miércoles, 14 de agosto de 2013

EL TESTIMONIO DE DIOS

EL TESTIMONIO DE DIOS

1CO 2:1-5 RVR60 "Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios."

Para que el anuncio del testimonio de Dios pueda ser dado con demostración y poder del Espíritu el mensajero a de estar en la debilidad de si mismo. A de proponerse a conciencia el servir desde la propia incapacidad humana, esto implica estar identificado con la cruz de Cristo y tener la crucificción como tema central. No puede depender de su sabiduría y conocimientos, ni de sus habilidades naturales. No es su elocuencia, ni su capacidad natural de persuasión lo que hará que la obra de Dios tenga exito, sino la actuación de la gracia de Dios por medio de su Espíritu. Esta es la única forma en que los hombres serán alcanzados por el poder de Dios y serán salvos, y pondrán su fe sobre el fundamento más sólido y seguro, lo único que les puede salvar Jesucristo.

El testimonio de Dios es la obra de Jesucristo en la cruz, su muerte y resurrección.

Ahora bien, hemos sido enseñados tan mal por la gran mayoría de los maestros y por otros muchos hoy, que se mantienen posturas contrarias a lo que enseña la biblia. Nos están llevando a poner la confianza en la sabiduría de los hombres, y a poner la esperanza en los conocimientos que surgen de la mente y el corazón humano.

Desde luego que es necesario que nos capacitemos y nos preparemos como siervos de Dios, y el Señor tiene su propia universidad donde enseñar a sus discípulos y ministros de su reino, los que van a servir según el ministero del Espíritu.

La voluntad de Dios es capacitarnos por medio de un conocimiento espiritual que emana de su gracia y que es llevado a cabo por el Espíritu Santo que nos guía a toda la verdad. El conocimiento y la sabiduría con la que Dios prepara a sus siervos es por la revelación y entendimiento de la obra de Jesucristo. En la escuela de Dios ejercitamos todo el ser, la mente, las emociones, la voluntad y el espíritu. Pero sobre todo aprendemos a tener bajo control y en el lugar que le corresponde a cada una de estas partes. El plan de Dios desde la eternidad es que seamos gobernados por la vida espiritual desde una relación de íntima comunión con Él.

Este es el mensaje de la cruz, a eso se refiere el apóstol cuando dice "me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado." Pablo se hizo ignorante de todo lo que era ajeno a Jesucristo y al mensaje de la cruz." El sabía que la persuasión del testimonio de Dios no provenían de la capacidad humana, ni de sabiduría de hombre, sino del propio testimonio de Jesucristo.

Pero cuanto orgullo y vanagloria hay en multitud de obreros del Señor, si es que lo son. Se jactan de títulos, y de un bagaje de conocimientos académicos que nada tienen que ver con el verdadero conocimiento espiritual. Ellos continúan alimentandose del árbol de la ciencia del bien y del mal, pero ignoran la revelación del poder de Dios manifestado en la cruz que es lo que realmente da vida. La palabra de la cruz es locura para las mentes, los intelectos, los poderosos y eruditos de este siglo. Ellos no pueden entender, ni aceptar que Dios haya podido desechar la sabiduría humana. Por lo que incluso ingente multitud de creyentes incorporan la sabiduría del mundo a la revelación de Dios en un intento de armonizarlas.

Lo que se consigue con la mezcla es hacer vana la cruz de Cristo debido a la adulteración de la pureza del evangelio. Se rebaja la efectividad de la palabra de la cruz hasta hacerla completamente nula e inservible.

Concluyo diciendo que el testimonio de Dios es Jesucristo, y más concretamente el que dio mediante la cruz. No se anuncia mediante sabiduría humana, ni por capacidad natural, sino por el poder del Espíritu. Se comparte desde la debilidad del mensajero en su posición de identificación en la muerte del Señor, desde donde la gracia de Dios fluye con demostración y poder. Y cuyo resultado será que los hombres depositen su fe en el poder de Dios y no en medios carnales y meros conocimientos humanos.

1 comentario:

  1. La Fe viene por el oir, eso dicen las Escrituras. Y para oir tiene que haber alguien que hable. Y ese que hable tiene que saber de lo que se habla.Y para saber de lo que se habla, hay que estudiar lo que se habla.
    Esto es justo lo que le pasó a Pablo, que siendo un conocedor pleno de las Escrituras (llámese Antiguo Testamento), criado a los pies de Gamaliel, discipulo de Hilel, fue enviado a los gentiles para hacerles ver el acercamiento del Padre a ellos mediante Yeshua. Teniendo todo el conocimiento se hizo humilde para dejar paso al Espiritu que obrara en los corazones.

    Lo malo no es el conocimiento, sino la soberbia de algunos que lo poseen y se glorian de ello, en vez de darsela al Eterno mediante Yeshua.

    Juan Antonio Palomo

    ResponderEliminar