martes, 22 de abril de 2014

EL BUEN ENTENDIMIENTO Y LA FE

PRO 16:20 RVR1960
"El entendido en la palabra hallará el bien, Y el que confía en Jehová es bienaventurado."

En este pasaje el término "palabra" es en hebreo "dabár" teniendo un significado muy amplio: materia o cosa (como de lo que se habla), asunto, dicho, discurso, hablar, lenguaje, hecho, libro, ley, mandamiento, mensaje, noticia, pensamiento, razón etc, etc.

El término se usa en el antiguo testamento para referirse a todo lo que es palabra del Señor, no obstante, como podemos observar abarca el lenguaje en su conjunto, la expresión, el pensamiento y los conceptos, la idea y la extructura en la que se forma. Pero aun es mucho más, es el Verbo y la materia con la que se ha construido el universo, el dicho de Dios; es el mismo Jesucristo.

Ser entendido en la palabra es saber hacer buen uso de ella, utilizarla adecuadamente, entender como se aplica en la práctica.

La comprensión del significado profundo del término está ligado a la experiencia vital. Es decir, que el vivir y practicar la palabra es fundamental para su entendimiento y para que la misma nos beneficie plenamente. Por tanto la coherencia es algo que no debemos pasar por alto si queremos alcanzar el bién de la palabra.

De manera que podemos decir que el buen entendedor de la palabra no es simplemente el que teoriza sobre ella, sino el que está comprometido con la misma, el que la cree, aquel para el que la palabra es un hecho y una realidad.

"El entendido en la palabra", es decir, en el mensaje, en la noticia del evangelio, en los hechos de Dios Padre y de Jesucristo.

El entendido en el pensamiento, en la razón, en las ideas, en el discurso, son los que hallarán el bien, lo que es bueno, la bendición.

En hebreo el significado de "bien" es también muy amplio, heb. "tob" : bueno, cosas buenas, bienes, acertado, abundancia,
alegría, beneficio, mejor, dichoso, prosperidad, tesoro, exito, gozar, etc, etc.

Como podemos observar, el ser entendidos en la palabra nos dará unos beneficios, y nos permitirá alcanzar unos resultados muy favorables en muchos sentidos. De modo que merece la pena el esfuerzo por aprender y buscar con diligencia de parte de Dios este entendimiento, y procurar que él nos coceda una mayor capacidad.

El término "entendido" de "entender" tiene también diferentes significados en hebreo que son interesantes de estudiar:

"sakál" ser circunspecto y de aquí inteligente, hacer o actuar, advertir, comprender, diestro, conducir, considerar, inteligencia, entendimiento, sabiduría, éxito, enseñar. Aquí el termino tiene que ver con la idea de tener una disposición a aprender, de la consideración y observación de las cosas. Implica un hacer y actuar con sabiduría y de manera exitosa.

"yadá" conocer (asegurar al ver), observación, cuidado, reconocimiento; comprender, conocido, concernir. Es el entendimiento que surge de la experiencia o comprobación, de la propia observación y consideración de las cosas, por la unión o cercanía; es aquel que nos asegura que es cierto lo que conocemos. Es tener el testimonio y la certeza.

"bín"  separar mentalmente (o distinguir), entender, apto, comprender, darse cuenta, cordura, discernimiento, docto, maestro, prestar atención, prudente, respetar, saber, sentir. Tiene que ver con la facultad o capacidad de diferenciar las cosas, las ideas, los pensamientos; tiene que ver con lo que se ha venido a llamar también inteligencia emocional.

En el pasaje la palabra traducida a entendido es "sakál" o sea que se trata de aquel que entiende como para saber lo que debe hacer, es decir, comprende como practicar y llevar a cabo la cosa, sabe el cómo.

En un sentido general, el entendimiento es conocer las cosas en su debida relación.

El entender correctamente la palabra de Dios nos llevará invariablemente a conocerle; y como consecuencia a confiar en él, y a su vez la confianza será la causa de nuestra felicidad.

Podríamos decir que las personas entendidas son aquellas que saben confiar en el Señor, son los creyentes que  dependen de Dios. No los que se consideran autosuficientes, orgullosos, inteligentes y sabios en si mismos.

Los creyentes son felices no porque sean ignorantes, sino porque entienden cosas que van mucho más allá de la razón y la lógica humana. Ellos saben de las cosas que no se ven y que no se pueden entender excepto por el Espíritu.

De manera que el buen entendimiento, el buen juicio y el razonamiento más acertado van unidos a la fe y a una adecuada y correcta relación con el Señor.

Por la fe alcanzamos a tener una perpestiva más correcta de las cosas, porque podemos contemplar todo desde una posición más alta y con una luz más clara. La fe nos da acceso a la revelación de Dios, es decir, al conocimiento y verdad que provienen de él.

Contrario a lo que muchos piensan, la fe en Dios no mutila nuestra libertad de pensamiento, ni nuestro criterio, sino que nos otorga una mente sana, capaz, renovada y creativa.

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