lunes, 23 de diciembre de 2013

LIBERTAD GLORIOSA

2 Corintios 3:17-18 RVR60
"Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor."

Santiago 2:12-13 RVR60
"Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio."

La verdadera libertad es un regalo de Dios, es espiritual, y nada tiene que ver en absoluto con el libertinaje. Alguien libre es responsable y consecuente con todos sus actos.
El pecado es, en palabras de Jesús lo que esclaviza a los hombres; como todos son pecadores nadie es libre en verdad, aunque presuma de ello.

El religioso que se pone bajo la ley para vivir conforme a ella no es libre. No porque la ley sea mala, sino porque es buena, es espiritual, y todo hombre es débil e incapaz de cumplirla. La ley lo que hace es resaltar nuestras transgresiones y hacer manifiesta nuestra incapacidad de obedecer.

S.Juan 8:31-36 RVR60
"Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?  Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres."

En este pasaje se nos habla de unos judíos que habían creído en Jesús, evidentemente eran mesiánicos. No obstante, el Señor los tantea para ver cuan comprometida y profunda era la fe que tenían en Él. Entonces Jesús les toca la fibra del corazón en un punto que ellos apreciaban mucho, la libertad. Teniendo en cuenta la historia de Israél, y que gran parte de su existencia la habían vivido bajo esclavitud de otros pueblos, como los egicios, los caldeos y los romanos. Ahora Jesús les estampa en la cara nuevamente su condición de esclavos.

El Señor comenzó hablandoles de la necesidad de permanecer en sus palabras. Y digo yo, ¿no tenían ya la ley o torá? ¿no permanecían ya en todas las palabras de Moisés? Lo que está claro es que Jesús cuando habla de sus palabras se está refiriendo a algo totalmente distinto de la ley. El les está trayendo el mensaje del reino de Dios, las buenas nuevas de salvación y liberación. Luego entonces, la ley no los había hecho libres en ningún sentido.

Es sencillo lo que Jesús les decía, pero a la vez difícil de asimilar, incluso para muchos hoy en día. El Señor les está diciendo que para ser libres tenían que abandonar el ser discípulos de Moisés y observadores de la ley, para venir a ser discípulos de Jesús permaneciendo en sus palabras.

Fijense bien, porque Jesús no está declarando que la libertad  es consecuencia de un conocimiento teórico e intelectual de la verdad, no. El Señor pone dos condiciones para ser conocedores de la verdad, y como consecuencia se experimenta la libertad.

Primero es necesario permanecer y perseverar en sus palabras, es decir, en el evangelio de Jesús. Creer que Jesús es el Hijo de Dios, creer que es el Señor, creer que murió y resucitó de los muertos. Creer que Jesús es el camino, es la verdad y es la vida. Permanecer en la palabra es lo mismo que permanecer en Cristo, porque el es la Palabra encarnada, el Verbo eterno.

S.Juan 15:4-7 RVR60
"Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho."

Segundo, hacernos sus discípulos, que es la consecuencia de permanecer en sus palabras, es decir, de creerlas y obedecerlas. Luego y después de eso se llega a conocer la verdad cuyo resultado será que seremos libres del pecado que es lo que a todos nos esclaviza.

Ahora bien, si usted tiene una bonita religión, y si usted cumple con todas las creencias de su denominación, y usted guarda todos los ritos de su iglesia, y asiste a todas las reuniones y conferencias, pero continua en pecado, permitame que le diga que no está permaneciendo en las palabras de Jesús, no es un discípulo de Cristo y no es libre.

Quizás ha caído en el engaño de creer que será libre por guardar ciertos ritos mosaicos, o que será libre por algún hombre que orará por usted con una unción especial, o de cualquier otra manera. Salga de esas mentiras y venga a los pies de Jesús en la cruz, es solo la obra de la cruz lo que le hará libre de todas las ataduras del pecado. Es que usted se identifique con Cristo en su muerte y en su resurrección lo que le traerá la tan ansiada libertad.

No pasemos por alto el pasaje que encabeza este escrito y que dice: "Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

La realidad del Señor es espiritual, no son, ni sombras, ni figuras, ni símbolos. No son ritos, ni formas aparentes. El no aparece en fiestas especiales, ni en sacrificios religiosos, ni en tradiciones y culturas ancestrales que practiquemos hoy.
Dios es Espíritu, el Señor es el Espíritu, su presencia lo llena todo; y en Él vivimos, en Él nos movemos y en Él somos.

S.Juan 4:23-24 RVR60
"Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren."

Como hombres es la adoración espiritual lo que nos permite comunicarnos con el Señor que es Espíritu, no existe otra forma. Dios es Espíritu, y solo por el espíritu y en el Espíritu podemos tener comunión con Él.

Es interesante notar en el pasaje, que para que la gloria del Señor que transforma, nos alcance y surta efecto, el velo ha de ser quitado. Es necesario mirar y contemplar esa gloria del Señor con la cara descubierta, quitando el velo de la ley.

1 comentario:

  1. Shabbat Shalom Pedro.

    Me alegro de tu libertad, yo tambien soy libre. Libre de seguir a mi Señor, el cual dió su vida para rescatarme de entre las naciones. Libre para desear ser su siervo, pues ya no vivo yo sino "El Ungido" en mi. Ya no hago mi voluntad, sino la voluntad de mi Señor guardando Sus Palabras, como las del Sermon del Monte:

    Mateo 5:5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
    5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
    5:18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará
    de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
    5:19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

    He conocido la Verdad, mi Señor, y la Verdad me ha hecho libre. Ya no sigo a hombres ni siquiera a discipulos. Yo conozco al Padre porque conozco al hijo. El Padre y el Hijo son Uno.

    Siervo de Di-s soy, mas no hago mi voluntad, sino la voluntad de mi Señor, y por ello me siento LIBRE, libre del pecado que me apresaba, libre por ser amado por Di-s gracias a Yeshua el Principe de Paz.

    No te importunaré mas Pedro, te deseo que sigas el Camino, y como decimos en Israel, Mazal Tov!

    Que Adonai te bendiga y te guarde. Que Adonai haga brillar su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia. Que Adonai alce su rostro sobre ti, y ponga en ti paz.

    Juan Antonio Palomo



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