martes, 30 de octubre de 2012

COMO CANTOR DE AMORES

 
EZEQUIEL 33:30-32 RVR60-ES

Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué palabra viene de Jehová.  Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia.  Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra.

En este pasaje se nos habla de la actitud y comportamiento que tenía el pueblo de israel hacia el profeta y hacia la palabra de Dios. Eran unos hipocritas pretendiendo mostrar interés en escuchar al siervo de Dios y oir lo que Dios les decía. Sus reuniones eran una pantomima, ellos carecian de un compromiso serio y de una disposición a obedecer.
Sin embargo los unos a los otros se animaban a ir a la sinagoga para reunirse y escuchar la palabra de Dios, el mensaje les era como música, les encantaba oir al siervo de Dios profetizar. "Venid ahora, y oid que palabra viene de Jehová" Ellos estaban siempre dispuestos a escuchar algo nuevo, un mensaje diferente; querian estar bien informados de las nuevas revelaciones y corrientes espirituales. Desde luego tenían curiosidad por adquirir algún conocimiento y estar actualizados en las novedades e interpretacines biblicas.
Dios le mostró a su siervo que ellos se estaban mofando en sus casas de él, es decir, que se burlaban y lo menospreciaban. No es eso como burlarse de Dios mismo? En lo secreto criticaban al siervo de Dios y hablaban mal de él. 
Cuando celebraban el culto y terminaba la celebración la gente le dirigía halagos al profeta  como: iQue buena palabra hermano! iUf, que buen mensaje pastor! iEl Señor ha hablado hoy por su boca, siervo!
Así sucede hoy en muchas congregaciones, nos gozamos en la palabra, en la alabanza, en hablar con los hermanos y después nos vamos felices a casa con la sensación de haber cumplido un día más con nuestro deber de cristiano. Esto en muchos casos no significa que no seamos sinceros sino simplemente que nos quedamos cortos pensando y creyendo que ahí termina todo, y una vez que la dosis de culto que hemos recibido pasa en su efecto se acabó todo.
No es que no esté bien hacer todo lo que se ha mencionado como asistir a la iglesia y escuchar la palabra la cuestión es que debe ser acompañado con todo nuestro corazón y nuestro ser integro. De lo contrario se nos aplica el reproche del Señor como a su pueblo.

SAN MATEO 15:8 RVR60-ES
Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.

Honramos a Dios solo con nuestros labios, nuestros corazones están en otros asuntos y ocupados con otros amores. Pero Dios quiere nuestro corazón y ninguna otra cosa puede sustituir esto que él pide.

PROVERBIOS 23:26 RVR60-ES
Dame, hijo mío, tu corazón,
Y miren tus ojos por mis caminos.

En realidad, cuál era el problema con el pueblo de Dios, veamoslo en las escrituras.

1.) Ellos no obedecian a la palabra, es decir, no la practicaban poniendola por obra. "y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra" Oian el mensaje con total desinterés en practicarlo. Sus corazones se habian engrosado con las cosas del mundo y habian perdido toda capacidad y habilidad espiritual. Precisamente por eso habían sido deportados y se encontraban en la ruina nacional y espiritual.

SAN MATEO 13:14-17 RVR60-ES
De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
De oído oiréis, y no entenderéis;
Y viendo veréis, y no percibiréis.
   Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos oyen pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean con los ojos,
Y oigan con los oídos,
Y con el corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane.
   Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.  Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

Ellos se miraban en el espejo de la palabra pero no se sentian aludidos en lo que veian, vamos, como si con ellos no fuera la cosa. Se reunían para entretenerse y pasarlo bien por un rato.

SAN LUCAS 6:46-49 RVR60-ES
¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?  Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.  Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.  Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.

2.) El meollo del problema está en el corazón, es decir, en lo que lo controla y lo gobierna."el corazón de ellos anda en pos de su avaricia"

Avaricia, según la R.A.E : "Afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas."

El Señor dijo que nadie podía amar a dos señores, porque aborrecería a uno y amaría al otro, y así nadie puede servir a Dios y a las riquezas, porque aborrecerá a uno y amará al otro.

La biblia nos habla de, el engaño de las riquezas. Este engaño o mentira no solo domina al mundo y lo subyuga sino tristemente también a muchos creyentes. Muchos venden sus almas por adquirir riquezas de este mundo, por poseer cosas materiales, creyendo que serán felices y estarán seguros con todo lo que consigan. Pero Jesús declaró sin tapujos que: "la vida del hombre no consiste en la abundancia de los vienes que posee"
La palabra de Dios nos exhorta como a creyentes a buscar las cosas de arriba y no las de la tierra.
COLOSENSES 3:1-3 RVR60-ES
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.   Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.  Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Quienes buscan las cosas de arriba? Los que han muerto y han resucitado en Cristo Jesús, es decir, aquellos que se han identificado con la obra de la cruz. Pero no tomemos esto a la ligera porque entonces perderemos su realidad en nuestra experiencia. Necesitamos apropiarnos de ello por la fe declarándolo como un hecho real.

ROMANOS 6:6, 11 RVR60-ES
"sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado..... Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro."

Quienes buscan las cosas de la tierra? Los que aun no se han apropiado de la obra de la cruz en su significado mas profundo. Estos no tienen deleite en las cosas del reino de Dios, no se pueden gozar ni pueden disfrutar las riquezas espirituales. Son los tesoros escondidos en Cristo, y estos no están disponibles para los que viven un cristianismo superficial.
SAN LUCAS 12:34 RVR60-ES
Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Muchos creyentes no crecen en su vida espiritual porque tienen el obstaculo de la avaricia y la codicia de las cosas de este mundo en su corazón.

SAN MATEO 13:22 RVR60-ES
El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

Los afanes de la vida y la busqueda de riquezas de este mundo son como pinchos o espinas que dañan la vida espiritual. Nos aprieta hasta dejarnos exhausto; ahogan la palabra hasta el punto de impedirla que crezca.
Que se hace en el campo con los espinos? Se arrancan y se queman. Es justo lo que necesita hacer aquel que tiene afanes en su vida desarraigarlos y permitir que el fuego de Dios lo queme. Entendamos este fuego como el celo y amor por Dios que permitimos gobernar en nuestras vidas y al cual nos entregamos. Amemos a Dios sobre todas las cosas, con todo el corazón, con toda la fuerza y con toda nuestra mente, esto hará desaparecer los afanes y deseos de riqueza, y la palabra de Dios hallará cabida en nosotros y dará su fruto.

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