jueves, 29 de mayo de 2014

UNA REFLEXIÓN SOBRE LOS SUEÑOS

Job 33:14-18 RVR1960
"Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende.  Por sueño, en visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho,  Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo,  Para quitar al hombre de su obra, Y apartar del varón la soberbia.  Detendrá su alma del sepulcro, Y su vida de que perezca a espada."

Cuando en el descanso descendemos hasta el nivel de la inconsciencia y las visiones nocturnas comienzan, y se despiertan nuestros miedos para acecharnos; y los fantasmas de la noche que estaban ocultos aparecen en el silencio de entre las sombras. Como anestesiados, aletargados en el mundo de los sueños, salen a nuestro encuentro los habitantes más siniestros. Los moradores de la oscuridad no duermen, no descansan, salen de sus escondrijos para cazar sus presas; aguardan a que bajemos la guardia y a que nuestros sentidos y facultades estén embotadas.

En la lobreguez nocturna nos sentimos asediados y amenazados. Acorralados por nuestros temores y oprimidos por la ansiedad en nuestro pecho, respiramos acelerados. Por un momento parece que no podemos movernos, nos encontramos indefensos ante unas fuerzas que desconocemos.

En las pesadillas descubrimos también nuestras armas más poderosas, y hallamos las salidas más eficaces hacia una victoria segura.

En mi caso, un sueño recurrente es que vuelo y me elevo sobre mis enemigos, de tal modo que no me pueden dar alcance. Una habilidad y destreza sobrehumana se apoderan de mí haciendome invencible. Lucho incansable, y escapo a todos los ataques que mis adversarios lanzan contra mí vida.

A veces me contemplo sobrevolando la ciudad encendida bajo un cielo oscuro aterciopelado, sutilmente iluminado por la luna y las estrellas. En el horizonte, la mar en bonanza refleja la tintineante luz alargada de la lámpara nocturna. Se oye el silencio, se siente la libertad, la gravedad no existe. Observo los tejados de las casas, las azoteas de los edificios, los patios interiores, todo en calma; la ciudad está dormida.

Me elevo alto, muy arriba, desde donde todo se ve pequeño; y vuelvo a descender surcando los cielos y aproximandome en vuelo raso a gran velocidad. Me alejo en el horizonte marino, allí donde la soledad se incrementa y en cuyo lugar grita el silencio.

Despierto, y descubro, que algo hay de cierto en mis sueños, en el fondo dicen mucho de mí. Los altos vuelos, el mar, la libertad, el silencio, la incesante lucha, y la victoria sobre mis adversarios. Dios me ha llamado a volar alto y libre, y no a vivir en esclavitud al mundo y a mis pecados, y mucho menos a estar en opresión bajo el yugo de mis adversarios. La vida de Dios, la vida espiritual, es de altos vuelos, se experimenta en los lugares celestiales, pero sin perder de vista la tierra.

Siempre existe una salida digna, hay una fuerza invisible que nos ampara y nos sustenta cuando pensamos que todo está acabado. Cuando ya las cirscunstancias nos desbordan y parece que nos ahogan, cuando impotentes y al limite de nuestras fuerzas nos asalta la idea de que todo está perdido, ahí está su abundante gracia.

Salmos 121:1-2 RVR1960
"Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?  Mi socorro viene del Señor, Que hizo los cielos y la tierra."

¿Cómo si no miraríamos hacia arriba, que otra cosa nos empujaría a buscar más, cómo aspiraríamos a una vida más elevada? Nececesitamos algo que nos empuje, un acicate, alguna aflicción, una crisis, algún temor, alguna debilidad. Necesitamos ver nuestra impotencia frente a la vida, tocar fondo, sentirnos acabados, para que echemos mano de la fe y nos volvamos a nuestro creador.

Dios nos hace renacer a una nueva vida, Él nos da la capacidad de volar en el Espíritu. Mediante la fe y la adoración nos elevamos en las alturas y vencemos nuestras miserias. El neuma de Dios nos hace subir y observar las cosas desde una nueva dimensión, nos permite mirar más allá del horizonte y contemplar lo invisible, lo que hay detrás de todo.

El Señor nos provee de alas poderosas con las que podemos ascender muy alto y sobrevolar los más imponentes obstáculos. Es normal que aspiremos a lo más alto, es de ahí de donde procedemos, venimos de Dios, fuimos creados para su reino y para reinar.

