martes, 4 de noviembre de 2014

SOBRE LA SANTIDAD Y LA GRACIA (parte 1)

A causa de la ignorancia podemos sufrir de una gran sensación de temor y pánico. El error religioso además de temor produce sentimientos de culpa y de condenación, no obstante, el conocimiento de la verdad nos otorga libertad. La desinformación y ocultación de la verdad se ha convertido para multitud de lideres en instrumento de control y manipulación del pueblo llano.

A veces da la impresión de que a algunos lideres no les interesa un pueblo instruido ni con capacidad y criterio propios, que puedan poner en entredicho sus planes y proyectos. Muchos son también incapaces de aceptar que el Dios Soberano y Señor de la providencia pueda gobernar y obrar su voluntad en los individuos.

Ingente multitud de ministerios cristianos son sinceros y bien intencionados en sus enfoques de liderazgo y formas o maneras de gobernar sus grupos y congregaciones, no obstante están equivocados, y como resultado conducen a sus seguidores al error. En vez de ayudar a los creyentes a descubrir por medio de la verdad y la gracia una vida de madurez moral y espiritual responsables, les hacen dependientes de por vida de sus fuertes personalidades y ministerios.

El énfasis legalista en la enseñanza y el establecimiento de normas que condicionan más allá del mensaje del evangelio la vida de los creyentes constituyen un abismo de separación de la gracia y la verdad. Muchos lideres no han comprendido la verdad y mucho menos el obrar de la gracia. Los legalistas cometen el error de divorciar la santidad de la gracia y la gracia de la santidad.

Nadie que lea la biblia y la entienda correctamente debería ver las virtudes cristianas sean cuales sean como cosas separadas del obrar de la gracia. La santidad, la humildad, el amor, la paciencia, la bondad y cualquier valor o virtud cristiana dependen totalmente de la acción del Espíritu de Dios en el corazón y vida del creyente. Lo que si necesitamos es aprender a dar lugar para que Dios sea el que obre en nosotros tanto el querer como el hacer por su buena voluntad.

Cuando se desconoce e ignora cómo opera la gracia de Dios caemos en contradicción con la verdad y lo que significa la buena noticia del evangelio de Jesucristo. Se imponen normas humamas y leyes que corresponden al antiguo pacto, estableciendolas como condiciones para recibir las bendiciones de Dios y la salvación. Se controla a la iglesia de Jesucristo y se coharta en su libertad a los creyentes imponiendoles normas, además de una vigilancia asfixiante.

Pedro Jurado

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