lunes, 4 de agosto de 2014

LA FE QUE VIENE DE DIOS

S. Lucas 17:5-6 RVR1960
"Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería."

¿Cómo se origina la fe? ¿Cuál es la procedencia de la fe? ¿Podemos crear la fe por medio de un esfuerzo mental, emocional o de intencion? ¿Cómo puedo ser un hombre o una mujer de fe?

Muchos nos sentimos culpables porque pensamos que no tenemos la fe que el predicador de milagros de turno nos exige tener. Por otra parte sentimos que no merecemos que Dios nos supla la necesidad que estamos padeciendo, no obstante, hacemos acopio de toda nuestra energía para alcanzar conseguir esa poquita fe que nos hace falta para recibir nuestro milagro.

La fe no es algo que pueda fabricar el hombre, la fe nace de Dios. La fe es un valor espiritual, un recurso divino, es sobrenatural. Lógicamente, si es como estamos diciendo, entonces la fe en Dios es una necesidad que tenemos todos y que estamos carentes de ella.

La palabra de Dios declara en el libro de Hebreos:

Hebreos 11:6 RVR1960
"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan."

Este es un pasaje de las escrituras que todos conocemos muy bien. El mismo nos habla de la fe como un requisito indispensable para acercarnos a Dios y recibir algo de Él, eso está muy claro. La fe es el pase o recurso necesario para experimentar el reino de Dios en nuestro ser. Lo mismo que un tiket o entrada son necesarios para acceder a un teatro o cine y disfrutar del espectáculo.

Otro ejemplo es que la fe es como un talonario de cheques que usamos para sacar dinero del banco. La cuestión es que esos cheques deben ir firmados ¿Por quién? El banco donde están todos los recursos de Dios solo reconoce una firma, la de Jesucristo.

La fe viene de Dios, y más concretamente es causada por medio de la obra ejecutada por Jesús. El caudal de la fe fluye  de Jesucristo, proviene de la vida y obra realizada en el Calvario por el Señor.

Hebreos 12:2 RVR1960
"puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios."

La fe es un don de Dios, y también es como un fruto que se desarrolla y crece en todos aquellos que están plantados en Jesús.


La fe no se estimula cuando la contemplamos como si fuese una exigencia a nuestra propia capacidad y respuesta, sino más bien cuando reconocemos nuestra propia incapacidad y miramos la suficiencia y provisión de Dios. No se trata de algo que yo pueda hacer, sino de mi dependencia en que Dios lo haga.

Gálatas 2:16 RVR1960
"sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado."

Sea como don o como fruto, la fe siempre proviene de Dios, porque es en Él donde se origina.  Noten que Pablo habla de la "fe de Cristo" no de la fe en Cristo ni de nuestra propia fe.

Cuando la fe que profesamos tener nos hace ser jactanciosos y nos conduce a juzgar a aquellos que no creen igual, esa no es la fe de Jesús.

La fe de Cristo no se debe imponer a nadie, es Dios quien la da por su gracia.

Efesios 2:8-9 RVR60
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."

Dios concede a todos la salvación por gracia, y aún el medio que es la fe también proviene de Él.

Se requiere tener fe para obtener algo de Dios y todos podemos tenerla si le miramos para que nos la otorgue.

La fe nos llega como resultado de oir la palabra de Dios.

Romanos 10:17 RVR60
"Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios."

En distintas versiones de la biblia se traduce "es por el oir" por los terminos viene, surge, nace.

Entonces la fe es un efecto causado por la palabra de Dios cuando ésta encuentra unos oídos atentos y receptivos.

De manera que lo importante es predicar la palabra de Cristo, declarar sus obras, y aguardar a que Dios obre por medio de su gracia en los corazones de las personas. El énfasis no debería ser cargar las tintas sobre la gente haciendoles sentir culpables porque no tienen fe o no creen. Solo hay que predicar el evangelio del reino de Dios y esperar que Él actúe.

Tampoco creo que sea saludable buscar inquisitivamente las causas de porqué una determinada persona no ha recibido un determinado milagro. Mas bien hay que ayudar y orientar a todos a descubrir la voluntad de Dios y a aceptar lo que Dios tenga para ellos. Si el Señor no otorga algo específico que le estamos pidiendo, es porque en su voluntad y soberanía el tiene algo mejor para nuestras vidas, o simplemente nos dará su gracia la cual nos bastará.

No se ganará nada en conducir a las personas a un punto de condenación y culpabilidad, porque nuestra opinión sea que no tienen fe; confiemos en que Dios hará las cosas como a Él le place con cada cuál.

Espero que nadie me entienda mal, la fe es necesaria para recibir cualquier cosa departe de Dios. No le podemos agradar si no tenemos fe, y es por ella que Él hace milagros y maravillas por sus hijos. Pero entendamos que aún la fe proviene de Dios y no de nosotros.

Por encima de la fe que podamos ejercitar está la voluntad de Dios y su soberanía. De modo que la fe y la voluntad de Dios deben ir juntas, de esa manera su soberanía es reconocida y aceptada, y el reino de Dios es establecido en la tierra.

El amor también es más importante que la fe, de hecho la fe debería ser siempre impulsada por el amor. Debemos procurar actuar por la fe que obra por el amor.

1 Corintios 13:13 RVR1960
"Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor."

Gálatas 5:6 RVR1960
"porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor."

1 Corintios 13:2 RVR1960
"Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy."

Los apóstoles pidieron al Señor un aumento en la fe, dando así por sentado que alguna tenían, solo que no suficiente. Al menos comprendían que la fe procedía de Jesús. Sin embargo, la respuesta del Señor no se hace esperar y les muestra que la fe no tiene nada que ver con la cantidad, sino más bien con la calidad. Los apóstoles no tenían siquiera la fe equiparada a un pequeño grano de mostaza.

Ahora bien, Jesús les estaba hablando de una cierta calidad de fe, la fe que procede de Dios, una fe de naturaleza y calidad divina. Solo se necesita el tamaño de una semillita de la fe de Dios para que ocurran intervenciones milagrosas y Dios haga prodigios. En la fe lo importante no es la cantidad que poseemos, sino la pureza divina que contenga esa fe.
La fe que proviene del Señor es como el oro puro y fino, muy valiosa y preciosa, no contine escoria ni impurezas.

La fe del Señor se recibe como hemos mencionado antes por el oir la palabra de Dios. Nuevamente el apóstol Pablo en su carta a los gálatas nos lo vuelve a recordar.

Gálatas 3:5 RVR1960
"Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?"

En las obras de la ley lo que cobra relevancia es el hacer del hombre, su propia fuerza y capacidad natural para agradar a Dios y optener sus bendiciones. Pero ya no estamos bajo el antiguo pacto, sino en el nuevo pacto sellado por la sangre de Jesús. La gracia de Dios y todas sus bendiciones son suministradas por medio de la fe, y esta fe proviene de oir la palabra y de saber lo que Dios nos ha concedido por medio de Jesucristo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario