martes, 10 de febrero de 2015

ASEGURESE DE CONOCER AL SEÑOR

1 Juan 2:3-6 RVR1960

"Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo."

La seguridad y garantía de que conocemos a Dios la da la experiencia subjetiva de guardar sus mandamientos. El saber en Dios implica un testimonio interno de la verdad por el Espíritu que se ha hecho carne en nuestro ser.

Esto quiere decir, que si estamos guardando su palabra es debido a que hemos profundizado lo suficiente en la revelación de Dios, y que su gracia está obrando en nuestra vida. De otra manera sería imposible que nadie pudiera guardar la palabra del Señor por sus propios medios y fuerza de voluntad.

No obstante, aunque se nos habla de guardar sus mandamientos, no debemos entender que el escritor está refiriendose al antiguo pacto o ley mosaica. De hecho, en el antiguo pacto, el pueblo que guardaba la ley no conocía al Señor ni tenía la capacidad de guardar u obedecer en su totalidad los mandamientos prescritos.

Veamos cuáles son entonces los mandamientos que debemos guardar.

1JN 3:23-24 RVR1960
"Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.  Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado."

Cuando conocemos a Dios nos embarga la consciencia de que lo estamos agradando; y viceversa, cuando estamos agradando al Señor sabemos que le conocemos.

Juan dice muy claramente cuales son los mandamientos que los cristianos debemos guardar y obedecer "Que creamos en el nombre de su hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado"

Un creyente es maduro espiritualmente cuando guarda la palabra del Señor, lo cual implica que el amor de Dios se ha perfeccionado en él; y el amor es el fruto por exelencia de toda persona que conoce a Dios.

Los que no guardan el mandamiento de la fe y no aman a sus hermanos se engañan así mismos y no han conocido a Dios ni la verdad.

Leamos otra vez nuestro pasaje de primera de Juan, pero hagámoslo en la versión de la biblia Dios habla hoy:

1 Juan 2:3-6 DHH
"Si obedecemos los mandamientos de Dios, podemos estar seguros de que hemos llegado a conocerlo. Pero si alguno dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no hay verdad en él. En cambio, si uno obedece su palabra, en él se ha perfeccionado verdaderamente el amor de Dios, y de ese modo sabemos que estamos unidos a él. El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo."

La interpretación que suelen dar la mayoría de los creyentes al versículo seis "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo." es que debemos imitar las obras del Señor y hacer todo cuanto él hizo. Sin embargo, esa no es una lectura correcta del texto. Muchísimos creyentes viven frustrados porque no alcanzan a imitar al Señor en lo que él realizó.

En la traducción de la biblia DHH podemos vislumbrar con más profundidad el significado de lo que dice Juan: "El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo." Juan habla de la unidad que los creyentes tienen con Dios y que necesariamente deben experimentar, si es que quieren vivir como Cristo vivió. Ahora bien, a lo que el apóstol se está refiriendo es a la vida mediante por la que Jesús vivió debido a su unidad con el Padre.

El plan de Dios es que vivamos por la vida y mediante la vida que Jesucristo vivió, y eso solo es posible por la unión espiritual que tenemos con el Señor.

S.Juan 6:56-57 RVR1960
El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí."

Jesús vivió por la vida del Padre que fluía en Él, del mismo modo el creyente vivirá por la vida que Jesús le suministra a través de la unión y comunión con Él.

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