miércoles, 27 de marzo de 2013

VENCIENDO EN EL CONFLICTO

PSA 20:1-9 RVR60 "Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto. Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo. Nosotros nos alegraremos en tu salvación, Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; Conceda Jehová todas tus peticiones. Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; Lo oirá desde sus santos cielos Con la potencia salvadora de su diestra. Éstos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. Ellos flaquean y caen, Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie. Salva, Jehová; Que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos."

No pretendo compartir con este escrito un mensaje triunfalista, superficial y facilón. Ni lo comparto desde una postura de alguien que ha alcanzado el nivel o perspectiva de todo lo que hablo. Estoy en ello. Tomo para mí las palabras del apóstol Pablo cuando decía "prosigo a la meta". Así que espero no dar la impresión de alguien que no tiene dificultades o no enfrenta problemas y fracasos, porque es todo lo contrario.

La verdad es que cuando comencé a meditar y exprimir este pasaje no creí que sacaría de el tanto jugo. Pero en mi meditación se encendió un fuego que parecía imparable. Y conforme meditaba saltaban más y más chispas que ardían en mi corazón, y una inmensa gratitud brotaba desde lo mas profundo de mi ser al Señor por la luz que me estaba dando.

En este Salmo el rey David inspirado por el Espíritu Santo, nos indica algunas claves para vencer en medio de los conflictos y luchas en la vida.

Primero nos deja entrever la importancia de tener una actitud de oración. "Jehová te oiga en el día de conflicto"

invoquemos."

En cualquier situación la oración es el primer recurso del cual podemos echar mano. Con la simple oración ya estamos reconociendo la soberanía de Dios sobre todo conflicto que se haya podido desencadenar en nuestras vidas y circunstancias. Dios quiere oirnos hablar y clamar a Él, pero también es cierto que le gusta vernos callar en su presencia y que estemos en silencio para que oigamos lo que nos tiene que decir.

Filipenses 4:6-7 RVR60 "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."

En segundo lugar, David nos muestra que es por el nombre de Dios que obtendremos la victoria. "El nombre del Dios de Jacob te defienda."

Es muy importante que conozcamos a Dios por su nombre y que lo invoquemos. Dios se nos da a conocer en las escrituras por medio de diferentes nombres. Es decir, que en las diferentes circunstancias y necesidades por las que atravesamos Él se nos da a conocer por un nombre específico, en el cual nos revela sus atributos, su identidad y lo que representa para nosotros, y pone a nuestra disposición todos sus recursos.

La oración que tiene como fundamento la invocación con conocimiento del nombre de Dios es muy poderosa. Cuando David se enfrentó al gigante Goliat, lo hizo en el nombre de Jehová de los ejercitos, Dios de los escuadrones de Israel. David conocía muy bien la eficacia de este Nombre, pues en su vida de pastor se había enfrentado a lobos, osos y leones y los había matado a todos. David también nos habla de Dios como Pastor, ahí tenemos el precioso Salmo 23 donde nos describe esta identidad de Dios por medio de este sustantivo. En los evangelios, Jesús se nos presenta como el Buen Pastor. Dios es el Pastor que nos guía, nos cuida y proteje, nos alimenta y nos unge con aceite. Ser conscientes de todo esto, tenerlo presente y saber que Dios va a responder y hacer honor a su nombre es fundamental para que logremos la victoria.

Otros nombres de Dios son: Jehová Rafá, nuestro médico, nuestro sanador y restaurador. Jehová Jiré, Dios proveerá. Jehová Nissí, el Señor es nuestro estandarte, nuestra bandera. Jehová Tsidquenú, Dios es nuestra justicia. Jehová Shalóm, Dios es paz. Jehová Shamma, Dios está allí. Emanuel, Dios con nosotros. Yeshúa, de donde proviene el nombre Jesús, y que significa salvador o salvación, liberación, auxilio, victoria, prosperidad y triunfo.

La ignorancia de quien es Dios y de lo que está dispuesto a hacer por sus hijos constituye un arma pasiva que usa satanás para mantenernos bajo su dominio. Así que levantemonos en el nombre del Señor, y con la luz del conocimiento de quién es Dios enfrentemos nuestras adversidades y a nuestros adversarios.

"Éstos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria."

Proverbios 18:10 RVR60 "Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado."

Terceramente, el rey David nos indica desde que lugar provendrá nuestra ayuda y sostenimiento. "Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga."

Esto nos permite saber hacia donde nos tenemos que dirigir y enfocar nuestra mirada. La ayuda vendrá del santuario y desde Sión que es el lugar donde Dios habita y tiene su trono. El santuario o lugar santisimo es la habitación del templo donde Dios reside, donde manifiesta su presencia y habla. Recordemos que el templo o tabernaculo se dividia en tres partes, el atrio o patio exterior, el lugar santo y el lugar santísimo. El velo que ocultaba el sitio más secreto fue roto por medio de la muerte de Jesús, de modo que todo el que cree en el sacrificio de Cristo tiene libre acceso a la presencia de Dios, osea al lugar Santísimo.

