viernes, 9 de agosto de 2013

JESUCRISTO ES NUESTRO TODO

1CO 1:30-31 RVR60 "Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor."

Los hombres y mujeres sean creyentes o no, tienen aun la opción a comer del fruto de dos árboles muy especiales; del árbol de la ciencia del bien y del mal, y del árbol de la vida. El primero sigue siendo aún muy codiciado, hermoso y apetitoso incluso para ingente multitud de creyentes. Del segundo, muy pocos están dispuestos a estar esclusivamente alimentadose y nutriendose de él.

Estos dos árboles que se encontraban plantados en el huerto del Eden los podemos allar a través de toda la bíblia, desde Génesis hasta Apocalípsis. Son especies que representan dos naturalezas de vida, son principios opuestos, dan frutos totalmente diferentes. La voluntad de Dios no es que los hombres sigamos alimentandonos y nutriendonos del árbol de la ciencia del bien y del mal, sino del árbol de la vida.

El comer del árbol de la ciencia del bien y del mal significará una separación y alejamiento de la vida de Dios, es decir, del árbol de la vida. Nutrirnos del primero es desobedecer a Dios e ir totalmente en contra de sus propositos; y lo hacemos cuando sencillamente seguimos nuestros deseos propios, pensamientos y voluntad. Es cuando nos regimos por nuestra propia opinión desoyendo lo que Dios nos ha dicho en su palabra. Significa nuestra independencia de Dios y el rechazo de la identidad que hemos recibido de Él.

Estos dos árboles son dos naturalezas de vida totalmente distintas, una regida por el alma o propia sique del hombre, y su vida natural, y la otra gobernada por el espíritu y en dependencia de Dios.

Cada día tenemos que tomar la elección de que árbol nos queremos alimentar, con cual de ellos nos vamos a identificar y que frutos son los que queremos producir.

El árbol de la vida es Jesucristo, el que come su carne y bebe su sangre tendrá vida abundante en él, vida eterna, vida espiritual.

Esa vida fluye de la savia del árbol hacia todas sus ramas. El versículo de corintios dice que Dios nos ha puesto o nos ha injertado como ramas en Jesucristo, de tal manera que podamos recibir su savia, su energía y su vida.

Es muy importante comprender lo que el apóstol Pablo está enseñando en este pasaje, que no es otra cosa diferente a lo que dijo Jesús y está escrito en los evangelios.

La vida cristiana no es una vida religiosa dependiente de nuestras propias obras y buenas intenciones. No se trata de cumplir un sin fin de normas y de leyes escritas, mandamientos y ritos. La vida cristiana es Cristo morando y viviendo en el creyente.

"El cual nos ha sido hecho por Dios" Las virtudes, el caracter y vida espiritual no son cosas separada de Cristo, Él reune todo eso. El es el árbol de la vida junto con todos los frutos que produce. Si Él nos ha sido hecho, entonces eso significa que es poco lo que nos queda a nosotros por hacer. En Jesucristo está todo reunido e incluido. Si estamos en Él no necesitamos pagar ningún tipo de franquicia para estar totalmente cubiertos. Consumado es.

Cristo es nuestra sabiduría. Dios ha desechado la sabiduría de los hombres porque mediante ella no pueden alcanzar a conocerle, ni a vivir conforme a su voluntad. Sin embargo el Señor a manifestado su sabiduría en la persona de Jesucristo. En Jesús está todo el conocimiento y sabiduría que los hombres necesitan adquirir para vivir una vida plena y con proposito. Conocer el camino, la verdad y la vida que es Cristo es conocer la sabiduría que viene de Dios.

El discípulo de Jesús y el que vive bajo su señorío tendrá la mente del Señor y será orientado por su sabiduría. Esto no significa que lo sabe todo y que tenga todas las respuestas, sin embargo su vida se verá regulada dentro de un equilibrio, espiritual, mental, emocional y físico.

No obstante, el seguir comiendo del arbol de la ciencia del bien y del mal seguirá produciendo muerte en el ser del hombre. Dios le había dicho a Adán "el día que comieres de él morirás"

Ahora bien, muchos no entienden que Dios no les estaba prohibiendo a sus criaturas el progreso, simplemente les estaba orientando para que no cayeran en un circulo vicioso de hechos inconvenientes. La ciencia del bien y del mal es solo la capacidad propia e independiente de distinguirlos y a partir de ahí hacer el bien por propia fuerza y mantenerse alejado del mal sin que este nos domine también por propia capacidad. No tiene nada que ver con el progreso, ni con el avance tecnológico, ni con los muchos descubrimientos que ha realizado el ser humano. Pienso que si el hombre no hubiese pecado y se hubiese apartado de Dios habría hecho avances más prodigiosos, pero eso si, exclusivamente en todo lo que es bueno.

Cuando el hombre decide dejar a Dios al margen peca y se corrompe y se vuelve inutil y débil, en resumidas cuentas, muere. A partir de esa situación todo su empeño es intentar por todos los medios a su alcance evitar esa muerte, inventando y haciendo todo lo que haga falta en religiones, filosofias y ciencia.

