jueves, 6 de diciembre de 2012

FUNDAMENTOS EN RUINA


Si son destruidos los fundamentos,
¿qué puede hacer el justo?” (Salmos 11:3)

Creo que no ha existido otra época en la que lo que sugiere este salmo de David sea tan evidente y abarque tantos asuntos en cuanto a lo que a fundamentos destruidos se refiere.

En la palabra de Dios está profetizado que en los postreros tiempos la maldad aumentaría, es decir, que alcanzaría cotas a las que nunca antes había llegado, la inmoralidad sería como una carcoma o como gusanos que raen las raíces y destruyen la esencia de la vida.
Muchos fundamentos están siendo destruidos y los hombres caen en un abismo de perdición; cuando los cimientos son dinamitados todo lo que está edificado encima se viene abajo.

La sociedades se derrumban y las familias se desintegran; los valores de justicia, la integridad moral y aun la propia dignidad del ser humano se han corrompido. A lo bueno se le llama malo y a lo malo se le considera bueno. Y todo esto es el resultado de darle la espalda a Dios y de no tener en cuenta su perfecta voluntad, es la consecuencia de negarlo y ser rebeldes a sus propósitos.

Con respecto a lo que sucede en el mundo y a las corrientes por las que este es arrastrado, debemos entender como creyentes que hemos sido librados de su ímpetu. Los que forman parte de la iglesia de Jesucristo han sido apartados de todas las practicas contrarias a Dios que son del mundo y están consagrados a Dios. Al estar en Cristo nos hayamos muertos para el mundo, muertos para el pecado y vivos para Dios. O por lo menos así debería ser según nos enseña la palabra de Dios.

porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1ªJuan 5:4,5)

De modo que en cuanto a lo que el mundo se refiere está muy claro en el evangelio cuando dice que no debemos amar al mundo ni sus cosas, y que tampoco tenemos que conformarnos a él.

No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque nada de lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1ªJuan 2:15-17

Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:1,2)

Así que a la pregunta que hace el salmista ¿qué puede hacer el justo? La respuesta sería guardarse en todo lo que es corrupto, injusto, inmoral y contrario a las leyes de Dios.

Permaneciendo en Cristo y sus enseñanzas, el creyente que es justo, puesto que ha sido justificado en Jesús debe continuar firme en el evangelio. Y no solo debe mostrar una actitud pasiva hacia el mal, sino también defender la verdad del evangelio de Jesucristo y proclamarlo con sus hechos y palabras.
Alumbrando con nuestras obras y dando testimonio de la verdad debemos reprender las tinieblas de este mundo, la injusticia, la corrupción y toda clase de maldad y pecado.

Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: «Conoce el Señor a los que son suyos» y «Apártese de maldad todo aquel que invoca el nombre de Cristo».” (2ªtimoteo 2:19)

Fundamentos que se están destruyendo en la iglesia.

Ahora bien, el peligro más desastroso y terrible, es que la destrucción de fundamentos se de dentro del seno de la iglesia. Que aquellos que han sido una vez alumbrados y han experimentado la gracia de Dios rechacen los fundamentos de la verdad de Dios y pongan de lado la obra de Jesucristo y se vuelvan a las teorías, argumentos y sabiduría del mundo. Que los creyentes pongan en duda o en tela de juicio las leyes de Dios, los principios y valores espirituales y morales.

Esto es lo que está ocurriendo actualmente en el cristianismo por todo el mundo, que los fundamentos establecidos por Dios, las verdades absolutas, la santidad, la obra de la gracia, el mensaje de la cruz, la fe en Dios, el poder del evangelio y las escrituras son minimizados de muy diversas maneras y banalizadas por hombres corruptos de entendimiento.
Muchos falsos profetas y maestros se han filtrado en las filas de los santos y de los justos para desviarlos de su fidelidad a Cristo y su mensaje. Y esto no solo lo hacen con sus prácticas codiciosas y sus vidas corrompidas, sino que también lo enseñan en sus doctrinas humanistas y seudocristianas.

