sábado, 4 de enero de 2014

ACORDAOS DE LA MUJER DE LOT

ACORDAOS DE LA MUJER DE LOT

LUK 17:32-33 RVR60
"Acordaos de la mujer de Lot.  Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará."

En esta escritura tenemos en palabras del mismo Señor una exhortación  en forma de advertencia muy seria. No es algo que debamos pasar por alto y a la ligera. Todos, creyentes y no creyentes deberían prestar atención, pues lo que Jesús está declarando es un mensaje profético que tendrá su cumplimiento. Se cumplirá para todo el mundo, en los cristianos y en los no cristianos.

Jesús nos pone el ejemplo de un personaje bíblico como fue la mujer de Lot que fue sobrino de Abraham. La familia de Lot tenía su vida hecha en Sodoma. Lot era un hombre importante, de buena posición en la sociedad, y era también muy rico. Su mujer estaba acostumbrada a todos los lujos de entonces, disfrutaban de una buena casa y de muchas posesiones. Seguro que ella era una señora de sociedad y estaba puesta al día de todos los acontecimientos públicos, las fiestas, el teatro, las inaguraciones etc,etc.

A ella se la conoce por lo que le ocurrío, cuando junto con su familia salía huyendo de la ciudad que Dios iba a juzgar; como bien sabemos se convirtió en una estatua de sal. Ella huía para salvarse, pero sin embargo su corazón se quedó atrapado en la ciudad, en sus posesiones, en sus placeres, en sus entradas y salidas de sociedad. Todo aparentaba que tuviera una vida normal, sin embargo existían lazos invisibles de un amor posesivo por las cosas materiales, ella amaba su vida, su clase de vida que tenía en Sodoma.

Sodoma tipifica todo lo que es un mundo corrupto, ahora bien, estamos en el mundo y es normal que participemos de cuantas cosas hay y ocurren en él. Los creyentes hacemos como todos, compramos, nos casamos, comemos, bebemos, trabajamos y disfrutamos de muchas cosas de la vida, y eso está bién.

Jesús hizo una oración por sus discípulos pidiendo al Padre que no los sacase del mundo, sino que los guardase del mal. Eso es precisamente lo que no hizo la mujer de Lot, su corazón pesaba mucho, estaba muy cargado con los afanes y los disfrutes de la vida, al punto que el mundo pudo más en ella y la venció, ella fue vencida por el mal, era una esclava de los sistemas del mundo, la moda, el dinero, el estatus etc, etc.

Podemos hacer uso de muchas de las cosas del mundo, pero no es conveniente amarlas. La palabra de Dios nos exhorta a que nuestros corazones no se carguen de glotonería. Cuando el peso de las cosas del mundo excede nuestra entrega espiritual y amor al Señor, o dicho de otra forma, cuando nos aparta de nuestra fidelidad a Cristo, entonces significa que estamos en el mismo peligro y riesgo que corrió la mujer de Lot.

Es muy sencillo saber como estamos, simplemente hay que evaluar qué pesa más en su  vida, las cosas del mundo y de la carne, o las cosas del reino de Dios y vida del Espíritu. Aún más simple ¿Cómo y en qué emplea usted todo el tiempo que Dios le ha dado? En Romanos 8 dice el apóstol Pablo, y cito el pasaje:

Romanos 8:5-6 RVR60
"Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz."

Un examen interior para conocer en que estamos pensando a diario, y hácia donde están enfocados nuestros pensamientos nos dirá que es lo importante para nosotros. Las cosas en las que nos ocupamos a diario y hora tras hora lo dicen todo.

Jesús dijo, que donde estuviera nuestro tesoro ahí estaría nuestro corazón. De modo que aquello que es lo más valioso para uno es lo que le arrastra y le domina. Nuestra mente, nuestras emociones y nuestra voluntad están entregados y persiguen aquello que amamos. Esto no falla, se cumple, si o sí.

El apóstol Pablo hace un llamado a la moderación y la templanza en cuanto a la dedicación o entrega a todo lo que es del mundo. Lo más importante y prioritario es amar al Señor y serle fiel a Él.

1 Corintios 7:29-31 RVR60
"Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen; y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa."

No dice que no tengamos esposa ni que no lloremos, tampoco dice que no compremos ni que no poseamos, ni tampoco dice que no disfrutemos, ni que seamos unos amargados sin alegría en nuestras vidas. Solo que no estemos en una dependencia exclusiva de esas cosas por muy importantes o necesarias que nos parezcan. Nuestro amor y entrega al Señor es lo que debe regular todo en nuestras vidas y llevar a cada cosa a su lugar. Si todo nuestro amor y pasión lo entregamos al mundo y sus cosas, eso es lo que finalmente tendremos, aunque también sucederá que lo perderemos todo absolutamente.

Si Lot hubiese estado enganchado a su mujer, dependiente y condescendiente con ella, muy probablemente se habría convertido también en estatua de sal. Lo mismo que Job, que habría terminado apartandose del Señor de haber hecho caso a su mujer en su insensatez. O el tontáina de Adán que se apartó de Dios por no decirle a su esposa Eva que no, y por no llevarle la contraria miren el gran problemón en el que metió a toda la humanidad. No osbtante, me consta que existen mujeres maravillosas hermanos, verdaderas bendiciones y ayudas del Señor para sus maridos, mujeres de Dios muy centradas y espirituales, a la vez que cuidadoras de sus hogares. De modo que no me entiendan mal por favor.

El mensaje del Señor es un claro llamado de atención a la responsabilidad personal e individual. En la palabra del Señor queda muy claro que cada cual dará cuenta de su propia vida ante Él, y en esto no hay escusas que valgan.


"Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará."

Si procuramos salvar una vida hecha al margen de la voluntad de Dios, a nuestra manera, una vida mundana y descuidadada de las cosas de Dios, no solo perderemos las cosas que hemos apreciado, sino nuestra propia alma.

Algunos viven como si su salvación dependiera del mundo, de las cosas que tienen o quieren tener, de su mujer, de su marido, de sus hijos o cualquiera otra cosa imaginable. Pero no es así, como dijo Jesús, la vida de los hombres no depende de la abundancia de los vienes que poseen.

La prioridad para toda persona, creyentes o no, debe ser buscar a Dios y procurar las cosas de su reino. El enfoque del creyente muy en especial debe estar en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Si no obtenemos muchas de las cosas que pertenecen a la vida natural y al mundo, no vamos a ser menos felices por ello, ni menos exitoso. Lo importante es que vivamos bajo el gobierno de Dios y el Señorio de Jesucristo. Lo fundamental es tener la vida de Dios en nosotros y experimentarla intensamente. La prioridad en la vida de los creyentes es hacer la voluntad de Dios viviendo delante de Él, en su presencia.

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