Colosenses 3:1-3 RVR1960
"Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.  Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios."

Mis sueños, son a veces tan reales, que cuando abro los ojos aún los estoy viviendo. La misma lucha con entidades oscuras que pretenden sojuzgarme y llevarme a su terreno bajo alguna esclavitud. Combates intensos en los que invoco el nombre del Señor y resisto a mi enemigo en oración. Por la gracia de Dios permanezco firme clamando a Él, e intentando salir de mi somnolienta indefensión, despierto escuchando mi propia voz en medio del fragor de la batalla.

No soy dado a los sueños, ni despierto ni dormido, por lo general no les hago caso. Pero a veces vienen cargados con una impronta divina que no los puedo ignorar, son como un mensaje claro de parte de Dios.

Desde luego, si no mucho, algo tienen que ver nuestros sueños con la realidad que estamos viviendo. De algún lugar muy recondito de nuestro ser surgen todas esas experiencias extrañas. De las mismas vivencias diarias, de nuestros anhelos más profundos, de nuestras creencias más arraigadas, de nuestros pensamientos más recurrentes, de las imagenes retenidas en nuestra mente como fotogramas que luego se revelan en el cuarto oscuro.

Me atrevo a decir que la gran mayoría de nuestros sueños están relacionados con el estado de nuestra vida o mundo interior. Como creyentes, cuanto más comprometida y profunda es nuestra relación con el Señor y más consistente nuestra vida espiritual, los sueños serán más edificantes. Cuando nuestra mente y corazón están saturados por la palabra de Dios estando despiertos, y si nos mantenemos en santidad por la gracia de Dios, seremos guardados en nuestros sueños.

Las expectativas que tenemos en la vida, nuestras metas, en lo que ocupamos nuestro tiempo, aquello a lo que entregamos las energías, serán en definitiva las cosas que predominen en nuestro estado inconsciente.

Hechos 2:17 RVR1960
"Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños;"

miércoles, 28 de mayo de 2014

LA VIDA CRISTIANA SE VIVE POR EL ESPÍRITU, NO POR LA CARNE

Romanos 8:12-13 RVR1960
"Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis."

Me ha llamado la atención este pasaje de la carta a los romanos, lo había leído muchas veces pero no lo entendí correctamente. Me explico, no es que estuviese equivocado en mi interpretación del texto, sino que tenía una comprensión incompleta del mismo.

El apóstol nos dice que no somos deudores a la carne, se refiere a los creyentes, a los hermanos. Todos los que hemos puesto la fe en Jesucristo y hemos nacido del Espíritu ya no tenemos ninguna obligación con la carne.

En primer lugar debemos entender que no tenemos deuda con el pecado. Jesús saldó nuestra deuda entregando su cuerpo a la muerte y cargando sobre él todos nuestros pecados.

Romanos 6:23 RVR1960
"Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro."

En segundo lugar, hemos sido librados de la esclavitud y servidumbre al pecado. Esto significa que ya no tenemos que vivir bajo su yugo. Fuimos redimidos con la sangre de Jesucristo de nuestra vana manera de vivir.

En tercer lugar, no somos deudores al viejo hombre o naturaleza contaminada por el pecado de desobediencia y rebelión.

Y en cuarto lugar, no debemos nada a nuestra vida natural y del alma. Ya no tenemos que dejarnos tiranizar por nuestros propios pensamientos, deseos y voluntad.

"para que vivamos conforme a la carne" Es interesante notar que la palabra "vivamos" de vivir, en griego es "zaó" que es vida eterna, vida de Dios, vida espiritual. Lo que Pablo nos viene a decir es que la vida de Dios, la vida espiritual, no se puede vivir según la carne o conforme a su principio de vida natural. Lo que es nacido de la carne, carne carne es; y lo que es nacido del Espíritu,  espíritu es.

Dios no espera que vivamos la vida cristiana según nuestras maneras, ni conforme a nuestro criterio, puesto que no tendríamos ninguna posibilidad de tener exito.

El término "conforme" en griego es "susjematizo" formar en forma parecida, conformar al mismo patrón, conformar. Denota unión; con o junto a, asociación, compañia, instrumentalidad.

