miércoles, 3 de junio de 2015

GRACIA SOBRE GRACIA

S.Juan 1:16 RVR1960
"Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia."

¿Es posible abusar de la gracia de Dios? Algunos creyentes opinan que sí. Yo no lo tengo tan claro. ¿Cómo se puede abusar de algo que nos ha sido dado sin medida y sin merecerlo? No obstante, si el abuso de la gracia fuera posible, sería Dios el ofendido. Sin embargo, Dios es bueno, y el nos ama y nos da más y más, aunque no lo merezcamos. ¿Puede abusar alguien de Dios? ¿Puede engañarlo alguien?

La gracia siempre cumple con su propósito o función en aquellos que la reciben.

Hay quienes se ofenden porque Dios es generoso y bueno. Como por ejemplo, el hermano mayor de la parábola del hijo pródigo. O los obreros que trabajaron en la viña, que se ofendieron y tuvieron envidia porque el padre de familia pagó a algunos más de lo que merecían.

El legalismo está en contraposición con la gracia, y llena los corazones de envidia, mezquindad y juicio hacia los hermanos.

Todos necesitamos siempre más de la gracia de Dios, debemos procurar apropiarnos de su abundancia; según las escrituras, Dios está dispuesto para derramar su gracia sobreabundantemente. Esto implica un entendimiento y apropiación de la verdad en cuanto a todo lo que por medio de Cristo ha sido hecho por nosotros.

Si desconocemos el evangelio de Dios en su profundidad y sus implicaciones nuestra experiencia de la gracia de Dios será muy limitada.

Ahora bien, esto no significa que tengamos que ser un compendio de teología andante, pero si conocer ciertas verdades fundamentales reveladas en Jesucristo. La gracia de Dios actua dandonos libertad espiritual y capacidad para servir al Señor, nos otorga poder y revelación de Dios; y todo esto se opera en conjunto con la verdad.

De modo que la gracia y la verdad trabajan juntas. La gracia opera en la vida de los creyentes siempre de acuerdo  a la verdad revelada.

El Señor, el buen Pastor de nuestras almas nos ha preparado una suculenta mesa repleta de manjares deliciosos, alimento espiritual, pan del cielo. Todos estamos invitados a participar de este opíparo banquete.

Isaías 55:1-3 RVR1960
"A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David."

Necesitamos tener comprensión de cómo obra la gracia. Aunque estemos hablando de una sola gracia, ésta es multiforme, es decir, que se manifiesta en muchas formas y maneras.

Dios da su gracia sin límites "gracia sobre gracia" sin embargo, la vamos recibiendo según nuestra comprensión de la verdad. Es decir, que va en aumento según vamos adentrandonos en la revelación de Dios y profundizando en nuestra relación con Él.

El pasaje de Juan 1:16 nos da la idea de una progresión o aumento en su manifestación. Más de lo mismo en su esencia, pero alcanzando o supliendo diferente necesidad.

Pongamos algún ejemplo: Está la gracia que se ha manifestado para perdón y justificación. Ésta se hace realidad o patente en todos aquellos que creen el Evangelio y se arrepienten. Somos salvos por su gracia, en base a su sacrificio expiatorio, en el momento en que creemos en Jesús y lo recibimos como nuestro Salvador.

Lo anteriormente expuesto es sólo el comienzo, la gracia de Cristo sigue actuando en nuestras vidas en base a toda la obra que Dios ha realizado por medio de él. La gracia de Dios nos traerá liberación del pecado por medio de una profundización  y mayor entendimiento de la obra de la Cruz; es lo que entendemos por santificación.

La llenura del Espíritu Santo, el poder de Dios que se manifiesta por medio de su gracia en nuestras debilidades, los dones del Espíritu, la gracia o capacidad para el servicio de los creyentes etc, etc. Y así, gracia sobre gracia.

El concepto de la gracia es para muchos creyentes algo abstracto, sin embargo, lo creen así porque la han disociado de la verdad. La gracia opera en toda su fuerza cuando es entendida y recibida en base a la revelación de la verdad. La verdad da forma y define con claridad los caminos por los que podemos acceder al maravilloso oceano de la gracia de Dios.

Se hace necesario que los creyentes hagamos un acercamiento reflexivo a este tema tan importante de la gracia.

Podemos estar bajo la gracia de Dios o no, la podemos recibir o resistir, nos podemos alejar o bien podemos neutralizarla o hacerla nula de manera que no experimentemos sus efectos. No obstante, la gracia es algo que solo Dios controla, es prerrogativa suya darla, aunque hay vias o medios por los cuales es concedida.

UNA MAYOR GRACIA

A mayor o más grande necesidad, se requiere mayor gracia. En ninguna manera nos está permitido pecar para que la gracia abunde, sino que la gracia de Dios nos es dada para que tengamos victoria sobre todo pecado.
La gracia no nos concede licencia para pecar, sino poder y autoridad para vencer todo pecado e iniquidad.

El creyente nacido de nuevo siempre está en busqueda de una mayor gracia para superar cualquier debilidad, pecado o necesidad en su vida. El Señor por su parte, siempre está dispuesto a derramar su gracia como lluvia temprana o tardía sobre nuestro ser, para suplir toda falta, ya sea en capacidad, poder, virtud, fortaleza, justicia, sabiduría, santidad, etcétera.

Todo ser humano subsiste por la plenitud de Dios. Dependemos de la plenitud de su amor, de su vida, de su fuerza y poder, de su bondad, de su providencia perfecta y de todos sus atributos y virtudes divinas. La gracia toma de su plenitud para llenar nuestro gran vacío y necesidad moral y espiritual.

Gracia sobre gracia:

Gracia abundante es lo que Jesús a provisto,
recursos inagotables que suplen nuestra necesidad.
Favor inmerecido, amor incondicional, perdón
sin medida.

Su gracia destaca, sobrepasa toda miseria;
fluye cual caudaloso e inagotable río de cristalinas
aguas empapando la tierra árida. A veces oculta,
invisible, desapercibida a los ojos. Otras estruendosa,
feliz y bulliciosa, llamando la atención para que muchos
la contemplen.

Hay gracia sin medida para todo el que la necesite,
perdón sobre perdón, compasión sobre compasión,
favor sobre favor, libertad sobre libertad, y victoria
sobre victoria.

Gracia sobre gracia que nunca se acaba, que no
tiene limites, siempre disponible para todo el que cree.

Pedro Jurado

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