“¡Oh, si el me besara con besos de su boca!”
Cantares 1:2
Afecto incomparable, ósculo divino,
Afecto incomparable, ósculo divino,
destilan
tus labios miel y leche.
De tu
boca brotan palabras dulces,
Raudal
caudaloso que calma mi sed,
expresiones
que de continuo acarician
mi
alma, y me hacen sentir cuanto me amas.
Mi ser
se estremece si pronuncias mi nombre,
Tu voz
me seduce y yo no resisto;
despliegas
tu gracia, me inundas de favores.
Solo
quiero estar a tu lado, cerca de Ti,
reclinado
a tus pies, recostado en tu pecho
como
discípulo amado para oír tu susurro.
Arde mi
corazón, lenguas de fuego aparecen,
crepitan
llamas de amor, y anhelo ser consumido.
Cólmame
de besos, como el sol
que con
sus rayos cálidos besa la esfera,
las
flores agradecidas lo miran, muestran mil colores,
despliegan
su belleza, desprenden sus aromas.
Soplas
tu aliento, me refrescas con tu Espíritu,
vuelvo
a la vida. Me tocas, soy conmovido,
me
estremezco como árbol sacudido
por la
fuerza del invisible viento.
Se para
mi como el río que serpentea el suelo terrestre,
surcando
los valles e inundando sus laderas,
bésame
amado mio.
Pedro
Jurado
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