viernes, 13 de diciembre de 2013

HACER LA VOLUNTAD DE DIOS

PSA 143:10 RVR60
"Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud."

Todos sin excepción tenemos una idea o concepto poco real de lo que puede significar hacer la voluntad de Dios, y de lo que ello puede reportar a nuestras vidas. Muchas de nuestras máximas o creencias no tienen un fundamento sólido en la palabra de Dios.

Elegimos textos fuera de su contexto y se los estampamos al Señor exigiendole su cumplimiento esperando que Él los cumpla. Probablemente sean palabras que estén escritas, pero no las hemos entendido correctamente, sino que las hemos interpretado incorrectamente.

La inmadurez espiritual lleva a muchos creyentes a idealizar el cristianismo y lo que debe ser la experiencia de fe, así como lo que podemos esperar o no del obrar de Dios. Se nos ha vendido por medio de algunos un supercristianismo mágico dentro de un mundo fantástico, por medio de algunos creyentes superestrellas se ha dado una imagen equivocada de la verdad de Dios. La idea de que Dios esté a merced nuestra como el génio de la lámpara del cuento de Aladín y esperando a que le demos la orden para que Él nos otorgue nuestros deseos, está a la orden del día.

No es extraño que muchos creyentes terminen decepcionados cuando observan que sus vidas nada tienen que ver con muchas de las expectativas que les han presentado, ni con las historias de ficción que han oído. Dios no existe para concedernos todos nuestros caprichos y deseos.

Que nádie me interprete mal, creo en el poder del evangelio,  creo en un Dios todopoderoso, y me entusiasma la vida cristiana. Estoy muy feliz de ser un creyente, y estoy convencido de que Dios tiene cosas maravillosas y solprendentes para con sus hijos. Siempre vivo con expectativas espirituales, creo en las intervenciones de Dios que sobrepasan lo natural y lo que es humanamente posible. Para Dios no hay nada imposible cuando en su voluntad y plan está el hacer algo.

Los milagros de Dios pueden ocurrir en un instante, las manifestaciones pueden suceder en un momento dado cuando y como el quiera. Sin embargo debemos entender que hay un proceso en el trato de Dios con cada individuo, hay cambios y transformaciones que llevan su tiempo para que sucedan.

Es por medio de la verdad que nos ilumina que Dios hace las transformaciones más profundas en nuestras vidas. Es por la revelación de la palabra que el Señor nos guía a un conocimiento experimental más exacto y duradero.

Me encantan las experiencias electrizantes, las fuertes emociones, las sensaciones extraordinarias. Pero quiero por sobre todo que mi experiencia esté fundada en la palabra de Dios y en una relación profunda de comunión con Él. Quiero que Cristo fluya con su vida en mí de manera constante, y vivir y servir a Dios por el Espíritu.

La mayoría de los creyentes conocen en teoría cual es la voluntad de Dios, lógicamente es un requisito indispensable para poder hacerla. Sin embargo, donde radica el mayor problema es en saber cómo pongo en práctica lo que se, cómo lo experimento en mi vida.

Según mi entender, una de las carencias que enfrentan hoy día muchos creyentes es que no saben como apropiarse en su experiencia las doctrinas cristianas. Nos hemos limitado a dar un evangelio de normas, mandatos, exigencias y leyes que hay que cumplir, pero según los principios del antiguo pacto y no conforme al nuevo pacto.

Me explico; el principio para cumplir todo lo correspondiente a la ley o antiguo pacto se define según el apóstol Pablo bajo la premisa siguiente, "El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas"

Romanos 10:5 RVR60
"Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas."

La ley apunta para su cumplimiento al principio activo de nuestra voluntad, nos exige hacer; y si hacemos entonces viviremos. Según ésto para tener algo de la vida de Dios, para obtener su bendición tenemos que hacer o cumplir con toda la ley, los mandamientos, los estatutos y las ordenanzas. Ahora bien, Pablo está hablandonos de cómo funciona la cosa bajo la ley, para vivir conforme a la justicia de la ley.

Lo que ocurre es, que pensamos que en el nuevo pacto funciona el mismo principio activo, es decir, "El hombre que haga"
Es cierto que en el nuevo testamento se nos habla de hacer, pero no lo debemos entender como bajo el antiguo pacto, porque entonces nos estrellaremos con la cruda realidad de que no podemos cumplir, y estaremos cayendo de nuevo bajo el principio de la ley de Moisés.

La cuestión que se plantea no es solo de hacer, sino de cómo lo hacemos, es decir, bajo qué principio estamos actuando, bajo el de las obras o bajo el de la fe.

Veamos entonces que principio funciona en el nuevo pacto, y cómo vivimos y aplicamos el evangelio de Jesucristo. El apóstol Pablo nos aclara también eso.

Gálatas 3:11-12 RVR60
"Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;  y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas."

La ley y la gracia operan de forma distinta. La ley apela al principio de la voluntad del hombre, él tiene que hacer todo lo que la ley exige si quiere vivir y tener la bendición de Dios. La justicia de la ley ha de cumplirla el hombre con su propio esfuerzo y capacidad.

En cuanto a la justicia de Dios que es por la gracia, le es imputada a los hombres por el principio de la fe, que es espiritual, y proviene de Dios, dice el apóstol Pablo.

Es simple, "y la ley no es de fe" hay que hacer, hacer y hacer. Y ¿quién puede cumplir toda la ley sin faltar a nada? Nádie.

Sin embargo la gracia de Dios, su provisión, su poder, su abundancia, su favor, su misericordia, que recibimos por medio de la fe, nos justifica, nos perfecciona y nos hace caminar en amor y justicia de modo que agrademos a Dios.

Es Dios el que obra en nosotros el querer como el hacer por su buena voluntad. Es la vida de Cristo que fluye en los que creemos por medio de la cual servimos y agradamos a Dios. Nuestra capacidad y competencia para hacer las obras que lo agraden vienen de Él.

Hebreos 13:20-21 RVR60
"Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén."

1 comentario:

  1. Shabbat Shalom Pedro.

    Antes que nada quiero reconocerte públicamente la sinceridad con la que caminas hacia nuestro Padre.

    Se que es un dialogo de sordos entre tu y yo, pero aun asi es necesario que ello exista, es mucho mas lo que nos une.

    Hebreos 13:20-21 RVR60
    "Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que HAGAIS SU VOLUNTAD, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén."

    Su voluntad está expresada en la Torá y en los profetas. Por tanto para conocer su voluntad tenemos que conocer esos libros de nuestras Biblias. HACIENDO su voluntad le agradamos por medio de Yeshua.

    Lamento ser pesado, pero el Nuevo Pacto, no se hizo con el gentil sino con la Casa de Israel y la Casa de Judá:
    Jeremias 31:31.
    31:31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
    31:32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
    31:33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

    Como verás el Eterno dice: "Dare mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

    Está diciendo que en el Nuevo Pacto dará su ley. Y el Padre solo tiene una ley que es Eterna, y dulce como la miel para nosotros.

    Juan Antonio Palomo

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