La palabra de Dios nos amplia aún mucho más el significado del santuario y nos hace más facil nuestra entrada y estancia en él, porque nos hace ver que Él ha puesto su santuario en nuestros corazones. Dios habita en el templo de nuestro cuerpo, en lo más profundo de nuestro ser, en nuestro espíritu. De modo que es muy facil tener comunión con Dios, pues está más cerca de nosotros de lo que pensamos o creemos.

Dios mora en el creyente por medio del Espíritu Santo, el Espiritu de Dios o el Espiritu de Cristo, sea como sea que lo llamemos, la presencia de Dios es una realidad inmutable en el discípulo de Jesucristo.

S.Juan 14:15-17, 20, 23 RVR60 "Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros....... En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros........ Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él."

Esta verdad de que Dios reside en nuestro interior nos orienta para saber donde y como tenemos que buscarlo. Es decir debemos buscarlo en nuestra proximidad, en el templo de nuestro corazón. Sería una total contradicción buscar a Dios fuera, como si tuviesemos que localizarlo y conectar con su frecuencia. Aunque es así como muchos lo hacemos, porque es como se nos ha enseñado, pero es un error. Bien en la soledad o cuando nos reunimos sacamos nuestras antenas parabólicas y las movemos con gran esfuerzo para redirigirlas e intentar conectar con Dios. Cantamos, clamamos, saltamos, oramos, y finalmente por la misericordia de Dios, porque el es bueno nos permite contactar y recibir un toque suyo.

Sin embargo Él tiene mucho más, pero es necesario que lo busquemos adecuadamente, con fe, creyendo que está en nosotros. Es decir que no es hacia afuera que lo debemos buscar sino hacia adentro. Esto ha sido revolucionario para mi vida en muchos sentidos y seguro que también lo será para la de usted si sigue mis consejos.

Cuando busque a Dios en oración enfoquese hacia su interior, centre su mente y todas sus facultades en conectar con Dios que habita en su corazón. Hágalo con fe y crea que está en la presencia de Dios aunque en el principio usted no parezca sentir nada. Siga practicando esta forma de orar y buscar a Dios y le aseguro que poco a poco usted sentirá cada vez más intensamente la presencia de Dios. El Espíritu que Dios ha hecho morar en usted y en mí nos anhela celosamente, por eso es necesario que entremos de esa manera en comunión con Él.

Utilice la palabra de Dios para entrar en su presencia y adorarle, escoja pasajes de la biblia donde concentrar su mente e impedir que se distraiga con otras preocupaciones. Lea despacio y medite en las escrituras y el Espíritu Santo le abrirá un acceso rapido y seguro a la presencia de Dios. Jesús dijo: "Mis palabras son espíritu y son vida a los que la hallan."

En cuarto lugar, el salmista nos señala la importancia de entregar nuestras vidas totalmente poniendolas en el altar de Dios. "Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto."

Para Dios es muy importante nuestra ofrenda y entrega. Él tendrá muy en cuenta y en consideración nuestro sacrificio y holocausto.

De que nos habla esto al pueblo cristiano que ya no estamos bajo la ley, ni vivimos sujetos al yugo del antiguo pacto. David fue rey y fue también profeta de Dios. Muchisimos de sus Salmos profetizan la venida, el sacrificio y el reinado del Mesías. Toda la palabra de Dios es palabra profética y no solo por los acontecimientos futuros que nos anuncia, sino por su veracidad espiritual y moral, así como por su fidelidad en su enseñanza.

Evidentemente Dios no le está pidiendo a los creyentes que hagan sacrificios y holocaustos de animales. Jesús sustituyó con su venida, su obediencia y sacrificio de una vez y para siempre todo el ritual del antiguo pacto y de la ley. Él cumplió con toda la ley de Dios a la máxima perfección.

¿Entonces de que ofrendas y holocaustos va a hacer Dios memoria? De la ofrenda y sacrificio de Jesús y también de todos los creyentes que hemos aceptado por fe ese sacrificio y hemos tomado nuestra posición en él. El que cree en Jesucristo ya ha sido colocado en Él, es decir, que ha sido incluido en toda la obra de Cristo, tanto en su muerte como en su resurrección. De manera que cuando el Padre hace memoria del sacrificio y ofrenda de su Hijo el la acepta como suficiente para olvidar y terminar con nuestros pecados ¡Glória al Señor!

Como creyentes debemos saber que el sacrificio y muerte de Jesús fue también el nuestro, puesto que Dios nos incluyó en Él.

Romanos 6:6 RVR60 "sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado."

