miércoles, 9 de octubre de 2013

EN EL VIVIMOS

EN EL VIVIMOS

Hechos 17:28a RVR60 "Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos"

Saber y conocer el lugar donde vivimos, el hábitad donde estamos es importantísimo para poder subsistir. Saber cuales serán aquellas cosas que nos permitirán vivir en plenitud, en dignidad y con significado es fundamental.

Estar conscientes de nuestras necesidades más fundamentales es necesario para que podamos buscar todo cuanto puede hacernos falta.

Nuestras necesidades vitales son muy pocas, lo más importante es identificar la naturaleza y esencia de nuestras carencias y que es lo que las satisface.

Somos seres tripartitos, tenemos cuerpo, alma y espíritu; por lo tanto aquellas cosas que nos permitirán vivir y sustentar nuestra existencia tendrán que ser en esencia de distinta naturaleza, es de decir, material, psíquica y espiritual. Somos seres integrales, pero con necesidades de caracter y naturaleza muy diferenciadas por las distintas partes en la que está formado nuestro todo.

La necesidad de alimento y de bebida para nuestro cuerpo no la podrá satisfacer el mucho afecto, ni la meditación, ni la oración. Pero igualmente sucede con nuestra necesidad espiritual, no la podrá satisfacer la comida, ni la bebida, ni el cultivo de nuestra mente, ni las experiencias o satisfacciones de caracter emotivo. Solo Dios, el Padre de los espiritus podrá colmar plenamente nuestra necesidad espiritual y nuestros más profundos anhelos.

De manera que la frase en él vivimos es muy significativa, porque viene a decirnos que Dios es la fuente y el fundamento de toda vida, él es el sustento de nuestra existencia, el único que puede colmar toda necesidad vital. Por eso además, Dios en su palabra nos llama la atención a tomar en cuenta lo siguiente, que no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

No es el hombre el centro del universo, sino Dios, Él es el origen y causa de cuanto existe, Él es la Vida y el que la sustenta con su palabra de poder. Cuanto antes comprendamos esto, antes entenderemos el verdadero sentido de nuestra existencia y hallaremos muchas respuestas a las preguntas que nos hacemos.

Nuestra consciencia del ser y el conocimiento de lo que somos y para que existimos no será completa sin una consciencia de Dios, y si sentir la conexión con su Vida. No tenemos que inventarnos a Dios, ni ponerle nuestra imagen particular, pues eso será siempre una caricatura de su verdadero Ser e identidad. Dios ya se ha revelado, Él siendo Uno se ha manifestado de muchas maneras. El es el que es, el es el gran Yo soy; Yo soy la luz del mundo, Yo soy el camino, Yo soy la verdad, Yo soy la vida.

El gran Yo soy lo llena todo y lo envuelve todo, nos rodea, nos satura, nos insufla su aliento; está tan cerca que es imposible no dar con Él si lo buscamos de todo corazón.

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