martes, 30 de diciembre de 2014

NO A LA VIOLENCIA

S. Mateo 11:12 RVR1960
"Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan."

Por mucho tiempo he tenido mis dudas respecto a la interpretación que ingente multitud de creyentes y predicadores han dado a este pasaje, dando al evangelio un caracter gerrillero y belicista. El reino de Dios, la vida espiritual, sus promesas y riquezas espirituales, no se pueden obtener jamás con violencia de ningun tipo de género.

En la edad media los cruzados pensaban que el reino de Dios que se ubicaba en Jerusalén,  la ciudad santa, había que conquistarlo a fuerza de guerras con espadas. En el santo oficio (que no se lo que tenía de santo) o inquisición pensaban que era por fuerza, con torturas y mediante autos de fe que los herejes debían creer en Jesucristo y convertise.

Hoy multitud de creyentes piensan erroneamente que van a avanzar en las cosas de Dios con una actitud exigente, batallando, pataleando, decretando e imponiendo su voluntad religiosa carnal al Señor.

Los musulmanes creen que haciendo lo que ellos llaman la guerra santa entrarán en el reino de los cielos, y por esa razón asesinan, se suicidan y matan a los que tienen diferentes creencias a las de ellos.

Santiago 4:1-3 RVR1960
"¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites."

El combate, la gerra, los enfrentamientos, la violencia, nada de eso tiene que ver con el reino de Dios. Ni Él va a permitir que nadie con actitudes beligerantes siquiera pise las fronteras de su reino.

Los violentos a los que Jesús se estaba refiriendo en este pasaje eran los religiosos judios, los escribas, los fariseos, los sacerdotes e instituciones de la nación, que cuando él apareció predicando el evangelio del reino se le opusierón y le hicieron la guerra. Todos ellos se juntaron para hacer violencia, contradecir, arrebatar y destruir al Señor.

Salmos 2:1-3 RVR1960
"¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?  Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:  Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas." (Comparar con Hechos 4:24-30)

Los violentos son los que persiguen a los hijos del reino, es decir, a aquellos que creen en Dios y han nacido de nuevo en el Espíritu. Pablo era un violento antes de convertirse, porque el perseguía a la iglesia del Señor por todo lugar, y arrebataba a los creyentes para que fuesen juzgados, encarcelados y muertos.

En ninguna manera Jesús se está refiriendo a que su reino se obtiene o posee con violencia. El Reino de Dios se alcanza sólo con fe y arrepentimiento. Esto es todo lo contrario a una actitud guerrillera, es humildad y rendición al Señorío de Jesucristo.

Observen como el significado que tiene el pasaje se hace claro en estas otras traducciones.

San Mateo 11:12 DHH
"Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él."

Mateo 11:12 LBLA
"Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza."

La violencia no es ninguna virtud cristiana, es un pecado que está totalmente en contra del caracter de Dios y el Espíritu Santo.

El verbo arrebatar es el mismo que aparece en este pasaje de Juan que cito a continuación, y está relacionado con destrucción.

S.Juan 10:12 RVR1960
"Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa."

Los violentos no son hijos de Dios, sino los pacificadores serán llamados hijos de Dios, y ellos son los que heredarán la tierra. Los violentos son la cizaña que siembra el enemigo de Dios, el trigo son los hijos de Dios y del reino de los cielos.

¿Entonces, los creyentes no están en guerra espiritual? Por supuesto que sí, contra enemigos espirituales, contra las tinieblas del pecado y la injusticia. No luchamos  contra las personas, ni con armas físicas, ni con nuestras propias fuerzas, sino con las armas de la luz que Dios nos ha provisto. Luchamos por medio del Espíritu de Dios y con los medios espirituales que él nos ha provisto.

2 Corintios 10:3-6 RVR1960
"Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta."

Romanos 13:12-14 RVR1960
"La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne."

Efesios 6:10-18 RVR1960
"Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,  y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.  Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;"

Si entendemos bien la vida espiritual y los principios del reino de Dios, veremos que es Dios el que pelea por nosotros las batallas, es por su gracia que seremos más que vencedores. Es el gobierno espiritual de Dios y el señorío de Jesucristo lo que debe poseernos y dominarnos. Y esto lo hace mediante una conquista de paz, de amor y de justicia, por medio de la fe en la obra de Jesús.

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