluir de la gracia.

Estimados hermanos, la gracia de Dios es simplemente el mismo Jesucristo que ha sido enviado y mora en todo aquel que lo ha creído. Viva de Cristo, alimentese de él, dependa por fe de su Vida que está en usted.