jueves, 13 de febrero de 2014

LOS SISTEMAS RELIGIOSOS (PARTE 2)

Ahora bien, la iglesia según la biblia es el cuerpo de Cristo, y esto quiere decir que Jesucristo es su cabeza desde donde salen todas las ordenes de mobilidad y funcionamiento vital para todos los miembros y organos. Nuestro propio cerebro da ordenes a nuestro cuerpo para que este funcione con normalidad, estemos conscientes de ello o no.

El cuerpo de Jesucristo tiene su propio sistema y extructura que el mismo Señor le dio. Lógicamente la extructura o sistema con los que funciona la iglesia no puede ser uno inventado por el hombre, no es como el sistema de gobierno de las naciones, ni como un sistema de organización empresarial, pero tampoco es el sistema sacerdotal judio, ni católico, ni los sistemas protestantes ni evangelicos. Me parece que me estoy metiendo en un lio, a ver cómo salgo.

El cuerpo de Jesucristo, su iglesia, es universal y comprende el conjunto de todos los creyentes en el mundo. Puede ser tan pequeña en numero como donde se encuentren dos o tres reunidos en el nombre del Señor. O puede ser una gran comgregación de miles de creyentes que se han reunido también en el nombre de Jesús.

La iglesia es la multitud de los creyentes y es también el grupo pequeño de unos cuantos cristianos que se reunen para adorar al Señor.

Ahora bien un mal sistema, uno ferreo, injusto y simplemente humano, se puede imponer tanto en un grupo numeroso como en uno muy pequeño. Los sistemas no son monopolio de las grandes organizaciones, aunque ciertamente si son más aparatosos, más extructurados.

Yo conocí al Señor y fui formado como creyente en una extructura o sistema eclesial tradicional. Quizás algo diferente en cuanto a que era una comunidad de convivencia, un lugar donde creyentes lo compartiamos todo, dormiamos, comiamos y serviamos juntos al Señor. Practicabamos el discipulado de vida por medio de la instrucción, la enseñanza de la palabra, la disciplina comunitaria y el servirnos los unos a los otros.

No obstante, aunque parece un sistema totalmente bíblico el que yo experimenté, y le doy gracias a Dios por ello. No dejo de reconocer que no es práctico para las familias de hoy, o sea el irnos todos juntos a formar comunidad con esposas, esposos e hijos, no sería funcional. A no ser que suceda una persecución y nos veamos obligados a ello, claro está.

De hecho no es sabio imponer un sistema comunitario dentro de una congregación, sea de muchos o de pocos creyentes. Ahí están los amis o los llamados cuaqueros que viven en su propio mundo, apartados de la moderna actualidad y de todas las tecnologías. Aún así, no dejan de tener su propio sistema eclesial.

En una ocasión fui invitado a unas reuniones sobre el tema de las iglesias en casas, las cuales no dejaban de ser otro sistema más. No olvido que dibujaron unas casillas en el suelo y todos los que asistian a la reunión según las experiencias negativas que habian tenido con sus respectivas congregaciones tenían que encajar con algunas de las casillas dibujadas.

O sea que finalmente sea como fuere te encasillaban, me negue rotundamente. Ya de entrada te etiquetaban.

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