martes, 2 de abril de 2013

DIOS PROVEE

En el libro de Génesis capítulo 22 se cuenta la historia de cuando Abrahám fue a ofrecer a su hijo Isaac en sacrificio a Dios. ¿Era algo que Dios le había pedido realmente a su siervo que hiciera, o este hombre estaba verdaderamente loco? Dios está totalmente en contra de los sacrificios, pero ¿cómo es que le pide a Abrahám que ofrezca a su hijo? ¿Había oído Abrahám en verdad la voz de Dios, o era el diablo quien le decía que sacrificase a su único hijo?

Imaginese por un momento a Abrahám intentando convencer a su mujer de que Dios le pedía que sacrificara a su hijo. "Grrr, grr, grr, cariño, esta noche he tenido un sueño, y Dios me ha dicho que debo sacrificar a Isaac" Ella le diría, "mira Abrahám, tu no estas bien de la cabeza, me parece que has estado demasiado tiempo expuesto al sol y te ha dado una insolación, lo que tú has tenido es una pesadilla"

Desde luego que Abrahám debía de estar muy seguro para arriesgarse a hacer algo así; en verdad la única garantía que tenía era su fe.

Lo que Dios le pide es inconcebible, es inhumano y contra toda lógica, es un gran pecado contra el amor natural, algo terrible. Abrahám no sabía lo que iba a pasar, en el nuevo testamento se nos dice que él creía que Dios podría devolverle a su hijo aun de entre los muertos.

Hebreos 11:17-19 RVR60 "Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir."

Abrahám confiaba en Dios plenamente, él conocía muy bien a su Señor, mantenía una relación de amistad muy estrecha con Dios.

Santiago 2:23 RVR60 "Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios."

Existía un proceso por el que Abrahám había adquirido un conocimiento experimental y genuino de Dios. Su obediencia al llamado de Dios a salir hacia la tierra prometida, la promesa cumplida de un hijo nacido en la vejez, los fracasos y decisiones erroneas cometidos en su vida y la confidencialidad entre Dios y su siervo. Todas esas experiencias llevaron a Abrahám a poseer una fe firme e inquebrantable en Dios.

Aun así, todo esto no deja de ser incomprensible e incluso una locura para la mente natural y racional. Son experiencias trascendentales que solo pueden ser entendidas por medio de la fe.

Ahora bien, Abrahám sabía que Dios era justo. El podría preguntarse si quizás Dios le pidió que ofreciera a su hijo en holocausto para resarcir de él algún pecado o injusticia cometido. Pienso que Abrahám tenía conciencia y era consciente de sus propios pecados y de los de su gente.

Yo creo, que Dios estaba representando a través de toda esta escena algo muy grande. Le estaba mostrando a su siervo lo que Él como Padre llevaría a cabo por la humanidad en tiempos futuros por medio del sacrificio de su propio Hijo Jesús. Con la diferencia de que entonces no habría ángel alguno para frenar el brazo de Dios que sostenía el cuchillo de la cruz. Creo que la experiencia de Abrahám fue profética, y está ahí para que podamos tener un atisbo del sentir de Dios como Padre al ofrecer a su Hijo.

Abrahám no necesitó sacrificar a su hijo, Dios le proveyó de un carnero para tal fin, ese carnero representa a Jesucristo, es "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo".

Somos los hombres, la humanidad toda, que teníamos que sufrir por nuestros pecados la muerte en el altar del sacrificio. Pero Dios no quiso que fuese así, por lo que, para que fuesemos nosotros librados ofreció a su Hijo, el cual murió sustituyendonos a todos en la cruz.

La única forma de comprender los actos de Dios en sus intervenciones hacia la humanidad es por medio de la fe, y aun así nos quedarán preguntas sin reponder, al menos por ahora.

Pero hay algo de lo que si podemos estar seguros, y es, que Dios nuestro Padre provee. Jehová Jiré.

Romanos 8:32 RVR60 "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?"

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