lunes, 23 de diciembre de 2013

EL LIBRO DE LA VIDA

Salmos 139:16-18 RVR60
"Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.  ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!  Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo."

Necesitamos aprender a leer la voluntad del Señor escrita en el libro de la vida, es ese libro que Él tiene en su biblioteca celestial que fue escrito desde antes de la fundación del munto, es el libro del Espíritu que Dios transcribe día a día en nuestros corazones. Y también necesitamos examinar la biblia, el evangelio de Jesucristo, las escrituras testamentarias que nos han sido entregadas.

En el primer libro se expresa la voluntad de Dios y sus propositos escritos en el cielo. Es por eso que Jesús nos enseñó a orar de la siguiente manera: "Venga tu reino y hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra"

"Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas."
No pensemos que lo que estaba escrito en los planes eternos del Señor limita nuestras opciones y libertad de elección, de ninguna manera. Los propositos de Dios son amplios, diversos, inclusivos y variados, en ellos se contemplan todas las variables posibles e imposibles para el hombre. Somos una minúscula particula viva y eterna que nos movemos en un infinito universo de divinas e infinitas posibilidades.

En cada uno de los hijos de Dios se hará manifiesta la transcripción a su vida, y la publicación de toda la biografía divina. Es exactamente lo que nos está diciendo el salmista. Lo escrito será formado, es decir, se hará realidad tanto en nuestra existencia y vida en la tierra, como en la eternidad. ¡No es maravilloso! Y además, nada faltará por cumplirse.

"¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!  Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo."

Los planes de Dios se expresan con pensamientos y con ideas preciosas, grandiosas, sencillas y profundas. Es la mente de Dios, su sentir y su pensar que solo podemos comprender por el Espíritu, por la revelación del Espíritu. Son las cosas de que nos cuenta en la carta a los Corintios el apóstol Pablo.

1 Corintios 2:9-10 RVR60
"Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.  Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios."

Si no consideramos y creemos que los planes y pensamientos de Dios son preciosos, entonces es probable que abracemos y sigamos ideas opuestas a su voluntad. Podemos estar siguiendo nuestros propios pensamientos, los de otros hombres e incluso los planes del diablo. Pero no hay nada comparable como vivir en armonía con la voluntad de Dios, da igual a  donde ello nos conduzca y cuanto nos pueda costar seguirla.

Muchos se frustran porque no oyen el eco de sus propias ideas y pensamientos reflejados como respuesta en otros y a veces ni siquiera en Dios. ¡Cuántos dejan los caminos de Dios y el ministerio cristiano por eso!

El creyente a de morir a sus ideales y planes propios, debe negarse a si mismo para abrazar la voluntad de Dios. No podemos albergar en nuestro corazón el pensamiento de conservar nuestra vida. Muchos abandonan, porque sencillamente no están dispuestos a perder sus propias vidas egocentricas e ideales preconcebidos de lo que ha de ser el cristianismo y la iglesia. Ellos no pueden tolerar la imperfección de la iglesia, ni en otros; no caen en la cuenta, que si se considerasen un poquito así mismos verían sus propias imperfecciones y defectos. Hay que tener cuidado de no acabar amargados y frustrados con la vida y con todo el mundo, eso es una perspectiva muy equivocada.

El amor cubre multitud de faltas, eso significa, que si vamos a amar, debemos aceptar a las personas como son y no intentar cambiarlas por nosotros mismo, sino mas bien permitir a Dios que haga su obra.

"¡Cuán grande es la suma de ellos!  Si los enumero, se multiplican más que la arena"

En la fe de los creyentes hay sabiduría y hay conocimiento, abundantes conceptos y pensamientos muy profundos. Se suman y multiplican más que la arena y las estrellas del cielo.

Algunos insensatos e ignorantes opinan que en la fe no hay razón, ni pensamiento, ni inteligencia, pero nada está más lejos de la verdad. La fe fortalece a la razón y la confirma, lo que la fe no confirmará nunca es la estupidez, pero eso sí, aún va más allá de la razón, hasta alcanzar la inspiración o revelación, y eso es lo que no comprenden muchos.

"Despierto, y aún estoy contigo." Finalmente, como resultado de tener en nuestra mente y corazón los pensamientos y planes del Señor, sucecede lo inevitable, y es que nos topamos con Dios. Hay un despertar espiritual a la realidad de Dios; es como si lo palpasemos, como si lo captasemos de forma diferente, es decir, más cercano. ¡Es una sensación de cercanía maravillosa!

Llevo tiempo tomando buena nota de todos los pensamientos que Dios me da, estoy aprendiendo a oir con claridad la voz del Espíritu, y es algo que no cambiaría por nada del mundo. ¡Son tan claros sus pensamientos, y tan abundantes sus palabras!

Romanos 11:33-34 RVR60
"¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?"

1 Corintios 2:16 RVR60
"Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo."

Es impresionante lo que declara el apóstol, que el creyente es poseedor de la mente de Cristo. Hagamos una realidad en nuestras vidas esa palabra del Señor.





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