Romanos 8:5-8 RVR1960
"Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

"Los que viven según la carne no pueden agradar a Dios" Vivir según la carne es hacerlo conforme a sus designios, según sus pensamientos y de acuerdo al propósito de su voluntad. Puede que no parezcan pecado muchos de los designios de la carne, sin embargo la voluntad de Dios es que vivamos según el Espíritu.

Como seres humanos estamos capacitados fisicamente para vivir en la gravedad de la tierra y respirar el aire de nuestra admósfera. No podemos vivir dentro del agua porque no estamos preparados para ello como lo están los peces. La vida del Espíritu tampoco podemos practicarla ni vivirla por nuestra carne o alma, solo puede vivirse por medio del Espíritu.

La fe, la adoración, el servicio a Dios y las virtudes cristianas son todo fruto del Espíritu.

Filipenses 3:3 RVR1960
"Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne."

Gálatas 5:22-23 RVR1960
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley."

Para finalizar este comentario quiero mencionar algo sobre la última parte del pasaje que encabeza este escrito "mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis." No es por el propio esfuerzo de la carne, ni por nuestra voluntad, ni por el sacrificio asceta, que vamos a hacer morir las obras de la carne. Esto es algo que debemos entender con claridad, porque de lo contrario si usamos medios naturales fracasaremos en nuestro empeño. Es por el Espíritu unicamente que las obras de la carne pueden morir.

Gálatas 5:16-17 LBLA
"Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis."

Es el andar por el Espíritu que nos permite vencer las obras de la carne. La vida del Espíritu o vida de Dios es lo que nos libra del pecado.

Romanos 8:2 RVR1960
"Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte."

Las obras de la carne mueren cuando vivimos por el Espíritu, de modo que es una consecuencia o resultado de vivir bajo la gracia de Dios y no por el esfuerzo de obras humanas ni por nuestra vitalidad natural.

martes, 20 de mayo de 2014

JESUCRISTO ES EL MISMO

Hebreos 13:8 RVR1960
"Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos."

Jesús es el Señor del tiempo y del espacio. Es interesante notar en este pasaje que no se nos habla de un Jesús sobre el que pasa el tiempo, sino de un Jesús que está  o que habita en el tiempo sin que sufra cambios. El versículo no dice que Jesús sea el mismo que ayer, o que será el mismo mañana, sino que "es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos"  El pasado, el presente y el futuro están siempre delante de Él; dicho de otra manera, el Señor está presente y ahora en todos los tiempos.

Esto viene a significar que Jesús es el Dios soberano del pasado, del presente y del futuro. Suponiendo que actualmente estoy en él y le estoy creyendo, y si he depositado mi fe en la muerte y resurrección de Cristo toda mi vida desde que fui concebido está en sus manos. Los cambios no afectan a Jesucristo, pero Jesús si afecta toda mi existencia desde el instante en que me coloco en Él.

La inmutabilidad de Jesucristo si afecta mis tiempos y todos los resultados que estos puedan tener sobre mí.

Salmos 31:15a RVR1960 "En tu mano están mis tiempos"

En la medida en que nuestras experiencias pasadas de cualquier indole que sean nos afecten llevemoslas delante del Señor, Él puede intervenir, Dios se ha hecho cargo de todas nuestras preocupaciones pasadas, presentes y futuras.

Recoja todo su pasado, póngalo en Jesús, y mírelo a través de Él. Vea el amor, el poder y el perdón de la cruz. Traiga a la presencia del Señor toda experiencia preterita que le afecte, y su vida será sanada y restaurada.

El Señor tiene una respuesta para cada situación de nuestras vidas independientemente del tiempo en que sucedan los acontecimientos.

Dios puede obrar de tal manera por medio de su gracia que todo parezca que se ha reescrito nuevamente en nuestras vidas y venga a ser como un nuevo empezar.

viernes, 16 de mayo de 2014

Y EL DIOS DE PAZ ESTARÁ CON VOSOTROS (parte 2)

Filipenses 4:4-9 RVR1960
"Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.  Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros."

Segundamente, se nos llama la atención para que seamos conscientes de que el Señor está cerca. "El Señor está cerca."
No hay nada que temer, no hay nada por lo que preocuparnos. Esto es una promesa ya cumplida por el Señor, solo nos falta ser plenamente conscientes de ello. Dios no solo está a nuestro lado, Él mora dentro de cada creyente que está permaneciendo en Jesús.

