lunes, 17 de febrero de 2014

UN SISTEMA BÍBLICO (parte 3)

Dios ha establecido en su iglesia un orden o sistema de gobierno espiritual, veamoslo en la carta de Pablo a los efesios y a los corintios.

Efesios 4:11-12 RVR60
"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo"

1 Corintios 12:27-28 RVR60
"Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas."

En estos pasajes podemos ver claramente cinco dones ministeriales que el mismo Señor es el que da a su iglesia o cuerpo. Nadie toma para si esta honra de gobierno espiritual, no se adquiere por meritos propios, ni por estudios, ni por posición albitraria, es el Señor quien los pone.

Como creyentes a lo más que podemos aspirar es a identificar y reconocer todos esos ministerios y dones que el Señor ha dado a su pueblo. Son regalos de Dios a su iglesia para que ésta sea edificada, madure y lo sirva y lo adore hasta el cumplimiento del tiempo en el que el Señor venga.

Hoy lamentablemente son muchos los que así mismos se llaman apóstoles o profetas, pastores y maestros ¿Pero realmente lo son? ¿Les ha dado el Señor esos ministerios? El Señor nos dejó dicho que por sus frutos los conoceríamos.

No hay dudas de que el Señor estableció también un cuerpo o sitema de enseñanza y de doctrina. Un metodo, la predicación y el discipulado; una doctrina o cuerpo de verdades, el evangelio de Jesús y la enseñanza apóstolica.

S. Mateo 28:18-20 RVR60
"Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."

El sistema del Señor es del Espíritu, y no de la carne. En el no puede prevalecer la mente natural, ni la tradición, ni la costumbre de los hombres, ni la sabiduría humana. Aunque lógicamente deben existir algunas normas cívicas y sociales minimas que regulen el comportamiento. La anarquía no puede ser una opción, debe existir un orden, una ética, un respeto, un compromiso y una responsabilidad para tener una convivencia justa y apacible. Deben existir ciertas normas y leyes que regulen y marquen unas pautas a seguir y que promueban el respeto de los derechos humanos.

Mientras estemos en este mundo debemos obedecer las leyes del mundo, sujetarnos y obedecer mientras no desobedezcamos las leyes de Dios. Es necesario que demos al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.

Ahora bien, como creyentes estamos bajo el regimen del Espíritu, por tanto actuemos y sirvamos al Señor bajo el gobierno del Espíritu.

Romanos 7:4-6 RVR60
"Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra."

El regimen del Espíritu opera desde lo profundo de nuestro ser, es el sistema del Espíritu que obra por la vida de Jesús que se nos ha impartido. Se manifiesta desde dentro hacia afuera, es la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús. Es la ley de la fe, es la ley de la libertad y es la ley real, que es el amor.

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