martes, 20 de noviembre de 2012

LA VIDA DEL ALMA VERSUS LA VIDA DE DIOS

 
SAN JUAN 12:24-25 RVR60-ES
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.  El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.

La voluntad de Dios es que vivamos y seamos sustentados por medio de una energía límpia y segura. Esa fuerza es la que proviene de la vida de Dios, es espiritual y nace de Èl; se trata de todo el potencial de la vida abundante que hay en Jesucristo.
Vivir por nuestra alma es  hacer uso de una fuente de energía contaminada y limitada que finalmente hará que nuestras vidas se hechen a perder. Vivir por la vida de Dios es hacer uso de los recursos ilimitados que Èl nos ofrece, es vivir por medio del Espíritu de Dios que mora en nosotros. Viviendo por el poder de Dios nuestro movimiento y la existencia de todo nuestro ser perdurará por siempre en la eternidad.
HECHOS 17:28a RVR60-ES
Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos;
Del grano de trigo lo que se ve por fuera es su cáscara, la parte más dura, dentro está el germen o principio de su vida. Èsta figura del trigo la toma Jesús para mostrarnos lo que él representaba y lo que tenía que hacer para la salvación del mundo.
Si Jesús no hubiese sido crucificado, muerto y resucitado, la humanidad no tendría esperanza alguna de una existencia de vida mejor. Pero el germen de la vida Divina que estaba en Cristo fue liberado en la cruz ofreciendo ahora una vida abundante a todos los que creen en Èl y lo reciben en su corazón.
La vida de Cristo, su germen está dentro de cada creyente, en el espíritu; dentro de nosotros a puesto Dios su principio de vida. Nuestro espíritu está recubierto o encerrado por nuestra alma que representa la parte más dura, es decir, la cáscara.
La parte exterior que comprende nuestra alma Grg. "Psujé" o "psique" aliento, alma racional e inmortal, principio sensitivo animal,vida, pensamiento, mente, emociones,voluntad, corazón. 
El alma aunque es sensitiva, separada de Dios es dura como una piedra, por mucho que ésta se desarrolle o sea cultivada.
El deseo de Adán y Eva cuando pecaron fue agrandar su alma y expandirla viviendo según su propio principio del bien y del mal, es decir, que se apartaron de Dios para vivir una vida conforme a sus propios racionamientos y deseos y no según el principio de vida espiritual que manaba de Dios.
Como creyentes no debemos confundir la sensibilidad espiritual que se sustenta y emana de la vida de Dios,(Grg. "Zoé" vida eterna, viviente, vivir) con la sensibilidad o sentidos y vida del alma (Grg. "psique" mente, voluntad, emociones.
Satanás viene a tomar control del ser del hombre cuando se le da acceso por los sentidos del alma.
2 CORINTIOS 11:3 RVR60-ES
Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.

La voluntad de Dios para el hombre que creó, y ahora para los creyentes, no es que fueramos gobernados y controlados por nuestro cuerpo, ni por nuestra alma sino por el espíritu, en unión y comunión con Dios.

Ahora bien, vivir por el espíritu tiene sus dificultades, para que el germen de vida espiritual emerja, la cáscara que impide que salga tiene que romperse, el grano debe morir.
Aquí necesitamos comprender algo muy importante que muchos creyentes confunden y mezclan. Es la diferencia que existe entre el alma y el viejo hombre, estos no son lo mismo.
Cuando escuchamos predicaciones en  la que se nos dice que debemos morir al yo o a nosotros mismos y al viejo hombre, asentimos y decimos ¡huf es verdad! Tengo que ser crucificado, debo morir a mi carne y a mi yo. No es eso lo que la biblia nos dice exactamente, es necesario que entendamos la obra de la cruz y como opera ésta. Le recomiendo leer en este mismo blog los temas: "El viejo hombre y la vida de alma" y "Cristo vive en mi"

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