Esta frase "El Señor está cerca" tiene también que ver con la proximidad de la segunda venida de Cristo. Por lo que nuestras expectativas como creyentes deben estar puestas en la promesa de ese acontecimiento universal. Todo lo demás debe quedar en un segundo plano o como minimo supeditado a la espera del cumplimiento de ese hecho.

1 Corintios 16:22 RVR1960
"El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene." En arameo "Maran-ata"

2 Pedro 3:8-9 RVR1960
"Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.  El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento."

En tercer lugar no debemos dar cabida al afán por nada del mundo "Por nada estéis afanosos", eso incluye todo.

Afanosos: griego "merimnáo" estar preocupado por, tener cuidado, afán, afanarse.
El afán siempre va acompañado de un sentimiento de angustia y ansiedad. Ejerce una gran fuerza de distracción en nuestra capacidad, y nos divide de nuestros objetivos importantes restandonos las fuerzas, además de producirnos desunión y desequibrio emocional y mental.

Los afanes de la vida neutralizan el efecto de la palabra de Dios. Según palabras de Jesús, las preocupaciones ahogan la semilla que ha sido sembrada en nuestros corazones e impide su crecimiento. Nos roba la vida de Dios estorbando que demos los frutos del Espíritu, y para que no avancemos en una relación más profunda con el Señor.

El remedio contra las preocupaciones es una formula maestra que reune los ingredientes necesarios en forma de consejos dados en la palabra del Señor, ya hemos considerado varios, y debo decir que no debe faltar ninguno si queremos que de resultado.

En cuarto lugar, la oración debe constituir nuestra principal ocupación para que la preocupación no tenga presencia en nuestras vidas. "sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias."

Pablo nos aconseja con toda claridad, que en vez de preocuparnos oremos y presentemos delante de Dios nuestras peticiones. Pero tengamos en cuenta que para que la oración funcione debe estar unida a los consejos que se nos han dado en la palabra y que anteriormente les he compartido.

De otra manera, lo que sucederá si no tenemos en cuenta todo el consejo de Dios, es que después de orar y encomendar a Dios todos nuestros asuntos, necesidades y peticiones, volveremos a calgar con ellos.

La oración es un medio de gracia que se nos ha concedido, y la gracia de Dios es algo que siempre va unida a la verdad.

S.Juan 1:17 RVR1960
"Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo."

Necesitamos orar en Espíritu y verdad, es decir, con entendimiento espiritual, con luz de Dios, con revelación. Así que es importantísimo que seamos conocedores de la volutad de Dios, que seamos entendidos y estemos enterados de todo cuanto el Señor ha realizado a nuestro favor y de como recibirlo en nuestra experiencia.

Sobre este asunto de la oración, quiero decir para terminar, que no puede faltar en ella la fe.

Hebreos 11:6 RVR1960
"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan."

Dios recompensa a todos aquellos que le buscan con fe.

jueves, 15 de mayo de 2014

Y EL DIOS DE PAZ ESTARÁ CON VOSOTROS

Filipenses 4:4-9 RVR1960
"Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.  Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros."

Este mensaje es una continuación del tema que días atrás he titulado "Venciendo la preocupación" asunto que he estado compartiendo con mis lectores.

El título de este escrito aborda una promesa a la que todos los creyentes desearíamos ver cumplida, aspiramos a ello para que sea una experiencia vital permanente.  El apóstol Pablo reune toda su exposición y la hace coincidir con un hecho transcendental, la gran promesa que la mayoría de creyentes anhelamos gozar.

Se trata de una promesa muy completa, lo reune todo en si misma, cubre practicamente todas las necesidades que podamos tener. "Y el Dios de paz estará con vosotros" El Dios de paz tiene todos los recursos de vida y riquezas espirituales que necesitamos, y con Él no tendremos falta de nada más.

Ahora bien, el cumplimiento de esta palabra es condicional. Pero no me entiendan mal, no es que Dios espere a que hagamos ciertas obras para confirmar su promesa. Sencillamente es que Él ha plantado su semilla en nuestros corazones y nos ha hecho renacer a una nueva vida desde la cual podemos ofrecerle frutos agradables. Todo lo que el Señor hace por nosotros es de gracia, no por nuestros méritos propios.

