viernes, 21 de febrero de 2014

LA FE Y NUESTRA IDENTIDAD

LA FE Y NUESTRA IDENTIDAD

Romanos 12:3 RVR60
"Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno."

El apóstol Pablo sabe muy bien de lo que está hablando; desde su experiencia en la gracia de Dios el puede hablarnos con autoridad de todo cuanto esa gracia hace a favor de los creyentes. El hacía la siguiente declaración en uno de sus escritos:

1 Corintios 15:10 RVR60
"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo."

Cuando en mi juventud me convertí al Señor, mi vida era como un puzle con todas sus piezas, pero metido en una bolsa, totalmente desmontado, sin una clara identidad, sin un proposito en la vida, sin unos valores que le diesen sentido a mi existencia.

Creer en Jesús como mi salvador y recibirlo en mi vida como Señor comenzó a cambiar por completo el concepto que tenía de mi mismo. La fe en Jesús resultó en que mis temores comenzasen a salir fuera de mí, que me fuese desembarazando de mis complejos, y que una sana y equilibrada confianza en mi mismo apareciese progresivamente.

Y es que la fe en Dios funciona, porque Dios es real; y cuando nos acercamos a Él entramos en su orden y armonía, y comenzamos a ocupar nuestro lugar y nuestra función en este maravilloso universo.

Los hombres no somos el centro de toda la creación de Dios, solo somos una parte importante, muy importante, apreciados y amados por el Señor, tanto que Él nos hizo a su imagen y semejanza. El centro de todo es Dios mismo, y Él es el principio y el fín, el primero y el último, y el que sustenta con su poder todas las cosas sean visibles o invisibles.

Cuando nos creemos el centro de todo ya vamos mal, porque comenzamos a pensar que todo lo demás nos debe favorecer y girar a nuestro alrededor para darnos todas las satisfacciones que se nos antojan. Pensamos que somos nosotros los que hemos creado a Dios, y que Él tiene que estar a nuestro servicio y para todos nuestros requerimientos. Pero no es así como funcionan las cosas, sino al contrario, Dios requiere que lo busquemos a Él, y que nos adaptemos a sus planes y hagamos su voluntad. Entonces y solo entonces la vida de cada hombre y de cada mujer experimentará una plenitud en su existencia, es de esa manera cuando cada criatura racional sabrá el porqué y para que vive.

La fe juega un papel superimportante en la vida de todo ser humano, si los hombres nos negamos a creer a Dios jamás le encontraremos un significado transcendente a nuestra existencia. Y es que la fe trasciende la barrera de lo material y visible para conectarnos con Dios y con su reino invisible. Sin fe es imposible agradar a Dios ni podemos entender sin ella  muchísimas cosas. No podemos comprender la eternidad para la cual hemos sido creados por Dios si no tenemos fe en Él.

Ni siquiera nos podemos entender a nosotros mismos sin creer a Dios, sencillamente porque nuestra identidad verdadera proviene de Él y radica en Él. Dios nos conoce muy bien, porque Él nos hizo. Eche mano por medio de la fe a su identidad en Dios, descubra realmente quien es usted, conozcase a si mismo mirandose en la vedad de Dios como en un espejo.

Crea que Dios le hará ser la clase de persona que usted debe ser, le aseguro que esto funciona.

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