lunes, 9 de enero de 2017

DESCARGA TU ANSIEDAD EN JESÚS

"echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros."
1 Pedro 5:7 RVR1960

Hay creyentes que experimentan en sus vidas un sentir constante de frustración y ansiedad. Están en ansiedad por cosas de su pasado, de su presente y/o de su futuro. En su mente tienen una idea de lo que podía haber sido su pasado y no fue, lo que debería ser su presente y no es, y los temores o incertidumbres que tienen de su futuro.
Tienen la sensación de no alcanzar nunca el bienestar espiritual que anhelan, nunca logran las expectativas de perfección que otros les han planteado o que ellos mismos se han autoimpuesto.

Ellos tienen metido en la cabeza un ideal de lo que debería haber sido y no fue, lo que deberían tener o haber alcanzado en sus vidas hoy, pero no lo han logrado. Sufren de ansiedad acerca de una esperanza de vida idealizada que nunca alcanzarán, sencillamente porque no es real, o no es ni por asomo lo que Dios tiene para ellos; o tal vez si sus sueños y aspiraciones son conforme a la voluntad de Dios no los alcanzan porque no siguen el camino adecuado.

Experimentan una sombra oscura y constante, que les susurra, que jamás alcanzarán a vivir lo que Dios tiene para ellos. No son conscientes que se trata de una artimaña de satanás para privarlos de la realidad que es Cristo en sus vidas y de toda la provisión que Dios ha hecho.
Jesús nunca nos da falsas expectativas, que es lo que muchos tienen; Él no nos hace creer en cosas que no son verdad, son los hombres que no le conocen y que tienen intereses propios particulares los que nos venden un falso evangelio. Nos ofrecen un evangelio de prosperidad, de grandezas y de éxitos sin medida.

Necesitamos librarnos de los ideales falsos sobre la vida cristiana.

Algunos predicadores han metido en la cabeza de los creyentes unas expectativas de vida cristiana completamente irreales y más bien dignas del creador de los super héroes de cómics Stan lee.

Tengamos cuidado con esas imagenes caricaturescas que algunos hacen de Dios, y que nos dan una visión absolutamente distorsionada de lo que Él es en realidad; y ya no solo de lo que Dios es, sino de lo que podemos esperar que Él hará por nosotros.

Dios llevará a cabo en la vida de los creyentes todo cuanto ha prometido y realizado por medio de su amado Hijo Cristo Jesús, que no es poco. Por lo que es necesario que conozcamos en profundidad el mensaje del evangelio de Dios, para que sepamos lo que Él nos ha concedido y cuál es la esperanza a la que hemos sido llamados.

"Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,"
1 Corintios 2:12 RVR1960


"para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,"
Efesios 1:17‭-‬20 RVR1960

Un gran numero de creyentes experimentan una carga invisible, un peso emocional y espiritual que no proviene de Dios, sino de sus falsas creencias y expectativas. Han abrazado un evangelio distorsionado, otro Jesús, y a un espíritu o unción que son completamente falsos.

Muchos son como el burro al que están engañando para que lleve una pesada carga o se mueva, al que le ponen una zanahoria por delante que nunca alcanzarán. Eso son las promesas de los hombres, los pactos, y las condiciones y normas que establecen como requisitos para alcanzar las bendiciones de Dios, zanahorias que nunca vamos a saborear.
Dios sólo ha establecido una condición, y ésta es inamovible, la salvación, la bendición, la unción, la eternidad, la victoria y todo cuanto Dios nos ofrece se obtiene por la fe en Jesucristo.

Todo lo que proviene de Dios nos es ofrecido por gracia y recibido en nuestras vidas sólo por medio de la fe.

Cristo habita por la fe en el interior de los creyentes, y Él es nuestra esperanza gloriosa. Todos los recursos espirituales que necesita un creyente se encuentran en Jesús que mora y vive en él. Sólo necesitamos aprender a vivir nuestra existencia en la fe del Hijo de Dios.

Los recursos que necesita el hombre y la mujer de Dios no vienen de fuera, ni del mundo, ni de ningún 'ungido-a', ¡que no seamos engañados!

Los hombres y mujeres usados por Dios, son sólo servidores por medio de los cuales hemos creído. Ellos nos indican el camino a la fuente de la vida, pero sólo Jesús sacia nuestra hambre y sed de Dios. Es el creyente el que debe profundizar en Dios en su vida personal hasta ser saciado de Su plenitud.

Mientras los cristianos estén buscando por todas partes, en los hombres 'ungidos', para recibir lo que sólo Dios puede darles, se encontrarán dando vueltas en un desierto, sin nunca alcanzar la tierra prometida.

"Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?"
Gálatas 3:5 RVR1960

En alguna medida, como humanos que somos, fracasamos, tenemos debilidades y limitaciones físicas,  mentales y emocionales, tenemos carencias o necesidades, somos incapaces para resolver muchas cosas, pero aun así, Dios llevará a buen término sus propósitos en aquellos que tienen fe.

La fe tiene en cuenta los recursos que Dios a provisto en su gracia, por medio de Jesucristo. La fe pone la mirada en las cosas inamovibles, eternas e invisibles de Dios, y eso la sostiene.
Pedro Jurado

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