miércoles, 29 de enero de 2014

COMBATIENDO LA PEREZA (PARTE 1)

COMBATIENDO LA PEREZA

PRO 6:6-11 RVR60
"Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio;  La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor,  Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.  Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?  Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo;  Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado."

La pereza o flojedad es una actitud que forma parte del caracter en muchas personas sean hombres o mujeres, creyentes o ateos. Dejar para mañana lo que hay que hacer hoy, postergar las tareas, las obligaciones y las decisiones es un malo y destructivo hábito. Dejar pasar el tiempo solo nos hace más viejos, pero no nos convierte en más efectivos. Son las decisiones que tomamos cada día, en lo que empleamos y aprovechamos nuestro tiempo lo que hará que cada joven, hombre y mujer alcancen sus objetivos o metas en la vida.

Es posible que muchos no sepan lo que tienen que hacer para salir o simplemente para mejorar la situación en la que están viviendo. Esperan que llegue alguien que les traiga la solución y les resuelva sus asuntos, muchos no moverán un dedo sin que su pastor, su lider o alguien más fuerte que ellos le digan lo que deben hacer. Hay demasiadas personas dependientes en las iglesias, del pastor, del apóstol y de los lideres.

Pero no me entiendan mal, porque muchos que dan la impresión de que son autosuficientes lo que van es a su bola, son unos carnales e individualistas, y eso tampoco es bueno ni para ellos ni para nadie.

Cada uno debe aprender a llevar su propia carga, es decir, sus obligaciones y responsabilidades; cada cual debe tomar las riendas de su propia vida y ejercer dominio propio.

La pereza es considerada uno de los siete pecados capitales, es decir, que es la cabeza o causante de otros muchos males. La persona que es perezosa en su vida se encontrará con otros muchos problemas derivados de ese mal hábito.
Sufrirá carencias en la vida espiritual y moral, sufrirá en sus relaciones con otros, padecerá de carencias básicas por su flojedad y vendrá a la pobreza en muchos sentidos de la vida.

Veamos algunos consejos que nos da la palabra de Dios para vencer este pecado de la pereza.

A) Observe y aprenda del ejemplo de la naturaleza y de otras personas. Tome nota. El problema de las personas perezosas es que les gustaría tener el exito que otros han alcanzado pero no están dispuestos a pagar el precio en el esfuerzo y la dedicación necesarios.

El observar a aquellos que con su testimonio son un ejemplo nos inspirará y nos dará motivación para hacer lo mismo. Pero tenga cuidado, usted es usted, y Dios tiene un plan muy particular para su vida. Usted tiene unos dones, un temperamento y una constitucion física, emocional, mental y espiritual distinta a la de otros.

Solo debemos tomar en cuenta para imitar o seguir los principios que son universales; pero hay que tener mucho cuidado de que otros no nos proyecten sus propias particularidades tanto de caracter como de ministerio o dones. Dicho de otra manera, las demandas o exigencias que Dios le puede hacer a determinada persona por su llamado particular o ministerio, no tienen que ser necesariamente las mismas que Dios le va a hacer a usted.

Los dones y las capacidades que Dios quiere desarrollar en cada hombre, mujer o joven, siempre serán distintas a las de otros. Cuando era mas joven, recuerdo que algunos creyentes querian parecerse a Billy Grahan, otros a Luis Palau u a otros predicadores de fama mundial. Pero me doy cuenta que hoy día sucede lo mismo, y no solo con los jovenes, sino con pastores, obreros y lideres, ellos quieren ser y hacer lo mismo que otros pastores de megaiglesias y predicadores que son populares. Así que vemos constantemente a unos imitando a otros en unas maneras tan afectadas, patéticas y artificiales, que parecen espectáculos teatrales.

B) Sea sabio. El sabio es aquel que teme a Dios reverentemente y quiere agradarlo en todo. El sabio es el que conoce la voluntad de Dios y la hace. Busquen primeramente el reino de Dios, su justicia y paz, y todas las demás cosas le serán añadidas, éstas son sabias palabras de Jesús.

El que es sabio busca primeramente a Dios. ¿Y esto que significa? Algunos creen que ya lo saben e inmediatamente hacen una lista de prioridades en sus vidas, dicen, primero Dios, segundo la obra de Dios, tercero mi familia, cuarto mi trabajo etc. Otros cambian el orden y dicen primero es Dios, segundo mi familia, tercero la iglesia etc.

Permitanme que les diga que Jesús no está estableciendo un orden de prioridades y si lo estuviera haciendo no se parecería en nada a las preferencias de cada uno. Le diré cual es el orden que está poniendo Jesús que es exactamente el mismo que el seguía, primero Dios, segundo Dios, tercero Dios y todo lo que venga después también Dios.

Cuando Jesús dice primeramente, a lo que está señalando es a una actitud de mente, de enfoque, primera-mente. Es decir que a lo que él nos quiere llevar es a que orientemos nuestras vidas desde Dios. Dios ha de ser el eje desde donde salen o surgen las demás areas de nuestras vidas. Desde el centro de nuestro ser que es el espíritu donde Dios habita en nuestro interior, gobernados por el señorio de Jesucristo y en dependencia de Su vida y en obediencia a su palabra somos orientados y guiados a todo lo demás.

Amaré a mi familia y cuidaré de ella desde mi fe en Dios, trabajaré y cumpliré con mis obligaciones desde Dios como mi centro, predicaré, serviré y disfrutaré de todo en mi vida desde la Vida de Dios en mí. Esto lo simplifica absolutamente todo, no admita que le impongan ningún otro orden de prioridades. Pero no obstante se lo diré de otra manera:

S. Mateo 22:37-40 RVR60
"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.  De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas."

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