martes, 10 de septiembre de 2013

CAPACITADOS POR DIOS

2CO 3:4-6 RVR60 "Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica."

Nuestra capacidad se desarrolla mediante la fe o confianza que tenemos en Dios a través de Cristo; y que proviene del ministerio espiritual dado por Dios cuando somos llamados.

Efesios 4:7-8, 11-12 RVR60 "Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres........... Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,"

La competencia en el ministerio espiritual nos la da el Señor con el don que nos otorga, en el don está la habilidad, el poder y la capacidad para servir a Dios y ministrar a la iglésia.

"Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo" Los dones y ministerios son una gracia de Dios, es decir, que son una provisión de sus riquezas y sus abundantes recursos; forman parte de nuestra herencia en Cristo.

Dios nos da de su Espíritu sin medida, no obstante, los dones espirituales si tienen diferentes medidas. Con cada don y ministerio Dios da distintas medidas de operación o capacitación.

Los ministerios y dones no solo son diferentes entre ellos, sino que un mismo don o ministerio puede estar operando en distintas personas en diferente medida. Hay diferentes medidas en los ministerios apostólicos, en los proféticos, en los maestros, en los evangelistas y en los pastores. No se trata de que unos sean más que otros, pero sí son diferentes y pueden operar con mayor o menor capacidad.

Muchos creyentes pueden tener el ministerio evangelístico de persona a persona, sin embargo Dios no les da la capacidad para hablar a grupos grandes o multitudes. Muchos pastores solo tienen la capacidad para pastorear un grupo pequeño, sin embargo, otros tienen el don de pastorear un grupo muy grande. Lo mismo se puede decir del alcance del ministerio profético o del de maestro, todos son importantes y todos son necesarios, pero son de diferente medida.

Ahora bien, sea cual sea la medida o la capacidad en el don o el ministerio, ésta proviene de Dios. Y eso es lo que muchos hoy día no tienen claro o no quieren ver. Pensemos un poco en ello a la luz de lo que dice el apóstol.

"no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos" No....por nosotros mismos, es decir, no sale de nuestra naturaleza, ni depende de nuestras capacidades humanas, ni proviene de nuestras propias habilidades o artes. No porque yo lo merezca más que otros, ni porque sea más listo que nadie, ni porque tenga más estudios teológicos que otros.

Sin embargo, estas cosas que hemos mencionado es en lo que se fija el hombre que juzga en lo natural, es lo que valora y considera que es honroso y válido.

Al hombre natural le gusta tener protagonismo y que se piense de él que es digno, que vale, que tiene capacidades que ha logrado con esfuerzo. Quiere el título de experto, el trato de eminencia y que se le considere sabio "para pensar algo como de nosotros mismos"

Este pensar algo como de nosotros mismos, es considerar nuestra propia capacidad, valía o aptitud por nuestros propios logros, y que por todo ello merecemos o somos más dignos que otros para un determinado ministerio.

Ahora bien los ministerios en la obra del Señor y en la iglésia, han de ser del Espíritu o sea por el don, es condición para ser apto para servir en el nuevo pacto. La obra del Señor es sobrenatural, es divina, de modo que lo natural o humano y la sabiduría del hombre no aporta nada al reino de Dios.

Hay una materia prima con la que Dios prepara y capacita a sus obreros veamoslo en la espístola a Timoteo.

2 Timoteo 3:16-17 RVR60 "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra."

Es por medio de su palabra inspirada que Dios nos prepara y capacita para su servicio. Ella nos enseña, nos convence, nos corrige, nos instruye y nos perfecciona; ella nos hace aptos para toda buena obra.

El testimonio de Dios a la persona de su elección para usarla en un ministerio espiritual es la manifestación de su vida en el poder de resurrección. El creyente o el ministerio por mucha capacidad natural que tenga, inteligencia o sabiduría humana, si no ha tenido la experiencia de muerte en Cristo y de resurrección no estará capacitado para servir. El que solo posee conocimientos, aunque estos sean biblicos y de eclesiología o de misiones, no está capacitado para la obra espiritual si no se ha identificado con la muerte y resurrección de Jesucristo.

Es el ministerio del Espíritu el que da vida, no el de la carne, ni por la letra o el conocimiento de la ley que dan muerte.

S.Juan 6:63 RVR60 "El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida."

Esta enseñanza la encontramos en la elección de Aarón al sacerdocio como una confirmación al llamado.

Números 17:5, 8 RVR60 "Y florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros......... Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras."

Muchos se limitan a un ministerio didáctico carente de poder y de vida espiritual; tienen conocimientos humanos pero les falta revelación espiritual. Solo repiten lo que han leído de otros o han aprendido de segundas, comunican e informan de ciertos conocimientos pero no pueden impartir vida. La vida no la imparte, ni la da el hombre, pero sí el Espíritu Santo cuando opera con libertad a través de él.

"porque la letra mata, mas el espíritu vivifica." Hay muchos "ministros" de la letra que van dejando por ahí una gran mortandad de creyentes. Ellos despliegan sus conocimientos y toda la información que han asimilado, pero no obstante el pueblo de Dios fallece de hambre, son incapaces de impartir vida a sus oyentes. Se jactan de conocer las escrituras y de sus títulos pero no conocen el poder de Dios, ellos no lo han experimentado nunca.

Hasta aquí parece que he estado hablando de ministerios esclusivos como pueden ser aquellos que corresponden a los mencionados en Efesios 4:11, pero debemos entender que en el nuevo pacto todos los creyentes estamos llamados a servir en el Espíritu, todos somos sacerdotes y ministros del espíritu, y todos hemos recibido departe de Dios algún don o ministerio.

1 Pedro 4:10-11 RVR60 "Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén."

Creo nesaria la capacitación que se adquiere por medio del estudio y la meditación de la palabra de Dios. Creo que es de gran provecho hacerse de buenos libros y estudiarlos, debemos estar abiertos a aprender de hombres y mujeres espirituales que nos han dejado su legado en forma de enseñanzas. "Examinadlo todo y retened lo bueno"

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