miércoles, 11 de mayo de 2016

NADA HAY IMPOSIBLE PARA DIOS

"porque nada hay imposible para Dios."
S. Lucas 1:37 RVR1960

Este pasaje es necesario que lo entendamos dentro del contexto donde se encuentra, e interpretarlo en su sentido particular y concreto. Luego al meditarlo en su sentido general es necesario que lo veamos dentro del contexto de la voluntad general de Dios expresada en toda la escritura y aplicarlo a nuestra experiencia particular según la fe que tengamos.

No cabe duda de que para Dios no hay nada imposible, sin embargo debemos tener cuidado a la hora de interpretar esta gran verdad, en el sentido de que Él no va a satisfacer todas nuestras ocurrencias, demandas y cosas que le pidamos. Que para Dios todo es posible solo puede significar que hará aquello que esté dentro de su voluntad y que forme parte de sus planes en su infinita sabiduría y bondad.

Existe mucho fanatismo a la hora de interpretar el atributo de que Dios es Todopoderoso, queremos utilizarlo como si fuese el genio de la lámpara mágica.

Una fe supersticiosa, fetichera y mágica no tiene nada que ver con una fe sólidamente fundamentada en la verdad de Dios.

Ante todo debemos comprender que Dios es Soberano Señor, y que Él hace todas las cosas según el designio de su voluntad. Pedir con fe y esperar todo aquello que es según su voluntad es fundamental para que nos sea concedido; sin embargo no es tan simple o fácil discernir la voluntad de Dios. Nos cuesta captar cuál es la voluntad de Dios en un determinado momento, circunstancia o necesidad. No todo está claramente especificado en las escrituras, aunque hay muchas cosas que sí. Debemos tener cuidado de no interpretar la biblia entendiendo que Dios va a repetir las mismas cosas del pasado. Dios puede seguir siendo el mismo, sin embargo su trato y actuación varía en el tiempo, las circunstancias e historia de los hombres.

Hay quienes quieren convertir la iglesia de Dios en un circo o espectáculo en la cuál puede suceder de todo porque tenemos un Dios Todopoderoso, son los payasos de turno que nada más buscan protagonismo y dinero. Llevar la fe hasta un fanatismo emocional es una herejía muy dañina, como igualmente de dañino es un cristianismo intelectual frio y escéptico. Tan carnales son los creyentes controlados por sus emociones y sentimientos, como aquellos que son gobernados por su propia mente y pensamientos.

Podemos esperar milagros de parte de Dios, pero si Él no los realiza en nuestro caso particular, entonces Él nos proveerá sin lugar a dudas la gracia necesaria para sobrellevar nuestra situación,  ya sea una enfermedad, crisis, conflicto o necesidad. Si hemos orado con fe debemos descansar en la voluntad y soberanía de Dios dando gracias. Si Él no realiza exactamente lo que le hemos pedido no debemos pensar que no hemos orado con fe o que es por causa de algún pecado. Dios convierte por medio de su gracia todas nuestras necesidades, nuestras adversidades y nuestros sufrimientos en plataformas para nuestro crecimiento y madurez espiritual.

No nos decepcionemos si Dios no responde especificamente como esperamos, sino descubramos la provisión que nos ha concedido mediante su gracia. La respuesta de Dios se encuentra en el tesoro que ha depositado en nuestro interior.

"Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.  Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos."
2 Corintios 4:6‭-‬10 RVR1960

La respuesta a nuestra necesidad se encuentra en la manifestación de la vida de Jesús desde nuestro interior. Es la vida de Dios Zóe dentro de nuestro ser la provisión para nuestras incapacidades, debilidades, aflicciones, así como para cualquier circunstancia adversa que nos hace sufrir.

¿Dejaremos de orar a Dios para que haga las cosas que son imposible para nosotros y para otros? Rotundamente no ¡esperemos grandes cosas de Dios! "Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá"

Pero no nos engañemos a nosotros mismos ni engañemos a nadie con una fe fingida, presuntuosa y vanidosa. Seamos honesto y humildes, y aceptemos que no tenemos respuestas ni solución para todo, seremos más felices y haremos más dichosos a otros.
No reprochemos a nadie su falta de fe ni los condenemos haciendoles pensar que están malditos, con toda seguridad nos estemos equivocando. No impongamos normas, pactos, leyes y ofrendas para obtener las bendiciones de Dios, esas son cosas de hombres.

Pedro Jurado Rodriguez



No hay comentarios:

Publicar un comentario