lunes, 31 de diciembre de 2012

EL ESPÍRITU DE UN VERDADERO APÓSTOL

 “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos” (Apocalipsis 2:2)
Entre las cosas positivas que el apóstol Juan le dice a la iglesia de Efeso departe del Señor, le señala su especial discernimiento y la capacidad para desenmascarar a los falsos apóstoles. Esta característica tan peculiar formaba parte de los creyentes de Efeso, era un don que operaba en el cuerpo de Cristo. ¿De cuantos peligros, pérdidas, divisiones y sufrimiento fueron librados gracias a esa facultad? Podríamos decir que la unción del Espíritu Santo obraba en ellos enseñándoles y guiándoles a toda la verdad, no tenían necesidad de ser engañados por falsos obreros. El apóstol San Pablo había instruido bien a la iglesia en la doctrina apostólica y en cuanto a las funciones de ese ministerio. Luego Timoteo que fue pastor de la misma iglesia continuó ofreciéndoles la misma enseñanza y avisándoles de los peligros de los falsos maestros y falsos profetas que se levantarían de entre los propios hermanos. En estos tiempos también estamos viendo como ingente número de maestros, apóstoles y profetas se están levantando, es como una epidemia que de pronto ha comenzado a propagarse, no se sabe como ni de dónde han salido. Hay muchísimos que dicen ser apóstoles de Cristo. Lo difícil para la iglesia es distinguir entre los verdaderos y los falsos. En los tiempos de Elías la proporción era de un profeta verdadero por cada 450 falsos y en la época del profeta Jeremías un tanto de lo mismo. No obstante, mientras que aquellos que eran contemporáneos de Elías adoraban declaradamente a otros dioses, los que profetizaban al pueblo en tiempos de Jeremías pretendían representar al verdadero Dios y hablar las palabras que según ellos decían el Señor les había dado. Los primeros estaban institucionalizados, eran idolatras declarados representantes de falsos dioses que tenían el beneplácito del rey, los segundos que también gozaban del apoyo del monarca pretendían representar al Dios verdadero, pero ni por casualidad daban en la diana con sus profecías, porque todo lo que hablaban era invención de su propio corazón, de ninguna manera hablaba Dios por medio de ellos. ¿Cómo puede distinguir la iglesia de Cristo a los falsos apóstoles de los que son verdaderos? ¿Bajo que criterio y con respecto a que modelo debemos juzgar la autenticidad del ministerio apostólico? ¿Cómo se prueba a los apóstoles? La palabra de Dios no nos ha dejado a oscuras respecto a este tema tan importante, y muy especialmente es el Apóstol San Pablo quien en sus escritos nos arroja bastante luz sobre el asunto. Otros escritores como el Apóstol Juan, Pedro y San Judas también nos dan suficientes referencias para salvaguardarnos del peligro de caer bajo la influencia de falsos ministros. Nuestro Señor Jesucristo igualmente nos alertó y profetizó tocante a los tiempos y peligros venideros con relación a los falsos cristos, falsos profetas y maestros. Sin embargo antes de continuar es necesario que hagamos una definición que establezca como criterio bíblico lo que se entiende por apóstol. · El apóstol es uno de los cinco ministerios que Dios ha dado a la iglesia para su edificación, su formación, su madurez, su unidad y crecimiento. (Efesios 4:11) · Los primeros 12 apóstoles que el Señor nombró tenían como característica especial y distintiva que habían visto al Señor y oído sus enseñanzas directamente de él. Aquí hay que mencionar al apóstol San Pablo que aunque no fue de entre estos doce Jesucristo se le manifestó en el camino a Damasco y lo eligió como apóstol. Por tanto se cumple en Pablo uno de los principales requisitos de este ministerio, que es haber visto al Señor resucitado, aunque también como él mismo declara recibió directamente del Señor el evangelio que predicaba. · Estos apóstoles que vieron al Señor fueron los instrumentos y canales por los cuales Dios estableció su doctrina, es por lo que se llama la doctrina apostólica o fundamento de los apóstoles. Con ellos se cierra el canon de la revelación y doctrina cristiana. De modo que se puede decir que apóstoles de esa categoría no existen más, es decir que hayan visto al Señor y que puedan recibir revelación añadida a la que ya ha sido dada una vez. · Además de los 12+1 apóstoles, en la Biblia se mencionan otros tantos mas que ejercieron funciones