Estos predicadores y maestros, muchos sinceros, pero equivocados, con buenas intenciones como el apóstol Pedro, pero al que el Señor tuvo que decirle “apartate de mi satanás, me eres tropiezo porque no pones la mira en las cosas de Dios sino en la de los hombres” (Marcos 8:33b)

Esto es algo muy sutil pero es muy grave y peligroso, estamos hablando de desviar por completo el enfoque de Dios, es anteponer lo humano a la voluntad de Dios. Es precisamente lo que muchos predicadores y consejeros bienintencionados están haciendo, poner al hombre en el centro y desplazar a Dios hacia un lado mediante la introducción en la iglesia de paradigmas humanos y posturas y teorías seudocientíficas.

¿Que a de hacer entonces el justo en medio de esto? ¿como debe actuar el creyente que quiere obedecer a Dios en la verdad del evangelio, pero se encuentra con que su pastor, apóstol, líder o consejero está dando enseñanzas extrabiblicas y contrarias a las sanas palabras de Jesucristo?

Aquí se complica este asunto mas de la cuenta, porque se trata de personas en las cuales hemos confiado nuestro cuidado espiritual, son obreros del Señor que tienen transcendencia sobre nosotros.
Los estamos escuchando asiduamente y recibiendo de ellos continuamente sus enseñanzas y consejos.
No obstante, si como cristianos vamos profundizando en la vida espiritual y en el conocimiento del Señor; y la oración, la palabra de Dios y la guía del Espíritu Santo tienen relevancia en nuestra vida, entonces seremos guardados del engaño.

Os he escrito esto sobre los que os engañan. Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; y así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.” (1ªJuan 2:26,27)

El Espíritu Santo nos va a enseñar siempre a permanecer en Cristo, siempre nos conducirá a la sana doctrina de Jesús y de los apóstoles, siempre nos llevará a las escrituras. El Señor habló del Espíritu Santo diciendo que este lo glorificaría a él, porque tomaría de lo suyo y nos lo haría saber.

Sería entonces conveniente que preguntásemos ¿A quien glorifica o exalta lo que creemos o se nos está enseñando, a Jesús o tal vez a los hombres? Pero diría más ¿Se está exaltando a las escrituras, o se están relegando a un segundo termino, y poniendo en su contrapartida los conceptos humanos y sabiduría de hombres?

El Señor prometió que el Espíritu Santo nos guiaría a toda la verdad y que nos mostraría todo lo que nos hiciera falta saber.
¿De donde procede la sabiduría y el consejo del Espíritu? Evidentemente de Dios, es la sabiduría que viene de lo alto y que está cien por cien de acuerdo con la biblia. Los que creemos en Cristo estamos comprometidos con toda su enseñanza y doctrina. La palabra de Dios es para el cristiano autoridad indiscutible y está por encima de cualquier opinión, teoría o autoridad de hombre por muy experto que este sea.

Sin embargo la cosa es bastante grave porque el problema que se está dando en el pueblo de Dios es que algunos creyentes están esforzándose por integrar la sabiduría humana con la palabra de Dios formando una mezcla, y eso que yo sepa es adulterar el mensaje, pues cambian su sentido y rebajan su autoridad diluyendo la verdad. Esta manera tan astuta es la que está utilizando satanás para destruir los fundamentos de la fe y la doctrina cristiana, incitando a algunos creyentes que no tienen discernimiento espiritual para que introduzcan herejías en la iglesia.

El apóstol Pablo se guardaba mucho de no cometer ese error de anteponer sabiduría humana a la de Dios, y para no relegar la sana doctrina de la cruz a un segundo plano, de modo que los creyentes no pusieran su fe en el conocimiento de los hombres sino el poder de Dios.

Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría, pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” (1ªCorintios 2:1-5)

Muchos deberían tomar hoy buena nota de esto y no dárselas de sabios y maestros por muchos títulos académicos que posean, pues eso no es indicativo de madurez espiritual. La iglesia está recibiendo mucho daño porque en ella están tomando lugares prominentes personas que solo tienen en su haber títulos académicos y sabiduría humana. Y lo peor de todo es que con el bagaje de conocimientos que traen del mundo quieren sustituir las verdades absolutas de Dios mediante sus propios razonamientos.

Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros cree ser sabio en este mundo, hágase ignorante y así llegará a ser verdaderamente sabio.
La sabiduría de este mundo es insensatez ante Dios, como está escrito: Él prende a los sabios en la astucia de ellos». Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, y sabe que son vanos.” (1ªCorintios 3:18-20)

El fundamento de la fe de los cristianos se destruye también con la introducción e incitación a un sensacionalismo y emocionalismo exacerbado en la iglesia. Se alienta a los creyentes a que busquen sensaciones y experiencias electrizantes. La mayoría de conferencias, eventos, conciertos y concentraciones tienen esa finalidad, dar un espectáculo que le ponga al publico los vellos de punta.

Soy un convencido de que Dios nos puede hacer sentir cosas maravillosas y dar a tener experiencias profundas. El puede darnos sueños y visiones espirituales. Veremos como los enfermos son sanados y los demonios son expulsados. Si Dios lo quiere nos puede llevar hasta el tercer cielo como a Pablo y hacernos mirar cosas que ningún hombre a visto.
Sin embargo, aunque todo esto es posible no tenemos que perseguirlo, pues el diablo nos engañará si lo hacemos.
Muchos creyentes están siempre a la caza y captura de nuevas sensaciones, por lo que caen presas de falsos profetas y apóstoles. Ellos siempre están deseando dar con el profeta de turno para que le de una palabrita profética, cuando lo que deben hacer es orar y escudriñar la palabra de Dios diariamente por ellos mismos para que el Señor los guíe. Entonces ya no irán corriendo de un lado para otro porque sabrán lo que tienen que hacer y serán cristianos fuertes en la fe.

Andamos por la fe y no por la vista, creer es nuestro lema. Y si creemos como bien dijo el Señor veremos la gloria de Dios, el nos concederá buenas cosas y entre ellas experiencias que nos edifiquen y nos hagan madurar como cristianos.

Se han introducido también en la iglesia otras doctrinas modernas llamadas de pensamiento positivo, de prosperidad y de autoestima, que han sido gratamente aceptadas por ingente numero de creyentes.
Pero además como si no fuera suficiente el haber tomado esos conceptos de las fuentes del mundo y haberlos metido en el pueblo de Dios, se las considera doctrinas inspiradas, y se les pone también el sello de revelación de Dios.
Si conocemos bien las escrituras y doctrina de Dios comprobaremos que esos pensamientos e ideas no provienen de Dios, sino del hombre y de satanás.

Por muy positivos que sean los pensamientos, por mucho que uno se autoconvenza de que puede hacer todo lo quiera o conseguir todo lo que se proponga no significa que eso sea bueno y aceptable a Dios.
Se le está diciendo a los creyentes que pueden conseguir todo lo que deseen y llegar a ser todo lo aspiren ser. Se les está enseñando que pueden lograr todos sus sueños, pero no es eso lo que enseña la biblia, esa no es la voluntad de Dios. Dios no es el genio de la lampara que frotamos para que nos conceda nuestros deseos egoístas, él no se presta a eso.

Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia y nada podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, pero no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” (Santiago 4:2,3)

Muchos predicadores están enseñando al pueblo de Dios a ser codicioso, a desear cosas prohibidas, a anhelar la prosperidad del mundo y las cosas materiales. Esto es totalmente contrario a la doctrina de Cristo y la enseñanza apostólica.

Jesús enseño que todo lo malo sale del corazón de los hombres, bien en forma de ideas, de palabras, o plasmado en acciones.

Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre, porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.” (Mateo 15:18,19)

Según la palabra de Dios los hombres son intrínsecamente malos y no puede salir nada que sea bueno de ellos pues toda su naturaleza es corrupta. El pecado lo ha contaminado por completo en todo su ser, por tanto es un inepto para con Dios y solo le aguarda la condenación.

Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de víboras hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; destrucción y miseria hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” (Romanos 3:10-18)

La palabra de Dios advierte también que el corazón del hombre es engañoso y perverso y que nadie lo conoce en profundidad excepto Dios. Entonces esto significa que no podemos fiarnos en absoluto de nada de lo que se cuece en la mente, en la imaginación y en las emociones humanas.

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? ¡Yo, Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras!” (Jeremías 17:9,10)

A la luz de lo que venimos diciendo y según la palabra de Dios dónde queda entonces el concepto de autoestima. Esto es una idea que la iglesia a asimilado del mundo, de hombres ateos, desprovistos de la vida Dios. La biblia llama orgullo a todo lo que es un concepto alto o una imagen elevada de uno mismo, o una forma de pensar de manera autosuficiente. Esa mentalidad que se ha infiltrado en los creyentes de yo puedo o yo soy, o yo seré, me suena más a diablo que a cosa de Dios. Pues no olvidemos que satanás en su orgullo fue desterrado y echado de la presencia de Dios cuando dijo:

¡Cómo caíste del cielo, Lucero, hijo de la mañana! Derribado fuiste a tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón:
Subiré al cielo. En lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono y en el monte del testimonio me sentaré, en los extremos del norte; sobre las alturas de las nubes subiré y seré semejante al Altísimo”. Mas tú derribado eres hasta el seol, a lo profundo de la fosa.” (Isaías 14:12-15)

Según las escrituras el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios pero cuando el pecado se introdujo comenzó a destruir esa imagen, de modo que cualquier reminiscencia de Dios en la humanidad es nula, todos los hombres están muertos para Dios.

Dios nos ama y él quiere darnos vida, así como quiere también restaurar la imagen suya en nosotros sus criaturas. Esto lo hace Dios concediéndonos la oportunidad y el don del arrepentimiento. Si no nos arrepentimos de nuestros pecados y los abandonamos completamente no hay esperanza de mejora. Dios nos ha ofrecido por medio de Jesucristo la oportunidad de cambiar y de ser nuevas criaturas. En la biblia no dice por ninguna parte que los hombres se tengan que superar a si mismos y mejorarse. Ese no es el método de Dios. La manera de Dios es hacer una nueva creación, es poner en los hombres su propia naturaleza divina.

Entonces sería bueno que nos preguntáramos ¿Que imagen quiero tener en mí? ¿Lo que de por mi mismo puedo lograr ocultando y negando todo lo que está mal? ¿Que ideal voy a considerar para lograr en mi vida? ¿Los ideales de un mundo sin Dios, al margen de su voluntad y propósitos; la sabiduría del mundo va a ser la que me moldee, los pensamientos humanos? ¿Que disposición o actitud tendré hacia mi mismo? ¿Estoy de acuerdo con lo que Dios dice en su palabra sobre mi y reconozco que no soy nada, ni que puedo hacer nada sin él?.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas.” (2ªCorintios 5:17)

Querido amigo, la obra de Dios es completa por medio de Cristo; la muerte y resurrección de Jesucristo es la solución de Dios para todos nuestros males porque mediante ellas atajó la raíz y el origen verdadero de todos nuestros problemas.

Para terminar este mensaje observemos en el Salmo 11 algunos consejos y verdades que expone el rey David frente al hecho de que los fundamentos puedan ser destruidos. ¿Que puede hacer el cristiano cuando los mismos cimientos de la fe son dinamitados?

Primero, confiar en Dios.
Se pone a si mismo como ejemplo, nos dice lo que el hace.
En Jehová he confiado; ¿cómo decís a mi alma que escape al monte cual ave?” (V. 1)

Muchos le dicen que huya y se salve a si mismo, que abandone, poniendo a un lado las leyes de Dios y los principios en que cree.
Pero él se afirma más en Dios declarando su fe y confesando su confianza.

