viernes, 7 de marzo de 2014

DIOS MOSTRARÁ TODAS LAS COSAS (PARTE 2)

DIOS MOSTRARÁ TODAS LAS COSAS (PARTE 2)

La vara de Aarón florece, Numeros 17

Hay una demostración definitiva departe del Señor en cuanto a la elección de aquellos que han de servirle en el ministerio del Espíritu.

El sacerdocio y ministerio de Aarón representan a Jesucristo, así como al sacerdocio y ministerio de todos los creyentes. Aquello fue la sombra, la figura, pero ahora en este tiempo presente tenemos la realidad. No obstante, debemos tener cuidado para no tomar literalmente como algo que debamos imitar el sacerdocio judío, ni el ministerio cúltico, ni los ritos y normas que se hacian en el Tabernáculo o templo. Ya no nos encontramos bajo el antiguo pacto ni su ministerio, sino bajo un pacto y un ministerio totalmente nuevos.

Dios confirma de manera definitiva la elección  de su siervo cuando hace reverdecer la vara que le pertenecía. Que de una vara seca y totalmente muerta resurgiese la vida era una señal irrefutable de la intervención de Dios. Las personas a las que Dios elige deben pasar por la identificación con Cristo de su muerte y resurrección, que es lo que representa la vara de Aarón que dio flores y frutos.

Los hombres podemos poner en posiciones de cargos y responsabilidad a otros hombres, por sus capacidades, por sus estudios y por sus títulos, pero Dios solo reconocerá a aquellos que han pasado por la experiencia de la cruz. Solo alguien que ha muerto al pecado, a sí mismo, al mundo y a la ley puede formar parte de los elegidos de Dios en el ministerio del Espíritu.

Por medio del milagro que Dios hace con la vara de Aarón se establece una relación entre su llamado y la condición o experiencia espiritual para que sea apto en el ministerio. Hay quienes no pasan de la mera intencionalidad o aspiración al ministerio, se quedan en los ritos religiosos y en todo cuanto puede ser la apariencia de logros naturales, y eso a pesar de que hayan sido colocados por los hombres e instituciones en posiciones de autoridad.

Para un ministerio espiritual fructifero se requiere que la vida del Espíritu fluya en el obrero del Señor, esto sucede cuando pasamos el tiempo necesario delante del testimonio de Dios. Ocurre cuando tomamos nuestro lugar en la obra del Calvario identificandonos con la muerte y resurrección de Jesucristo.

El testimonio de Dios es la vida eterna manifestada en nuestro ser mediante la obra de Jesucristo por el poder del Espíritu Santo. La vida eterna se manifiesta en nosotros por el conocimiento de Dios Padre y de Jesucristo en una comunión y unión espiritual cada vez más íntima y profunda.

Termino esta reflexión mencionando un aspecto fundamental y necesario en la confirmación de un llamado para ejercer el ministerio del Espíritu. Se trata de algo que hoy algunos rechazan porque no lo entienden o no lo creen posible. Es la revelación de Dios o inspiración del Espíritu que se ha de manifestar en los que han sido escogidos por Dios. En sus vidas hay la manifestación de un conocimiento revelacional que obra transformando sus vidas de forma poderosa.

Es un aspecto del evangelio o verdad de Dios que no se adquiere por medio de un conocimiento de segunda mano, ni por estudios teológicos, sino por la intervención del Espíritu Santo. Son las cosas que los ojos de hombres no han visto ni ningún oído ha escuchado, pero como nos dice la palabra Dios las muestra por el Espíritu.

1 Corintios 2:9-10 RVR60
"Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.  Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios."

S.Juan 16:12-13 RVR60
"Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir."

El apóstol Pablo nos da testimonio de esta experiencia revelacional, que no se trata de recibir un evangelio diferente, sino más bien de conocer lo que por medio de la obra de Jesucristo ya ha sido realizado.

Gálatas 1:11-12 RVR60
"Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo."

¿Podemos decir que hemos aprendido algo del evangelio por el trato directo de Dios con nosotros, sin que medie hombre, ni por medio de sabiduría humana? ¿O simplemente nos limitamos a repetir cosas de otros que ni entendemos ni hemos experimentado?

Cada creyente y obrero necesita tener la revelación personal del evangelio de Jesucristo en su experiencia por medio de la intervención del Espíritu Santo. Está bien o quizás no lo que opinen otros de Jesús y de la obra del Calvario. ¿Pero qué cree usted? ¿Usted quién cree que es Jesús? ¿Conoce en profundidad la obra de la cruz?

No se conforme con tener un poco de conocimiento teológico, ni se quede satisfecho de saber algo porque se lo han dicho otros, busque más de Dios y entre en su secreto donde Dios le enseñará de manera muy personal.

Aquellos a los que Dios a escogido tienen un mensaje del Espíritu, tienen algo que decir al mundo y a la iglesia de Jesucristo, tienen una revelación de Dios para compartir con todos.



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