apostólicas, como Bernabé, Silas, Silvano,Timoteo, Tito y otros mas. Eran hombres con una gran autoridad espiritual y una misión, llenos de sabiduría y revelación de Dios. “Tampoco buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.” (1ª Tesalonicenses 2:6) · Las funciones apostólicas incluyen: la fundación de iglesias, ser pioneros en lugares donde Cristo no ha sido predicado, poner los fundamentos doctrinales, el establecimiento de ancianos y obreros y corregir y poner orden en la iglesia. “Y de esta manera me esforcé en predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiera sido anunciado, para no edificar sobre fundamento ajeno,sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; y los que nunca han oído de él, entenderán».”(Romanos 15:20,21) “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieras lo deficiente y establecieras ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé.” (Tito 1:5) · El apóstol San Pablo nos habla también de ciertas señales que deben caracterizar a los apóstoles. “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, señales, prodigios y milagros” (1ª Corintios 12:12) Vamos ahora a desenmascarar a los falsos apóstoles con la palabra de Dios. Según las escrituras ¿Quienes son y como actúan? ¿Cuáles son sus intenciones y que enseñan? La prueba del fruto. Indiscutiblemente el Señor estableció una premisa, un principio irrefutable, es una prueba evidente e innegable, es el fruto visible. “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.”(Mateo 7:15-20) Lo que Cristo está enseñando aquí es que debemos hacer una diferencia entre la apariencia y el fruto. La primera impresión puede ser solo una fachada que deslumbre, pero aun no tenemos suficientes datos o conocimientos para juzgar. Ya Jesús nos avisa que no debemos juzgar según las apariencias, sino con juicio justo. Es decir que debemos considerar el trasfondo, los testimonios, los resultados, la vida y la obra de dicho ministerio. El Señor exhorta a sus discípulos a que se guarden de los falsos profetas, y es necesario, es de vital importancia que le obedezcamos. A primera vista un falso ministro puede parecer como un ángel en su apariencia, lleno de luz, aparentando bondad y colmado de conocimientos y revelación de Dios. Sin embargo eso no es garantía de que sea un obrero del Señor, es necesario algo mas, es menester que haya desarrollado buen fruto. El buen fruto o el fruto malo están latentes dentro de la naturaleza del árbol, es lo que Jesús nos está apuntando. Los árboles, es decir los ministros que hayan producido malos frutos serán juzgados por el Señor y a su tiempo recibirán su merecido. El obrero cristiano ha recibido la naturaleza divina, ha sido renacido por la palabra de Dios y la obra del Espíritu Santo. Sus frutos son los frutos del Espíritu mencionados en Galatas. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.” (Galatas 5:22-24) De manera que es imprescindible considerar este principio del fruto, de los resultados y las obras, si queremos discernir a los falsos apóstoles. Nuestro Señor remacha esta idea reiterándola de nuevo al final del versículo 20 y a modo de broche con la frase: “Así que, por sus frutos los conoceréis” Dándonos a entender que tengamos en cuenta lo que nos ha dicho y que no lo tomemos livianamente. Examinar lo que predican y enseñan. “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.”(2ª Corintios 11:13-15 ¿A quienes se estaba refiriendo San Pablo en estos versículos? Para saberlo tenemos que ir al contexto anterior, concretamente al versículo cuatro: “porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis.” (2ª Corintios 11:4) Pablo está señalando como falsos apóstoles a los que predican un Jesús distinto al de los cuatro evangelios y distinto al de las cartas apostólicas. Se refiere también a los que traen y comunican un espíritu diferente al Espíritu de Dios. Y finalmente hace alusión a los que ofrecen otro evangelio que no es el de Dios. La doctrina es importante, al punto de que podemos perder la salvación si no la tenemos en cuenta. Jesucristo exhortó a sus seguidores a escudriñar las escrituras porque ellas daban testimonio de Él. San Pablo le dijo a Timoteo : “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina, porque haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” Debemos comparar todo lo que se enseña con las