miércoles, 31 de diciembre de 2014

NO A LA VIOLENCIA (PARTE 2)

S. Mateo 11:12 RVR1960
"Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan."

Los violentos encarcelaron a Juan el Bautista y le cortaron la cabeza. A Jesús lo persiguieron y procuraban matarle, hasta que finalmente lo consiguieron. Los discípulos también fueron perseguidos, encarcelados y violentados. La Iglesia de primer siglo fue perseguida y masacrada.

Conocemos de la persecución que han padecido los creyentes a lo largo de la historia y la que aún hoy día sufren en diferentes paises.

Estimados hermanos no le demos a este pasaje el significado que no tiene. Los violentos son los que hacen violencia, los injustos, los perseguidores y maltratadores de los hijos de Dios. Y son los que se oponen al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo con sus falsas doctrinas.

Los violentos son instrumentos de Satanás, son aquellos que tienen el carácter de su padre que no es otro que el diablo.

S.Juan 10:10 RVR1960
"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."

En este pasaje Jesús describe el carácter de falsos pastores, obreros o ministros, cuyo objetivo es hurtar, matar y destruir. Son lobos disfrazados de ovejas, demonios haciéndose pasar por ángeles de luz.

Son líderes farsantes y engañadores que se introducen en la Iglesia, para abusar, manipular, extorsionar y expoliar a los hijos de Dios.

Ellos con sus doctrinas de demonios usurpan la libertad de los hijos de Dios, exigiéndoles sumisión. Les imponen condiciones y retribuciones a los creyentes para que puedan ser bendecidos por Dios y prósperos en sus vidas.

Veamos otro pasaje donde el apóstol Pablo los describe previniendonos de ellos.

Filipenses 3:2 RVR1960
"Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo."

Los malos obreros son aquellos que usan la palabra de Dios para subyugar y manipular la conciencia de los creyentes. Ellos buscan su propio beneficio económico, posiciones de poder, y reconocimiento popular. Sacarán de los creyentes todo cuanto puedan. Y cuando ya no puedan sacar más se los comerán vivos.

Son los que condicionan el cumplimiento del mensaje de Dios y sus promesas a la generosidad y voluntad de dar de los oyentes. Predican treinta minutos, y seguidamente estarán durante una hora pidiendo, presionando, manipulando y sacando a los oyentes todo cuanto pueden.

Si ustedes se han topado con alguno, apartense de ellos cuanto antes, y no sean ingenuos, son como innotizadores que mediante sus artes engañosas consiguen finalmente lo que se proponen.

Los perros son aquellos creyentes u obreros que siempre están ladrando a los demás. Son envidiosos y codiciosos de todo lo que otros tienen. Ladran y quieren morder a los cristianos que viven libres, los menosprecian y critican.

Al Apóstol Pablo le solían merodear algunos de esos chuchos, pero de ninguna manera les hizo caso ni se sometió a ellos.

Están también los creyentes u obreros mutiladores del cuerpo. Son los que siguen dándole vigencia al antiguo pacto o ley mosaica. Son los judaizantes, los de la circuncisión.

Pablo dice de ellos, que ¡ojalá se mutilasen!

Los que siguen dando énfasis en el antiguo pacto y sus prácticas, hacen un gran daño al Reino de Dios, ni entran ellos ni dejan entrar a otros.

La Iglesia está sufriendo muchísimo en estos días por predicadores legalistas, personas que no han entrado en el reposo del Señor ni en su gracia y tampoco puede conducir al pueblo del Señor a recibir esa herencia.

Los que aún soportan el yugo de la ley viven amargados, tristes y apesadumbrados. Están bajo una culpa constante, se sienten condenados, y están en derrota.

Sólo la gracia de Cristo puede librarlos y no más exigencias. Sólo fundamentar la fe en la obra de Jesús y vivir por su poder nos puede salvar a todos.

Bendiciones para todos mis lectores.

Pedro Jurado

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