Es necesaria una participación voluntaria de los creyentes, tener una disposición adecuada y una actitud que agrade a Dios para experimentar su palabra cumplida en nuestro ser y circunstancias. Todo esto realizado dentro del marco de su reino y desde la posición en que hemos sido colocados en Cristo Jesús. Todo el hacer de nuestra parte es y debe ser siempre por gracia, es decir, operado por la vida de Dios que mora en nosotros.

Filipenses 2:13 RVR1960
"porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad."

Según la actitud que tenemos y conforme a nuestra manera de pensar y nuestro hacer vamos a atraer hacia nuestras vidas como un iman lo que es bueno, o aquello que no lo es, en el sentido de los efectos que se producirán como consecuencia.

Los consejos que nos ofrece el apóstol Pablo en Filipenses son para que atraigamos la paz de Dios y vivamos felices como creyentes disfrutando de la presencia del Señor siempre.

Desde luego que los planteamientos que nos hace el apóstol constituyen un reto; se exige de cada uno de nosotros unas actitudes y maneras que deben ser una constante en todo tiempo y en cada ciricunstancia a lo largo de toda nuestra vida.

Primero se nos anima a tener una actitud alegre. " Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! ". La palabra regocijar en griego es "jaíro" estar alegre, feliz calmadamente o bien, gozar, gozo, gozoso, alegrar, regocijar, salud.

Claro que ante este imperativo de Pablo, para no hacerlo podemos poner todas las escusas del mundo, y plantear innumerables motivos de porqué no estamos alegres. Y es posible que tengamos razón, porque no estamos en las mejores circunstancias, porque podemos estar enfermos, tener diversos problemas etc, etc.

Sin embargo, el apóstol nos da un motivo más que razonable, él nos expone una causa poderosa por la cual podemos regocijarnos siempre "Regocijaos en el Señor siempre." La causa es el Señor. Es interesante porque podemos mirar al Señor y contemplar todo cuanto él ha hecho a nuestro favor, y comprender que tenemos todos sus recursos a nuestra disposición, que él está de nuestro lado, si nosotros estamos del suyo.

Si estamos bien arraigados en el Señor y permaneciendo firmes en él, entonces tendremos su vida fluyendo en nuestro ser y con toda seguridad nos podremos gozar y alegrar.

Por otro lado podemos estar quejándonos y lamentandonos continuamente de los problemas que tenemos, de las personas que nos rodean, y de las circunstancias que nos han tocado vivir. ¿Qué pesa más en nuestra balanza, y hacia dónde se inclina? ¿Nos estamos regocijando en el Señor o nos quejamos y lamentamos de nuestra vida?

Proverbios 17:22 RVR1960
"El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos."

En este versículo de proverbios observamos que el tener un corazón alegre nos aportará un talante y vigor apropiado para afrontar cualquier contrariedad en la vida.

La alegría se revela también en nuestro caracter y actitudes hacia las demás personas; es muy improbable que seamos agradables con los que nos rodean si estamos amargados.

miércoles, 14 de mayo de 2014

VENCIENDO LA PREOCUPACIÓN (PARTE 3)

En el sermón del monte Jesús dedica una parte importante de su discurso a hablar sobre las procupaciones de la vida y la ansiedad que eso nos produce (Mateo 6:25-34). Debemos tener en cuenta que para hacer una correcta interpretación de la palabra de Dios, ésta no fue separada por capítulos y versículos al principio, las divisiones se hicieron más tarde. De modo que extraer el pasaje desde el versículo 25 al 34 no nos permitirá tener una perspectiva adecuada del tema, necesitamos mirar el contexto anterior.

Observemos lo que dice el versículo 25

S. Mateo 6:25 RVR1960
"Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?"

"Por tanto os digo" Esto quiere decir que lo que Jesús está a punto de hablar tiene conexión con lo dicho anteriormente, de manera que el tema ya estaba abierto y tenemos que relaccionarlo forzosamente. Observemos lo que dice el Señor anteriormente.

S. Mateo 6:24, 25bRVR1960
"Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas......Por tanto os digo......."

Jesús confronta a sus oyentes con una elección, deben decidir a quién van a servir, y no pueden optar por un término medio. O son siervos de Dios, o son siervos de las riquezas de este mundo, lo uno desplaza a lo otro. Las preocupaciones desaparecen en el momento en que aceptamos el señorío de Jesucristo en nuestra vidas. Cuando nuestro amor y estima por el Señor supera a todo lo demás entonces entramos en victoria sobre los afanes y preocupaciones, así como en un estado de paz.