escrituras para verificar si son verdades bíblicas. Especialmente pongamos atención en los énfasis que dan a ciertos asuntos que ni siquiera son respaldados por la palabra de Dios. Muchos no predican el evangelio de Jesucristo, ni mucho menos dan todo el consejo de Dios. El que no prediquen toda la verdad de Dios los delata como obreros reprobados. El que no enseñen las escrituras tal y como se nos fueron entregadas los delata como falsos apóstoles. Predican y enseñan un evangelio que no es estrictamente el que nos ha sido transmitido por el testimonio de Jesucristo y de los apóstoles neotestamentarios. Añaden y quitan a su antojo a las verdades reveladas en las escrituras contradiciendo el sentido general de las mismas. Minimizan el poder de la verdad y la obra de Cristo considerándola insuficiente para resolver los problemas espirituales, físicos, psíquicos y emocionales del ser humano. Adulteran la verdad revelada en las escrituras con teorías y ciencias humanas restandole de esta forma poder y autoridad a la misma y convirtiéndola en inútil. Enseñan doctrinas de demonios bajo la influencia de los espíritus de mentira y de error. Ellos pueden tener esas enseñanzas como revelaciones de Dios, pero en verdad no es luz y liberación lo que traen a los oyentes sino esclavitud y tinieblas. No ayudan a que los creyentes maduren espiritualmente, mas bien producen estancamiento y carnalidad en los que lo siguen, así como una dependencia malsana de ellos. Son enemigos de la cruz de Cristo, por lo tanto no predican sobre la múltiple obra de la misma en la vida de los creyentes. No hablan sobre el pecado, el arrepentimiento, la culpabilidad del hombre, sobre el juicio de Dios, la liberación, los demonios, el infierno, la segunda venida de Cristo, el poder de Dios, la santidad y la gracia en todo su pleno significado. Hablarán de prosperidad, ofrecerán mucha teoría con base en la psicología humana, hablarán de política y de temas sociales, y harán un gran despliegue de cultura general que en nada edifica a los creyentes. Tienen la cabeza hinchada de teorías y argumentos que los envanecen y los estorban en el verdadero conocimiento de Dios y que los convierte en instrumentos en manos de satanás. Estos son la mayoría de los nuevos apóstoles que circulan por las iglesias de nuestros días. Otra señal de los falsos apóstoles es que se meten en las obras que no son suyas y sin ser llamados, es decir que usurpan el trabajo y el fruto de otros. Según la palabra de Dios un apóstol centra su trabajo en abrir obras nuevas, su tarea es pionera, predica a Cristo donde no ha sido predicado antes. Su visión es extenderse hacia aquellos lugares donde aun no existen iglesias y llenarlo todo de Cristo. “Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida al permitirnos llegar también hasta vosotros, porque no nos hemos extralimitado, como si no hubiéramos llegado hasta vosotros, pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de Cristo. No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla. Así anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro para gloriarnos en lo que ya estaba preparado.” (2ª Corintios 10:13-16) Otra señal de los falsos apóstoles es que si han sido solicitados para ayudar a alguna iglesia se envanecen desmedidamente agenciándose todo el trabajo de la obra. Y no solo eso sino que usurpan la labor pastoral desplazando sutilmente a los ministerios que estaban encargándose de la obra. Es decir que asumen tareas que no les corresponde dentro de la iglesia del Señor para finalmente ejercer plena total y absoluta autoridad sobre los creyentes. Estos falsos apóstoles abusan de la confianza que se ha depositado en ellos y comienzan a trabajar entre las ovejas desacreditando a los ancianos y pastores para quedarse ellos con la iglesia. Esta es una entre las muchas formas que tienen para embaucar al pueblo de Dios. Otra señal incuestionable que los delata es su intencionalidad; lo que los mueve es la avaricia y la codicia de las riquezas. Son expertos consumados en conseguir todo lo que desean del pueblo del Señor. Usan la piedad como fuente de ganancia, la iglesia es para ellos una empresa o maquinaria para producir dinero. Las credenciales bíblicas de los apóstoles. A continuación vamos a estudiar algunas declaraciones del Apóstol San Pablo que nos ayudarán a discernir con claridad mucho