martes, 11 de marzo de 2014

LA GLORIA QUE CRECE Y SE MANIFIESTA

LA GLORIA QUE CRECE Y SE MANIFIESTA

2 Corintios 3:18 RVR60
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor."

Este pasaje de Corintios tiene una fuerza tremenda, el mismo arranca de nuestros corazones un gran ¡amen! y un sentido ¡gloria a Dios!. Sin embargo es un versículo dificil de entender, y aún mucho más complicado de explicar.

Sabemos que en él se encierra una gran verdad, pero que no se nos termina de definir y revelar de manera que la podamos asir o captar completamente.

La primera dificultad estriba en la traducción bíblica de RVR 1960 algo confusa. Es muy importante examinar otras traducciones que como comprobaremos  son más aclaratorias.

Veamos la dificultad en la RVR 1960 "mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor" ¿De qué se nos está hablando en esta frase?

En los versículos anteriores Pablo nos habla de que Moisés se ponía un velo para que los israelitas no vieran la gloria que se reflejaba en su rostro. Porque esa gloria que era la de la ley iba a ser abolida, es decir que perecería. Y también se nos dice que ese velo continua aún sobre el corazón de muchos hasta que se conviertan o vuelvan al Señor, momento en el cual el velo les será quitado.

2 Corintios 3:13-17 RVR60
"y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad."

Ahora bien el lio del versículo 18 está en no saber cómo, quién o qué es ese espejo donde se refleja la gloria del Señor. Por asociación de ideas o terminos nos vamos a la carta de Santiago donde dice:

Santiago 1:23 RVR60
"Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural."

Este pasaje de Santiago no nos aclara gran cosa con respecto al tema del que Pablo nos escribe, excepto que nos habla de la similitud que hay en mirar y ver la suciedad de nuestro rostro natural en un espejo y la palabra de Dios que nos muestra nuestros pecados y faltas.

El problema con Corintios 3:18 es que cuando miramos como en un espejo lo que vamos a ver es nuestra propia imagen y no la del Señor ni su gloria . ¿Nos damos cuenta de que no encajan las piezas? Sin embargo examinemos la misma frase en otra versión donde observaremos como cobra sentido.

2 Corintios 3:18 DHH
"Por eso, todos nosotros, ya sin el velo que nos cubría la cara, somos como un espejo que refleja la gloria del Señor, y vamos transformándonos en su imagen misma, porque cada vez tenemos más de su gloria, y esto por la acción del Señor, que es el Espíritu."

En esta versión de Dios habla hoy se nos aclaran varias cosas, una que en el ministerio del Espíritu el velo es quitado de nuestra cara. No tenemos necesidad de esconder nada de lo que sea obra del Señor en nuestras vidas. Dos, que nosotros somos como ese espejo donde se refleja o manifiesta la gloria del Señor; y tres que vamos siendo transformados conforme a esa imagen suya en la medida en que su gloria crece en nosotros. Y que todo eso es realizado por medio de la intervención del Espíritu.

Los espejos en la antiguedad no eran de vídrio como los de ahora, eran de metal, bien de bronce, plata, cobre u oro, muy pulidos para que reflejaran la imagen lo más perfectamente posible. Curiosamente estos metales preciosos son representativos de la gloria de Dios.  El Señor ha puesto su imagen y semejanza en cada hijo suyo, él nos ha dado de su naturaleza divina, el Señor es ese gran tesoro que está dentro de nosotros que somos vasos de barro. Es el nuevo hombre y la nueva mujer que somos en Cristo Jesús el que ha de brillar.

Es interesante conocer también cuál es esta imagen que se refleja en nosotros y qué es esa gloria.

2 Corintios 4:6 RVR60
"Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo."

Es el Señor quién resplandece en nuestros corazones; es el conocimiento de la gloria en la faz de Jesucristo. Es Cristo mismo reflejandose y manifestandose en nuestro ser y vidas.

Un aspecto que no se nos puede pasar por alto es que es necesaria la luz que es el conocimiento de la verdad, para que la imagen pueda reflejarse y verse; si no hay luz que resplandezca e iluminación, no habrá ni imagen ni gloria que se manifiesten.

La imagen, la gloria y la luz se van manifestando en nuestro ser de forma progresiva y va aumentando tanto en nitidez y claridad como en intensidad y peso en la medida en que somos transformados.

Veamos otro pasaje interesante donde podemos observar nuestra realidad presente y la progresión en la manifestación de la gloria del Señor.

1 Corintios 13:12 RVR60
"Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido."

Hay un proceso constante de limpieza y de pulido que es realizado en nuestras vidas, es una renovación y transformación por la acción del Espíritu. No somos nosotros los que hacemos los cambios para transformarnos, es la misma gloria de Señor que por nuestra cercanía a Él y en la medida que permitimos su manifestación va obrando. En nuestro mirar diario al Señor, en nuestra admiración y contemplación de su persona y de su obra seremos transformados.

Lo que manifiesta la gloria de Dios es su presencia por medio del Espíritu, el mora en cada creyente, y eso es un hecho que debemos considerar y creer de manera constante si es que queremos experimentar la manifestación de su gloria.

S.Juan 14:16-21 RVR60
"Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.  No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él."

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