Aún en un contexto anterior ya nos está Jesús orientando a tener el enfoque correcto.

S. Mateo 4:17, 23 RVR1960
"Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.......  Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo."

La respuesta del Señor a todas nuestras preocupaciones se halla en el evangelio del reino y bajo su gobierno y señorío.

S. Mateo 6:33 RVR1960
"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."

Buscar el reino de Dios ha de ser nuestra prioridad y enfoque en la vida, es en lo que primera-mente debemos centrar nuestro pensamiento y afectos. "Venga tu reino, y hagase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra"

Jesús menciona que cada día tiene su propio mal, entonces para que añadir más males preocupandonos por los días que aún no han llegado.

S. Mateo 6:34 RVR1960
"Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal."

viernes, 9 de mayo de 2014

VENCIENDO LA PREOCUPACIÓN (PARTE 2)

Veamos según la palabra de Dios quienes son los que se afanan o preocupan en sus vidas, Jesús y el apóstol Pablo nos lo explican.

San Mateo 6:31-32 DHH
"Así que no se preocupen, preguntándose: “¿Qué vamos a comer?” o “¿Qué vamos a beber?” o “¿Con qué vamos a vestirnos?” Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan."

Según Jesús la preocupación es una cualidad característica de personas "paganas" o de todos los llamados "gentiles". En la biblia, en un sentido general los gentiles son los no judios, pero más concretamente los que están sin ley de Dios, los malvados, los idolatras, los que están sin Cristo. Hay quienes puedan ser de nacionalidad judia, pero sin embargo son paganos porque no creen en Jesucristo ni guardan su ley. El judio verdadero es, el que lo es en el corazón y en su espíritu.

Efesios 4:17-18 RVR1960
"Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;"

La preocupación tiene su raíz en la naturaleza carnal y pecaminosa del hombre y la mujer, forma parte de la vanidad de su mente. Es también el producto de un entendimiento entenebrecido, y de personas que viven ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que tienen, así como por la dureza de su corazón.

Noten bien, porque entre los muchos que se dicen ser creyentes se dan varias de las características que menciona el apóstol Pablo. No es el nuevo hombre en Cristo el que se preocupa, sino el viejo hombre que corresponde a la naturaleza carnal pecaminosa.

Al ser la preocupación un pecado o debilidad de la carne al que se recurre con mucha frecuencia esto abre las puertas y ventanas a la influencia de satanás para que entre y haga su obra. De tal manera que la preocupación ya no es solo un pecado de la carne, sino que se convierte en un espíritu diabólico que nos hace prisioneros, y del cual es muy dificil escapar, pero no imposible.

Romanos 8:5-8 DHH
"Los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil, sólo se preocupan por seguirlas; pero los que viven conforme al Espíritu, se preocupan por las cosas del Espíritu. Y preocuparse por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil lleva a la muerte; pero preocuparse por las cosas del Espíritu lleva a la vida y a la paz. Los que se preocupan por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil son enemigos de Dios, porque ni quieren ni pueden someterse a su ley. Por eso, los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil no pueden agradar a Dios."

La preocupación es una forma de meditación voluntaria que con el hábito y el tiempo sucede de manera involuntaria; según la cosa y la causa por lo que nos preocupamos obtendremos vida y paz, o por el contrario nos haremos enemigos de Dios y cosecharemos muerte. Siempre podemos elegir aquello en lo que vamos a ocupar nuestra atención, y Pablo nos plantea dos opciones, una la carne o naturaleza débil,  y otra, el ocuparnos del Espíritu.

El título de este escrito es venciendo la preocupación, así que sin más preámbulo le voy a dar las claves para vencerla.

En primer lugar, considerela un pecado del cual debe arrepentirse y pedir perdón a Dios. ¿Porqué es un pecado? Porque atienta contra la fe, es completamente antagónica a ella, la neutraliza.

Romanos 14:23 RVR1960
"Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado."

"Y todo lo que no proviene de fe es pecado" La preocupación es un mar de dudas, de falsas creencias y de pensamientos errados e incrédulos. Es una comida tóxica que envenena toda nuestra alma, nuestra mente, nuestro espíritu y nuestras emociones.