2 Corintios 5:14-15 RVR60 "Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos."

Es necesario que nos apropiemos en nuestra experiencia esta gran verdad que constituye un hecho realizado y acontecido hace más de 2000 años. ¿Y cómo lo hacemos? Simplemente creyendolo y aceptandolo por fe. La forma de hacerlo en la práctica es contarlo como nuestro, considerarlo como algo en nuestro haber.

Romanos 6:11 RVR60 "Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro."

Teniendo esto en cuenta, es decir, sabiendo que estamos crucificados y muertos junto con Cristo, y considerandonos muertos al pecado y vivos para Dios. A partir de ahí lo que nos toca que hacer es presentarnos y entregarnos a Dios como vivos de entre los muertos.

Romanos 12:1 RVR60 "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional."

Romanos 6:12-14 RVR60 "No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia."

Estas verdades debemos tenerlas presentes de forma constante, levantarnos con ellas, tenerlas en cuenta en todo momento, creerlas y confesarlas hasta que vengan a ser una bendita realidad en nuestra experiencia diaria.

En quinto lugar, David nos deja entrever que Dios tendrá muy en cuenta el deseo de nuestro corazón y nuestros pensamientos. Es decir que nuestros deseos y anhelos, y lo que pensamos y creemos tendrá su cumplimiento. Porque según sea lo que deseemos, queramos y pensemos, de ello dependerá en gran parte nuestra victoria o nuestra derrota. "Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo."

Esto nos debe conducir en nuestra vida integral a un nivel de madurez en el que debemos ejercitar dominio propio sobre todo nuestro ser. Necesitamos controlar lo que pensamos y lo que deseamos; debemos redirigir nuestros pensamientos y deseos por medio del Espíritu a la obediencia al Señor.

Es primordial que continuamente nos estemos renovando en nuestra mente para que vayamos siendo transformados y conformados a la imagen de Jesús.

Romanos 12:1-3 RVR60 "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno."

Constantemente estamos deseando cosas y pensando, tenemos nuestros propios criterios de lo que nos gusta o no, de lo que queremos o rechazamos, de manera que uno mismo es su primer y principal consejero. ¿Qué nos aconsejamos y recomendamos a nosotros mismos? ¿Qué ideas, que argumentos y que creencias se sugiere así mismo?

SALMOS 1:1-2 RVR60 "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

Debemos entender que muchos de nuestros deseos, impulsos que sentimos, actitudes, pensamientos que tenemos y creencias, son originadas desde una influencia espiritual. Por esto el apóstol nos aconseja en efesios lo siguiente:

Efesios 4:23 RVR60 "y renovaos en el espíritu de vuestra mente,"

Discernir bajo que influencia espiritual estamos operando en nuestros pensamientos, creencias, deseos y comportamiento es algo de lo que nos debemos de asegurar.

En sexto lugar, David, el rey guerrero nos asegura que terminarán venciendo los que a pesar de sus caídas y fracasos se levantan y permanecen en pie. "Ellos flaquean y caen, Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie."

¿Qué diferencia hay entre "ellos" y "nosotros"? Pues que ellos confian y se apoyan en su propia fuerza y dependen de sus propios recursos naturales y mundanos. De manera que cuando caen ya no les queda nada donde agarrarse para ser nuevamente levantados. Al confiar en si mismos solamente, cuando pierden esa confianza por sus rotundos fracasos, ya no les queda nada en que confiar. Los que confian en Dios disponen de recursos de fuerza inagotable proveniente de su relación con Él. Nosotros no confiamos en nuestras propias fuerzas, ni en los recursos provenientes del mundo, sino en Dios que nos sostiene.

Filipenses 3:3 RVR60 "Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne."

En séptimo lugar, David nos hace ver que vencerán los que están llenos del Espíritu Santo, los ungidos del Señor. " Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; Lo oirá desde sus santos cielos Con la potencia salvadora de su diestra."

Zacarías 4:6b RVR60 "No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos."

La palabra de Dios nos dice que como cristianos que somos, nuestros enemigos no son de carne y sangre, sino adversarios espirituales, son principados, gobernadores de las tinieblas y huestes espirituales de maldad. Por tanto no será por medio de estratégias humanas, astucia y fuerza del alma que venceremos a estos enemigos, sino por medio de la palabra de Dios y el poder de la unción del Espíritu.

Efesios 3:16 RVR60 "para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu"

La potencia salvadora de Dios es el Espíritu Santo con el que el Señor unge a sus hijos.

Eclesiastés 9:8 RVR60 "En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza."

Isaías 59:19 RVR60 "Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él."

Hechos 1:8a RVR60 "pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,........"

2 comentarios:

  1. Gracias a Dios por esta enseñanza, senti la precencia de Dios de una manera especial mientras leia y la palabra ministraba mi vida.

    ResponderEliminar
  2. Dios le bendiga hermana Marta. Me alegra saber que este mensaje ha sido de edificación para su vida. Saludos.

    ResponderEliminar