Segundo, reconocer la lucha y oposición que hay.
Estamos en una guerra espiritual y son muchos los adversarios. Existen enemigos de fuera y enemigos que están dentro. Vivimos una realidad actual innegable, y si ignoramos los peligros y engaños a los que estamos expuestos como cristianos seremos muy perjudicados. Jesús nos advirtió diciendo: Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe,” (Mateo 24:4)

porque los malos tienden el arco, disponen sus saetas sobre la cuerda, para lanzarlas en oculto
a los rectos de corazón.” (V. 2)

Satanás es un lanzador de dardos, siempre está lanzando acusaciones, malos pensamientos, confusión, desánimos y otros muchos dardos que tiene en su arsenal. Todo para destruirnos o para hacer que abandonemos la obra de Dios.

El diablo usa a hombres malos, a personas no espirituales que con sus pensamientos corruptos, carnales y naturales quieren sustituir la verdad de Dios en nosotros con sus mentiras.

porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos a castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.” (2ªCorintios 10:4-6)

Tercero, reconocer y creer en la soberanía de Dios.

Dios está por encima de todos los hombres y su autoridad excede con mucho cualquier otra autoridad. El gobierna sobre la tierra y controla sobre todos los acontecimientos.

Jehová está en su santo Templo; Jehová tiene en el cielo su trono;
sus ojos observan, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.” (V.4)

La mirada de David está puesta en Dios el cual no cambia, ni puede ser movido de su sitio. Las cosas pueden torcerse y todo puede venir en contra del creyente pero Dios al cual podemos recurrir sigue en su lugar. El está observando a todos los hombres y examinando a cada uno, conoce sus pensamientos, sus invenciones, sus fantasías y su vanidad.
El hecho de que Dios está en su templo y que tiene su trono en el cielo significa que los fundamentos de la fe del cristiano están basados en la sabiduría de Dios, en su poder y en su reino., La iglesia es templo de Dios, es la casa donde él habita y de la que es el Dueño y Señor y él mismo constituye sus fundamentos que nadie puede cambiar.

Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.” (1ªCorintios 3:11)

Cuartamente, los justos, es decir los que están en Cristo deben saber que Dios los está probando. “Jehová prueba al justo;” (V.5a)

Esto es algo positivo y de edificación para la vida espiritual de los creyentes. Dios pone a prueba lo que el considera que tiene algo de valor con el propósito de añadirle mucho más valor aun.
La prueba pondrá de manifiesto de que lado estamos, de Dios, del yo pecaminoso, o de parte del enemigo. También mostrará hasta que punto estamos comprometidos en obedecer la palabra de Dios.
Porque Jehová es justo y ama la justicia,
el hombre recto verá su rostro.” (V.7)

La prueba revelará si la obra que estamos edificando y los medios, materiales y recursos que estamos empleando son de Dios o simplemente humanos.

Quinto, los malos serán desechados y juzgados.

pero al malo y al que ama la violencia
los repudia su alma.
Sobre los malos hará llover calamidades;
fuego, azufre y viento abrasador serán la porción de su copa.” (Vs.5,6)

A veces puede parecer que aquellos que están haciendo mal son prosperados y que todas las cosas les van bien. Siguen el error, desobedecen a Dios y viven según el ritmo que les marca este mundo.
David se sorprendía, e incluso llegó a tener envidia de la prosperidad de los impíos, hasta que estando él en la presencia de Dios el Señor le hizo comprender el fin de ellos.

Nos hace falta una buena dosis del temor de Dios de manera que las cosas de su reino, su palabra, sus mandamientos, sus condiciones y todo que está establecido por él sea respetado. Dios no cambia con el tiempo, ni se amolda a la mentalidad de los hombres y sus modas que en su orgullo creen que pueden mejorar lo que él a estipulado para que sean salvos.
El creador acepto el sacrificio que Abel le ofreció porque así fue estipulado, pero rechazó la ofrenda de Caín porque éste pensó que eso mejoraría lo que Dios había pedido, y eso fue un gran error.

Pedro Jurado

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