En segundo lugar, considere que la preocupación puede ser en su vida una influencia espiritual a la cual usted le ha permitido la entrada precisamente por incurrir continuamente en este pecado carnal.

Satanás es un aliado de la carne, y como león rugiente es lo que come mucha carne. Muchisimas personas, creyentes y no creyentes admiten que no pueden por ellos mismos dejar de preocuparse, a sabiendas que eso no les lleva a una solución. Identifique y reconozca como un espíritu del mal el pecado de la preocupación; sometase a Dios y resista al diablo.

Santiago 4:7 RVR1960
"Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros."

El apóstol Pedro nos habla de la relación del diablo con el estado de preocupación, y nos explica como vencerlos.

1 Pedro 5:6-9 RVR1960
"Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;  echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo."

Muchos creyentes conocen este pasaje, solo les falta saber como se practica para que lo puedan experimentar en sus vidas. La mayoría nos solemos centrar en lo que queremos conseguir, que sería eliminar la ansiedad, es decir, ese sentimiento de inquietud y desasosiego. Para ello nos centramos en la frase " echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros." Sin embargo, parece que esto no funciona; y es sencillamente porque lo único que pretendemos es hacer desaparecer el sintoma de ansiedad.

Observemos sin embargo que la solución definitiva a la preocupación pasa por un sometimiento a Dios, un estar rendidos y humillados bajo la poderosa mano de Dios. En el reino de Dios y estando bajo su gobierno no existe la preocupación; en esa posición será la paz de Dios la que gobierne nuestros corazones, no la preocupación.

Expliquemos un poco más esto porque no es tan simple. Muchos dirán que creen en Dios y que están sometidos a Él, no obstante debemos probarnos para saber si es verdad.

La mano poderosa de Dios representa su voluntad y plan, es su soberanía y control sobre todas las cosas, y es su señorío sobre nuestras vidas. Esto significa que para eliminar toda preocupación junto con todos sus sintomas, debemos empezar por aceptar todo lo que el Señor tiene para nosotros, en sometimiento a su voluntad y en obediencia.

VENCIENDO LA PREOCUPACIÓN (PARTE 1)

La preocupación es uno de los grandes males de nuestro siglo. Arrastra a los individuos a estados de desasosiego y ansiedad, de desequilibrio mental, emocional, e incluso a enfermedades físicas.

Le diré algo sin rodeos que no todos entienden, y espero que nadie se ofenda, la preocupación es un espíritu; no es un pensamiento, ni una simple actitud, es un demonio. Lo creo así, simplemente porque el proposito de satanás en todas sus empresas es robar, matar y destruir. Y es hacia estos fines a los que la preocupación nos dirige de manera progresiva.

El origen de la preocupación no es aquello por lo que nos preocupamos, sino la preocupación en sí misma. En las mil y una cosas que pensamos que son las causas de nuestras preocupaciones, éstas son simplemente distracciones, son señuelos del diablo.

Lo mismo que Dios no nos da derecho ni licencia para pecar, tampoco nos ha dado licencia para preocuparnos, ni para estar en una ansiosa inquietud.

Muchos creyentes consideran la preocupación como si se tratara de un simple resfriado común, algo nada grave y totalmente inofensiva. Se nos ha hecho muy familiar, pero cuidado, porque es descendiente de satanás, es familia directa del diablo. No debemos regodearnos con este engendro del reino de las tinieblas, ni acariciarlo y quererlo como si fuera algo nuestro. No debemos tomarle gusto, porque finalmente nos envenenará y armargará toda nuestra existencia.

La sicología nos da una perspectiva humanista, natural, y muy limitada de este asunto. Así como la consejería cristiana que se ocupa también en gran parte de los síntomas o consecuencias de la preocupación, como la sicología del mundo, pues ha bebido mucho de ella. La palabra de Dios nos da una respuesta definitiva a este gran problema de la preocupación, yendo a la raíz y origen de su causa.

1 Juan 4:1 LBLA
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo."

La preocupación tiene su origen en la creencia, y ésta a su vez es de naturaleza espiritual.

Aún los creyentes pueden estar siendo gobernados por el espíritu de preocupación, el mismo espíritu que opera sobre los hijos de desobediencia.

Analicemos este asunto detenidamente para que sepamos como combatirlo.