de lo concerniente al ministerio apostólico y a diferenciar entre los verdaderos y falsos apóstoles. Pablo se presenta a si mismo como un modelo, un ejemplo positivo de ministerio apostólico. El ministerio apostólico permanece aun en nuestros días operando como un don que Dios ha dado a la iglesia hasta el fin de los tiempos cuando llegue lo perfecto. No hay razón para pensar que Dios haya retirado este ministerio como tampoco ninguno de los otros que se mencionan en Efesios 4:11, todos son necesarios para la edificación de la iglesia, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe, a un varón perfecto y a la estatura de Cristo. El apóstol Pablo a lo largo de sus escritos nos habla y expone las credenciales que deben poseer los apóstoles del Señor. En ningún momento San Pablo certifica su apostolado por los conocimientos académicos que él poseía o hubiera adquirido. El no aparecía en las iglesias haciendo un despliegue de sus títulos y conocimientos en cuanto a la sabiduría del mundo. Se resistía completamente a ello, porque como muy bien él declara pretendía que los creyentes pusieran su fe en Dios y no en la sabiduría de los hombres. Sin embargo los falsos apóstoles se exaltan así mismos y siempre se están midiendo con otros para demostrar su grado de conocimiento y autoridad. Pablo dijo a los creyentes de Corinto: “No nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos manifiestan su falta de juicio al medirse con su propia medida y al compararse consigo mismos.” (2ª Corintios 10:12) “Pero el que se gloría, gloríese en el Señor. No es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.” (2ª Corintios 10:17,18) Lo que Pablo viene a decir es que los que se alaban a si mismos ya son presas del error y están desvariando en su concepto de si mismos. Estos no son siervos apostólicos aprobados por Dios, sino falsos apóstoles. Muchos presentan como credenciales ante el pueblo de Dios sus éxitos, su prosperidad y la ingente multitud que los siguen como garantía de su apostolado. Sin embargo, todo eso no garantiza la autenticidad de un verdadero apóstol. Comparemos con lo que hemos visto hasta ahora como se presentan los muchos apóstoles de hoy con las credenciales que nos refiere Pablo: “en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces....en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frió y desnudez” (2ª Corintios 11:23-33) Lea y observe la lista de asignaturas que tuvo que dar el apóstol de los gentiles. En nada se parece a la que nos enseñan los nuevos apóstoles de hoy. San Pablo es un rotundo fracaso según los parámetros con los que en nuestra actualidad se mide el éxito ministerial. Leer (1ª Corintios 4:9-13) Aquí tenemos otra lista del temario que Pablo estudiaba en la universidad de Dios como apóstol de Jesucristo. En el siguiente versículo Pablo nos habla de otras evidencias que demuestran un autentico ministerio apostólico. Estas señales están completa y totalmente de acuerdo con el tenor de toda la enseñanza de las escrituras. No existe en la biblia referencia que haga mención alguna a la retirada de las manifestaciones sobrenaturales como la sanidad, los milagros y los prodigios. Estas son señales que seguirían como testimonio y confirmación a todos los creyentes a lo largo de toda la historia de la iglesias hasta el final de los tiempos, cuánto mas han de ser manifestadas en los apóstoles del Señor. “Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán serpientes en las manos y, aunque beban cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” (Marcos 16:17,18) “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, señales, prodigios y milagros” (2ª Corintios 12:12) Ahora bien esto no significa que todas las manifestaciones sobrenaturales provienen de Dios, los demonios también actúan de forma sobrenatural y hacen señales através de los falsos apóstoles y profetas. Es necesario que analicemos la procedencia y origen de las manifestaciones sobrenaturales para no caer en el engaño de satanás. Las escrituras nos exhortan a probar los espíritus. Mucho de lo que se observa hoy es puro emocionalismo y sentimiento en lo que satanás es un experto para manipular a los cristianos a su antojo. No obstante los abusos no deben llevarnos al extremo de no hacer uso de lo que Dios nos ha concedido. Pedro Jurado

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