viernes, 8 de agosto de 2014

EL MUNDO TRAS JESÚS

JHN 12:19 RVR1960
"Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él."

Jesús causó un gran impacto en la sociedad de su tiempo, especialmente en el mundo religioso, pero sobre todo en el pueblo marginado y entre los más desfavorecidos. La jerarquía religiosa se sintió amenazada, los lideres de las diferentes sectas estaban perdiendo seguidores a causa del carisma de Jesús. Ellos querían parar a cualquier precio la fama del carpintero de Nazaret.

Cristo no pretendía tener una multitud de seguidores ni buscaba gobernar sobre nadie en este mundo, Él no aspiraba a ningún reconocimiento terrenal. Pero lo cierto es que muchos querían seguirlo, y los que si deseaban tener dominio y autoridad en este mundo se morían de celos, y se sentían muy preocupados.

Jesús aparecía pocas veces en público, Él procuraba pasar desapercibido, pero la gente se la ingeniaba para encontrarle. Cristo no era un demagogo, ante todo hablaba la verdad y era coherente. Todos se admiraban de sus enseñanzas y reconocían en Él una autoridad que no habían visto en nadie. Las señales que hacía daban testimonio poderoso de que era un enviado de Dios, y no un enviado cualquiera, sino el Enviado, es decir el Mesías de Dios.

Ahora bien, ¿realmente iba el mundo detrás de Jesús? ¿estaba la gente dispuesta a seguir al maestro de Galilea? Aquellas multitudes que fueron alimentadas por la multiplicación de los panes y los peces, aquellos que en el monte de los olivos y junto a la rivera del mar de Galilea oyeron sus palabras; el gentío que lo acompaño en la entrada a Jerusalén echando ramas de palmeras y sus mantos en el suelo cuando Jesús pasaba, al poco tiempo gritaban a las autoridades: "crucificale, crucificale, crucificale"

En proporción a la muchedumbre que vitoreaban a Jesús y lo buscaban por algún interés material, solo unos cuantos eran verdaderos discípulos y seguidores comprometidos. El mundo que en verdad seguía a Jesús era muy reducido, y eso se vió cuando pendía colgado de la cruz en aquellos pocos que estaban junto a Él mientras moría.

Para los fariseos el mundo que seguía a Jesús era su mundo, el que les circundaba a ellos, el que ellos deseaban poseer y del que pretendían admiración. Era todo cuanto tenían.

Con el paso de los años y los siglos el mundo se fue haciendo más grande y el numero de verdaderos seguidores de Jesús creció exponencialmente, no obstante siguen siendo menos que los que no lo hacen. Una gran mayoría de creyentes son solo asistentes nominales, son cristianos de cultura, de teoría, de tradición y ritos.

Los gallos cantan a coro por todas partes anunciando la negación e infidelidad de multitud de creyentes que no se vuelven al Señor en arrepentimiento.

Y ya no sólo los gallos, sino las gallinas, las cotorras, los perros y los burros más burros; gritan al unísono en la prensa, la televisión e Internet el fatal testimonio de líderes cristianos. Y Satanás como director de orquesta dirigiendo con su varita el gran espectáculo y drama cristano-carnal.

El problema de muchos no es que estén fríos y vayan a las fogatas del mundo a calentarse, pues entonces habría esperanza; más bien su temperatura como creyentes es tibia.

Pero lo más terrible es que se piense que así se agrada al Señor, o que Él está satisfecho.

Apocalipsis 3:15-16 RVR60
"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca."

Esta es una advertencia del Señor a todos cuantos pretendemos seguirlo, no vale estar a medias, no sirven las apariencias. Ser y no ser, es un suicidio espiritual, por lo que no es una opción.

"Ser o no ser, he aquí la cuestión" William Shakespeare

Es el dilema que cada uno debe afrontar, soy o no soy, se es o no se es.

El Señor es el gran "Yo Soy". ¿Y que se puede decir de lo que es el Señor? El dice: Yo soy la vida, Yo soy el camino, Yo soy la verdad, Yo soy la luz, Yo soy Santo, Yo soy Dios Todopoderoso, etc,etc.

Todos cuantos siguen a Cristo y permanecen firmes se asemejarán a Él . Tendrán su vida, seguirán su camino, guardarán su verdad, serán luz, tendrán poder, y serán santos.

Los que son de Cristo, son. Son hijos de Dios, son justos, son salvos, son libres, son santos, son discípulos.

Ellos están en el mundo, pero no pertenecen a él.

S.Juan 17:16 RVR60
"No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo." Jesucristo

Pedro Jurado

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