La preocupación ejerce un poder mental y emocional de autosujestión muy fuertes, y nos enfrascamos en ella aunque no nos guste ni queramos. Tiene cualidades de profeta mentiroso, porque nos adelanta imaginativamente el futuro desastroso de las cosas, hablando por si misma. Nos cuenta historias que aún no han sucedido, y nos hace temer cosas que no sucederán.

Cuando intimamos con la preocupación sucede lo inevitable, y es que ésta engendra hijos. Uno de ellos es el temor, un temor que nos paraliza, que nos sofoca y esclaviza. Otro de los hijos que engendra es la obsesión, que actua como una fijación mental en todo lo negativo, viene como una avalancha de pensamientos y creencias perturbadores que nos asaltan y de los cuales no nos podemos susbtraer.

Otros hijos de la preocupación son la ansiedad, la tristeza profunda y la debilidad tanto anímica como física. Algo que todos necesitamos comprender, es que la preocupación no se resuelve tratando con los hijos, estos son simplemente los sintomas, sino tratando con ella misma desde su raíz.

viernes, 2 de mayo de 2014

EL BUEN ENTENDIMIENTO Y LA FE (PARTE 3)

Jesucristo es para los creyentes la sabiduría y la inteligencia personificadas. Lo cual significa que todos aquellos que han recibido a Jesucristo y permanecen en él tienen en ellos estos valores espirituales en potencia. En el artículo anterior mencioné que Cristo es la palabra y el Verbo que se hizo carne. Así Jesús mora también en cada creyente para manifestarse en ellos y hacerse carne a través de su palabra, su sabiduría e inteligencia espiritual. ¡Esto es algo grandioso!

Los creyentes han de permitir que en sus vidas, a través de su conducta y de sus palabras la sabiduría de Dios sea manifestada en todo momento y por todo lugar. Hemos de reflejar a Cristo por todas partes, el aroma de su conocimiento, la realidad de su vida y de su caracter.

Concretando acerca del lenguaje y las palabras observemos algunos detalles importantes en estos proverbios.

"Y la dulzura de labios aumenta el saber..... Panal de miel son los dichos suaves..... Suavidad al alma y medicina para los huesos."

Solemos decir que a nadie le amarga un dulce, y eso es muy cierto en cuanto a las palabras; a la hora de escoger la manera en la que nos expresamos y las palabras que utilizamos debemos tener sumo cuidado. No ser asperos, duros ni agrios en nuestras expresiones, sino amables. Las palabras cobran valor y fuerza dichas con suavidad y dulzura. Si por el contrario son ácidas no serán bien recibidas.

"Suavidad al alma y medicina para los huesos." La suavidad en las palabras es algo que nos agrada a todos, según el proverbio se siente en el alma, y la sensación es agradable. Por medio de las palabras dulces expresamos amor y no solo verdades desnudas y frias.

Las palabras dulces y suaves están ungidas por el Espíritu Santo; ellas son medicina que curan los huesos. ¿Cómo preferimos que nos hablen, con palabras duras que son como golpes, o con palabras que son como medicina?

"El corazón del sabio hace prudente su boca, Y añade gracia a sus labios" La cuarta acepción de nuestro diccionario para la palabra "gracia" es: Afabilidad y buen modo en el trato con las personas. A esto es a lo que se refiere el autor de proverbios, a que nuestro modo de hablar debe ser agradable, respetuoso, amigable y considerado.

Colosenses 4:6 RVR1960
"Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno."

Según el apóstol nuestras palabras deben ir siempre aliñadas con gracia y sazonadas con sal para que los que oyen deseen oir más y demuestren interés por conocer y optener respuestas. La sal actua como un potenciador del sabor de los alimentos y además provoca sed. En las palabras la sal es ese valor añadido de honestidad, veracidad y lealtad, que expresamos cuando nos comunicamos, lo cual provoca en los oyentes el deseo de que les ofrezcamos más. Por otro lado confiere derecho y autoridad al que habla puesto que lo hace con fundamento, con convinción y coherencia.

Para acabar este escrito cito un último pasaje que nos aclara el concepto de gracia con relación al lenguaje.

Efesios 4:29 RVR1960
"Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes."

La afabilidad en el lenguaje, la buena palabra le otorga gracia a los oyentes; lo cual quiere decir que los bendice, les aporta edificación, les anima y los restaura.