miércoles, 28 de noviembre de 2012

CREA A DIOS Y NO TEMA AL HOMBRE

2 CRÓNICAS 14:11 RVR60-ES
Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre.

Aquí tenemos la oración que hace Asa Rey de Judá cuando los etíopes vinieron contra él con un ejército de un millón de hombres. Judá disponía de una tropa de quinientos ochenta mil hombres, prácticamente la mitad que el pueblo invasor. 
Sin embargo observamos que el Rey de Judá no se aterrorizó frente a tan grande multitud de enemigos. Él clamó a Jehová su Dios, porque él tenía la seguridad de que Dios le escucharía. Clamó con fe, declarando en sus palabras que para Dios no hay nada imposible. ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas!

El poderoso dispone de recursos de toda clase, tiene posición, tiene influencia, tiene riquezas, tiene amigos y está seguro. El no buscará a Dios porque confía en sí mismo, se siente fuerte rodeado de todas sus posesiones. El piensa que lo tiene todo controlado y que está libre de cualquier contingencia.
Dice la Biblia en propias palabras de Jesús:
SAN MARCOS 10:23-24 RVR60-ES
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!  Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!
Por lo general, el que tiene riquezas de este mundo depende de ellas, y por tanto le es muy difícil tener fe en Dios o confiar en Él. Le sucede un tanto de lo mismo a los que se sienten muy capaces y preparados, con dotes naturales e intelectuales, se les escapa la fe por los laberintos de sus muchos pensamientos e ideas.
Ahora bien, Jesús dice que para los hombres en dicha situación les es imposible recibir el reino de Dios, pero para Dios es posible.
SAN MATEO 19:25-26 RVR60-ES
Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?  Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.
La cuestión no es que Dios no quiera ayudar al poderoso y al que tiene posesiones sino que ellos no le buscan para recibir ayuda.
El Señor está dispuesto a actuar a favor de todos los que le invocan.
Dios no hace diferencia entre los hombres para derramar su gracia, ni de raza, ni de estatus, ni entre ricos y pobres.
Sin embargo es cierto que los que más le buscan son los pobres, los débiles y todos aquellos que son conscientes de su necesidad.
1 CORINTIOS 1:26-29 RVR60-ES
Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;  sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;  y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,  a fin de que nadie se jacte en su presencia.
Están también aquellos que se consideran muy ricos religiosamente, ellos piensan que tienen el monopolio del Espíritu y de la sana doctrina. Son los autosuficientes que tienen la forma de la ley y la doctrina, conocen toda la teología pero desconocen la vida de fe y de dependencia de Dios.
Por un lado tenemos el testimonio de Jesús en esa historia que nos cuenta acerca de los dos hombres que fueron al templo a orar, un fariseo y un publicano. El fariseo se comparaba con el publicano exaltándose así mismo y orando consigo mismo. El otro hombre humillandose en la presencia de Dios le pedía perdón por sus pecado. Dice Jesús que el publicano salió justificado antes que el fariseo.
En el libro de Apocalipsis la iglesia de Laodicea se consideraba así misma rica y sin necesidad de nada.
EL APOCALIPSIS 3:17 RVR60-ES
Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

A veces podemos sentirnos acorralados por muchos enemigos y ahí nos damos cuenta de nuestra fragilidad natural, no sabemos cómo los vamos a combatir. Son numerosos y nos atacan desde todos los flancos; son situaciones ante las que nos sentimos desbordados. Se juntan contra nosotros los enemigos de afuera y los más peligrosos que son los de adentro.
¿Qué hizo Asa? El clamó a Dios y dijo: «Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército.»
El no extendió una solicitud al profeta de turno para que orase por el pueblo, tampoco hizo una oración kilométrica y antinatural; él invocó a Dios con todo su ser, con todo su corazón y con toda su fe ¡Ooooooooh Jehová..ayuuuuuudanooooooos! Era un clamor que le salía de lo más profundo; no lo puedo imaginar de otra manera. 
¿Porqué tenía Dios que hacer algo? Está expresado en la oración «porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército» ¡Gloria al Señor! No confiamos en nosotros mismos, no confiamos en nuestro ejército, ni en nuestros caballos y carros de combate, ni tampoco nos apoyamos en nuestra destreza. Nos apoyamos en ti Señor y en nada más.  Y como arma tenemos tu nombre, en tu nombre nos enfrentamos contra este ejército.¡Aleluya!
EndesaSALMOS 27:3 RVR60-ES
Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.
El rey David se enfrentó con Goliat con la misma arma«en el nombre de Jehová de los ejércitos» 
Necesitamos conocer el poder y la autoridad que encierra y puede desatar el nombre del Señor. 
ROMANOS 10:13 RVR60-ES
porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Por lo general nos sucede que le damos demasiada importancia a la intervención de los hombres en las circunstancias que nos afectan.
Les reconocemos más autoridad de la que realmente tienen. Es muy difícil creer a Dios cuando tenemos puesta la mirada en el poder humano, especialmente en aquellos que pueden ejercer alguna influencia sobre nuestras vidas. 
Ahora bien, el poder o influencia que puedan tener otros sobre nuestras vidas puede deberse a dos razones: a) que Dios les halla concedido esa autoridad. b) que se la hallamos concedido nosotros.
Nadie puede tener autoridad sobre un hijo de Dios si Dios no se la ha dado o si el hijo de Dios no se somete a otros.
"Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre."
Si nosotros estamos sometidos a Dios, todo cuanto nos suceda será la voluntad de Dios, no será cosa de los hombres. Comprendo que ésto es difícil de entender, pero creo que es lo que enseña la palabra de Dios.

SAN JUAN 19:10-11 RVR60-ES
Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?  Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.

ROMANOS 13:1RVR60-ES
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
Necesitamos luz de Dios, revelación del Espíritu para comprender este asunto de la autoridad, pues también es cierto que se ha llevado a extremos en los círculos evangélicos. En el sentido de que se han cometido excesos y se ha caído en un despotismo religioso. Nos hace falta ejercer discernimiento para aceptar sólo y únicamente lo que viene de Dios y no la autoridad opresora y subyugadora de Satanás y sus secuaces.

“Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre“
Cuando confiamos en Dios y el es nuestro refugio, los que se enfrentan con nosotros tienen que vérselas con Dios. Y si Dios es por nosotros ¿Quién contra nosotros? 
Necesitamos aprender a ver con los ojos de la fe, que son más los que están con nosotros que nuestros adversarios. Es una realidad espiritual que somos mayoría.

SALMOS 118:6 RVR60-ES
“Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.“

HEBREOS 13:6 RVR60-ES
“de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.“

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