miércoles, 11 de diciembre de 2013

SEAMOS ACTUALES

PSA 143:1-2 RVR60
"Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.  Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano."

Puede suceder que al comparar nuestras vidas con la de otros creyentes que admiramos, bien porque Dios les está utilizando poderosamente, porque han tenído éxito y porque sus vidas aparentemente son intachables, nosotros nos sintamos indignos y reprobados, condenados y fuera de orden. La mayoría de las veces las conparaciones y formas de medirnos unos con otros no son las más apropiadas, utilizamos aspectos culturales, diferencias temperamentales y conceptos religiosos muy de los hombres.

No se si solo me ocurre a mí, pero cuando leo la biografía de creyentes que Dios ha utilizado en la historia me siento mal, aquellos que narran el testimonio suelen pintar una imagen casi perfecta de dichos personajes. Además para resaltar la santidad de los biografiados que vivieron hace más de un siglo mencionan aspectos culturales de los cuales vivian apartados, como por ejemplo que no iban al teatro, que no probaban el vino, que no asistian a ninguna fiesta, no comían cosas que les gustaba, y otras cosas semejantes.

En la oración eran unos campeones, madrugaban a las tres o las cuatro para estar orando de entre cuatro y seis horas seguidas, algo apabullante. Claro, lo que no nos dicen es que a las seis o siete de la tarde ya estaban metidos en la cama. Vivian en un contexto cultural completamente distinto, sin luz eléctrica, sin tecnologías y sin las modernidades de hoy.

Yo no digo que no fuesen personas aptas y capacitados por Dios, con rasgos marcados de una vida espiritual madura, llenos de fe y revelación de la palabra. No obstante, muchas cosas de las que se abstenían nada tenía que ver con la santidad, ni con la palabra de Dios, ni creo que fuesen requisitos por los cuales Dios los eligiera. Sin embargo, si comparto la idea de que Dios demande a ciertas personas cosas que no les exigirá a otras, no obstante son aspectos que no deberían proyectarse sobre otros.

No podemos, ni debemos estrechar el camino más de lo que es, y muchas veces según mi entender eso es lo que se hace con las mejores pero equivocadas intenciones.

El salmista dice que ningún ser humano será justificado ante Dios por su propia justicia, y así será. La única justicia para ser aprobados por Dios es recibir la suya que es por fe. No podemos presentar a Dios una lista de nuestras obras para certificar que somos más dignos que otros para que Él nos elija y utilice, sería una contradicción de toda la enseñanza bíblica sobre la gracia.

2 Corintios 3:4-6 RVR60
"Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica."

Creo que Dios ha podido guiar a ciertos hombres a prepararse para el ministerio de forma muy especial y hacia un trabajo y/o para una cultura muy concretas. Eso sería algo muy diferente, y creo que es la mejor forma de interpretar algunas vidas consagradas.

Somos ministros del nuevo pacto, ministros del Espíritu y no de la letra de la ley. Ni tampoco somos ministros y siervos de normas y mandamientos humanos. Porque es cierto, y algo que debemos reconocer, es que si bien no estamos bajo la ley o antiguo pacto, si hemos establecido nuestras propias normas y leyes, según nuestro parecer.

El Señor vino para darnos descanso y descargarnos de todo peso que nos aplasta, pero lo cierto es que solemos echar sobre la gente más carga que la que pueden llevar y soportar. El Señor dijo, "mi yugo es fácil y ligera mi carga"

Dios tiene un plan para todos y cada uno de sus hijos, lo que Él hará con unos no lo va a hacer con otros. Los hijos de Dios son guiados por el Espíritu de Dios. Hay unas pocas cosas que son fundamentales y de comun fe, pero existen un sin fin de aspectos en los que hay libertad. ¡Tenemos un Dios maravilloso, amplio, generoso y siempre actual!

1 comentario:

  1. pedro , me encanta esta publicacion, creo que es totalmente cierto lo que escribes y será de gran ayuda a muchas personas como lo es para mi.bendiciones.

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