Cristo Jesús nos ha sido hecho por Dios justificación. Esto significa borrón y cuenta nueva, es el perdón y la limpieza de nuestros pecados. Quiere decir que la deuda de nuestras transgresiones fue saldada por Jesús en el Calvario. Nos perdonó, nos lavo y nos vistió con sus ropas de justicia.

2 Corintios 5:21 RVR60. "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él."

Cristo es nuestra santificación, es quien nos perfecciona en todo lo que es del agrado de Dios. Esta obra de santificación comienza en la cruz con la neutralización por muerte del viejo hombre. Si el viejo hombre no está crucificado es imposible vivir en santidad de cuerpo, de mente, de espíritu, ni de nada. La obra de gracia comienza en el altar de la cruz con un golpe mortal para el hombre viejo. Entonces y seguidamente el Espíritu Santo nos vivifica y el caracter santo, puro, humilde y manso comienza a manifestarse en nuestras vidas. En la cruz somos desnudados del hombre viejo, y en la resurrección por el poder del Espíritu Santo somos revestidos del nuevo.

La santificación no se lleva a cabo por medio de la observación de ritos, mandamientos, ni leyes, es sencillamente el desarroyo o crecimiento de los frutos del Espíritu. Y contra tales cosas no hay ley, dice San Pablo.

Finalmente dice el apóstol, que Cristo nos ha sido hecho por Dios redención. Esto es liberación; no obstante esta liberación se llevará a cabo en medio de luchas y batallas por la conquista de nuestras almas. El enemigo no querrá dejarnos ir libres para que sirvamos al Señor.

Satanás es el faraón de este mundo que tiene en esclavitud a la humanidad bajo su yugo, en servidumbre de pecado, de temor y de pánico a la muerte. Cristo por medio de su muerte y resurrección nos libra del pecado, nos libra de Egipto(mundo) nos libra de Satanás y nos libra del temor a la muerte.

"para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor."

Dios nos ha ofrecido en Cristo todo cuanto es deseable y exigido por Él para que no digamos que merecemos su aprobación y bendiciones por ser buenos. Las religiones, la sabiduría del hombre, sus filosofias, y el procurar la justificación, la santificación y la redención por estos medios lo que hace es exaltar al hombre. E incluso el procurar estas cosas por medio de las obras y obediencia de las leyes y mandamientos de Dios es un orgullo para el hombre. Pero Dios no quiere que nadie se gloríe en su presencia, por eso nos lo ha dado todo por gracia por medio de su amado Hijo.

3 comentarios:

  1. Lo siento, no me puedo contener el comentar su nuevo articulo, porque me parece muy lejano de la Verdad del Evangelio.
    ¿Como puede decir que guardar los Mandamientos del Señor es la exaltación de nuestro Ego, de nuestro Yo, de nuestro hombre carnal?
    Es todo lo contrario!!! Es la negacion de nosotros mismos, para que en nuestro interior y nuestro exterior floresca de forma visible la unción y santificacion de nuestro espiritu por el Espiritu.
    Guardar los Mandamientos de Yeshua, que son los de Su Padre, materializa nuestro amor por Él, Él lo dijo: "Si me amais, guardar mis mandamientos".

    Usted cree que Yeshua al decir ésto, quiso que exaltaramos a nuestro hombre interior? o que le amaramos?
    Los seguidores de Yeshua son exhortados a presentar sus cuerpos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios (Ro. 12:1). Se les exhorta a salir de en medio de los hombres y apartarse de ellos (2 Co. 6:17). Teniendo estas promesas, ellos deben limpiarse «de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios> (2 Co. 7:1). «Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne» (Ga. 5:16).

    Muestre su amor a Yeshua, guardando Sus Mandamientos!

    Juan Antonio Palomo.


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  2. Antonio, solo te voy a citar dos pasajes del apóstol Pablo donde está claramente implicito que las obras de la ley exaltan al propio hombre. Esto no me lo invento yo, lo dice la biblia.Y me adelanto a decirte que no es que los mandamientos de Dios no sean buenos, justos, puros y santos. Pero los hombres si somos pecadores por naturaleza, somos carnales, e incapaces de cumplir con toda la ley de Dios. Es por eso que apareció Cristo, para librarnos del poder del pecado introduciendonos a una nueva ley, la ley de la fe, la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús. La ley aunque buena, no nos libra del pecado, no nos fortalece, ni nos perfecciona, sino que más bien descubre nuestra debilidad e impotencia, es esa su función y no otra.

    Efesios 2:8-10 RVR60
    Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

    Romanos 3:21-28 RVR60
    Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.

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  3. Pedro,la justificacion o salvacion es por Gracia del Eterno. Eso está meridianamente claro. Se llega a la justificacion por la FE en hebreo אמון (Fidelidad). Siendo fiel es decir, guardando sus mandamientos le amaremos y seremos aceptos por el Padre. No por ley de las obras que los hombres imponen seremos justificados, sino por la ley de la fe, siendo fieles al Eterno mediante y por los méritos de Yeshua.

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