miércoles, 7 de agosto de 2013

LO MEJOR ES DE DIOS

1CO 1:25-31 RVR60 "Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor."

La vida cristiana es un cambio radical, no solo exterior y aparente, en formas y maneras; sino profundo y existencial, paradigmático y vivencial. Es un intercambio, un trueque, un abandono o entrega de algo para conseguir otra cosa totalmente distinta y de naturaleza diferente.

Todo lo que pertenece al mundo, y cuanto proviene de la naturaleza humana está muy lejos y muy por debajo de las expectativas que Dios tiene. La sabiduría del mundo, los sistemas, las obras del hombre, sus valores y todo lo que por ellos es considerado bueno y loable, para Dios es inútil.

Los creyentes nos equivocamos cuando pensamos que Dios espera lo mejor de nosotros. Cuándo nos vamos a dar cuenta que en nosotros no hay nada bueno, ni Él necesita nada nuestro para llevar a cabo sus planes, ni nuestros talentos, ni nuestras capacidades, ni las habilidades carnales. Nada de lo que tenemos heredado de este mundo es útil en el reino de Dios, es duro escuchar esto, sin embargo, cuanto antes lo entendamos mejor.

Tenemos varios ejemplos en la bíblia de esto que estoy diciendo, la ofrenda de Caín es uno; el se esforzó en cultivar el campo y escogió lo mejor de sus frutos para ofrecerlos a Dios. Sin embargo, Dios no miró con agrado su ofrenda.

Saúl reservó lo mejor de los rebaños de los reyes que había conquistado para ofrecerselos a Dios, sin embargo Él lo rechazó, y aún más Saúl fue destituido de su reinado. Otros hicieron fuego extraño delante de Dios, y otros ofrecieron incienso falso y fueron castigados por Dios.

La cuestión no es si lo que hacemos y queremos ofrecer a Dios es bueno, sino mas bien de donde procede, del Espíritu o de la carne. Es la naturaleza y la procedencia de lo que ofrecemos lo que Dios tiene en cuenta, no la cosa en sí, ni el servicio que realizamos en sí mismo.

Toda nuestra vida, todos nuestros talentos, todos nuestros dones, las capacidades y habilidades han de pasar por la cruz. Es la obra de la cruz lo que dará validez a nuestros dones y talentos para que sean útiles en el servicio para Dios. La razón y la motivación por la que hacemos las cosas serán manifestados más tarde o más temprano. Es decir se revelará si lo que hacemos le da la gloria a Dios, o si en otro caso nos la hemos llevado nosotros. Ahora bien, no es necesario esperar hasta el final para ser reprobados, y para que el Señor nos diga 'no os conozco, apartaos de mí hacedores de maldad'

Alguien objetará haciendo uso de la bíblia al decir que, ningún trabajo en el Señor es en vano. Y es totalmente cierto "ningún trabajo en el Señor" Es decir que todo lo que se ha hecho y se hará no será una obra vana si la hemos realizado en Dios. Lo que si debemos y necesitamos saber es lo que significa "en el Señor". Porque ciertamente no todo nuestro servicio o ministerio es hecho en el Señor.

1 Corintios 15:58 RVR60 "Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano."

Un trabajo, obra o servicio hecho en el Señor es el que se realiza en fe y total dependencia de Dios. Se apoya en la gracia de Dios, espera y confía en ella. Es la fe que toma de los abundantes recursos de Dios ofrecidos en Cristo. Todo cuanto se haga con fe será útil y de agrado para Dios.

El trabajo, obra o servicio en el Señor es el que se hace desde una posición de muerte en la cruz de Cristo. Es necesario estar identificado con la muerte de Jesús para que no sea el viejo hombre el que se inmiscuya en el ministerio al Señor.

Este hombre viejo es la levadura que lo contamina todo hasta inflarlo y estropearlo.

1 Corintios 5:6-8 RVR60 "No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad."

El orgullo y la hipocresía es un residuo de la levadura que procede de la malicia y la maldad del viejo hombre y de la carne. La masa con un poco de levadura no agrada al Señor. Debemos limpiarnos completamente de la vieja levadura ¿Cómo? Pablo nos lo dice: " para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros." Cristo fue sacrificado en la cruz por nosotros y nosotros lo fuimos juntamente con Él, así es como somos limpiados y hechos nueva masa, o dicho de otra forma, nuevo hombre.

Cuando observamos que alguien se está poniendo medallitas, y va por ahí mostrando sus logros y títulos, vanagloriandose de lo que ha hecho o conseguido, eso es el viejo hombre vivito y coleando. Cuando lo que se dice y se declara no concuerda con la realidad de lo que está viviendo la persona, eso es levadura.

Los que usan la piedad como fuente de ganancia están llenos de levadura; los que utilizan la sabiduría del mundo y sus principios como instrumentos aplicandolos a la obra de Dios están llenos de levadura.

Lo único que Dios podrá usar de nosotros será lo que haya quedado después de haber atravesado la cruz.

El trabajo, obra o servicio en el Señor es el que se lleva a cabo bajo la influencia y poder del Espíritu Santo. Cuando es Dios el que está operando lo hace mediante la manifestación e influencia de algún don espiritual. Cuando alguien es usado por Dios es en el don que se manifiesta donde se puede apreciar la gracia del Señor.

Hay talentos, habilidades y capacidades naturales, y hay dones y capacidades espirituales, no tiene nada que ver una cosa con la otra. Los asuntos del alma, de la mente y del espíritu se tratan con los instrumentos, dones y capacidades espirituales.

Hay un pasaje que me gustaría compartir, y creo que es del Señor para todos aquellos que aspiran a más en su anhelo de ser usados por Dios.

2 Timoteo 2:20-21 RVR60 "Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra."

La madera y el barro hacen referencia a lo natural, a lo humano y carnal; son cosas de las que necesitamos limpiarnos como ya he mencionado anteriormente. Es deshonroso, vergonzoso, indigno e indecoroso tratar de servir al Señor desde nuestra naturaleza carnal. El oro y la plata hacen referencia a lo que es de Dios, lo perteneciente a la gracia y al Espíritu. El oro representa la fe y la gloria de Dios, y la plata la justicia y santidad de Dios.

Cuando somos limpiados somos aptos para que Dios nos pueda usar como instrumentos de honra, santificados y útiles al Señor; entonces estaremos dispuestos para toda buena obra. Una vez mas quiero enfatizar que la santificación es la obra que el Espíritu Santo lleva a cabo en nuestras vidas por medio de la cruz. Dios les bendiga.

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